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Á. M.
Viernes, 10 de mayo 2019, 01:21
Valencia. Cae otra rama empresarial de la familia valenciana Caballer, una referencia en el negocio de la pirotecnia. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba ayer la conclusión del concurso de acreedores de Zamorano Caballer y sus filiales Fuegos Artificiales Antonio Caballer y Fuegos Artificiales Carlos Pla, cuya tramitación se inició en 2012, yendo a liquidación un año más tarde
Este procedimiento, que se ha llevado a cabo por el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Valencia, ha afectado también a la herencia «a beneficio de inventario» de Miguel Zamorano Caballer, fallecido en 2009 y que servirá para cubrir impagos, aunque si se detectan nuevos activos se reabrirá el concurso para seguir pagando deudas. En todo caso, el Juzgado de lo Mercantil ha acordado la extinción de la personalidad jurídica de la sociedad que solicitó el concurso voluntario de acreedores, la cancelación de sus asientos registrales y el cese en su cargo del administrador concursal, tras quedar aprobada la rendición final de cuentas.
Esta no es la primera empresa vinculada a la saga de los Caballer que sufre los efectos de la crisis del sector. El pasado mes de agosto, la firma valenciana Pirotecnia Caballer, fundada en 1880, entró en liquidación y puso punto final a su historia.
Según recogía el Borme, Vicente Caballer cesaba como administrador único al no poder superar el concurso de acreedores que declaró en junio del año pasado y también se liquidaba la filial La Baseta, que se acogió al concurso al mismo tiempo. Fuentes del sector vinculan estos desenlaces la guerra de precios, la menor demanda y las secuelas del desplome económico. Los mismo que le llevaron al concurso, como consecuencia del efecto de la crisis.
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