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Un proyecto que se anunció antes que el de Volkswagen en Sagunto que fue presentado por la Generalitat y Power Electronics con la promesa de levantar también una gran fábrica de baterías y crear nada menos que 30.000 puestos de trabajo tras una ... inversión de 2.000 millones de euros. Una fórmula que sonaba bien. Demasiado bien hasta para la empresa, que dos años después ha admitido que nunca tuvo el músculo suficiente para realizar un desembolso de estas características y enmarca todo en «una escenificación de lo que podía ser».
La información fue desvelada por David Salvo, CEO de Power Electronics, en una declaraciones en el marco de unas jornadas sobre movilidad eléctrica celebradas el martes que salieron a la luz este miércoles y que provocaron un verdadero terremoto político y empresarial. Porque hasta el expresidente de la Generalitat aceptó que en cierto modo era una «estrategia política» que se puede considerar exitosa porque terminó con la llegada de la gigafactoría de baterías de Volkswagen, por mucho que la de Power Electronics nunca tuviera un gran plan. Además, consideró que bajo su Gobierno incluso era factible que se llevase a cabo, aunque el proyecto siempre estuviese en un estado muy inicial.
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De hecho, lo único que hay confirmado es que tanto la Generalitat como Power Electronics se limitaron a encargar diferentes informes técnicos para ver la viabilidad del proyecto. Aunque pronto se encontraron con el problema de que faltaba un gran actor que tirase del carro porque Ford, que era al que quería atraer Presidencia, rechazó participar de forma activa y pronto se desvinculó al no tener entonces claro su futuro, lo que dejó el proyecto herido de muerte y con la única esperanza de que apareciese un gran inversor para llevarlo a cabo. Porque habían otras empresas que participaban de esta 'Alianza Valenciana de Baterías' pero nadie quería ni podía llevar el papel protagonista.
«Esto no se podía contar en aquel momento», reveló Salvo, que admite que poco se llevaron desde la empresa como proyecto. Aunque como Puig considera que sirvió para allanar el terreno para el desembarco de Volkswagen ya que, entre otras cosas, se empezaron a buscar terrenos para una infraestructura así como los de Sagunto. Los que luego fueron aprovechados por la multinacional alemana.
Toda la estrategia estaba encaminada a que hubiera un fabricante de baterías «que pudiera establecerse en la Comunitat Valenciana», insistió Salvo. Es decir, según esta versión y la del mismo Puig, ha habido un final feliz, pero construido sobre un relato que, en gran medida, se puede considerar ficticio. Por su parte, PowerCo –la filial de Volkswagen que levantará la gigafactoría– declinó pronunciarse al respecto y avalar o rechazar esta tesis.
Eso sí, desde Power Electronics confirmaron que una vez confirmada la planta de la multinacional alemana no hubiera tenido sentido seguir con su propio plan. Al mismo tiempo remarcan que por ellos mismos no hubieran podido «nunca» hacer algo así ya que ellos ya que ellos fabrican las celdas (o pilas) de las diferentes baterías.
Desde el Consell. Ruth Merino, consellera de Hacienda y portavoz, aseguró que no comparte esta estrategia: «El fin no siempre justifica los medios». «Hay formas y formas de hacer las cosas, nosotros no hacemos las cosas así. Creo que se pueden utilizar otros medios para conseguir fines y sin engañar a la gente», añadió. Pero pese a todo no quisó hacer mucha sangre ya que añadió que «si la estrategia que llevó a cabo el gobierno anterior al final consiguió atraer a Volkswagen, pues bienvenido sea». Algo en lo que coincidió con Compromís.
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