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ELISABETH RODRÍGUEZ
Lunes, 11 de febrero 2019, 17:30
La industria de mobiliario de cocina pasa por un buen momento y no teme la desaceleración económica. Cada vez es mayor el interés de los particulares por reformar su cocina y sumarse a las últimas tendencias, según explica el presidente de la Asociación de Mobiliario de Cocina y del Comité de Dirección del certamen Espacio SICI, Juan Luis Salvador. «Habrá desaceleración pero hay otros factores positivos que pueden contrarrestarla, como el auge de la reforma, que va más lento, pero que va a crecer porque la cocina está de moda», asegura el dirigente, que hace dos semanas estuvo en Valencia para organizar la celebración de esta feria, que coincidió con Cevisama.
-Como asociación cubrimos muchos sectores. El crecimiento de los últimos años ha estado en torno al 10% y 12%. Pensamos que seguirá creciendo un 10% por el auge de la construcción, que es algo coyuntural y que no dura mucho. Nuestro sector siempre va un poco por detrás de la crisis, por lo que la desaceleración nos llegará más tarde.
-El temor existe y sin duda alguna habrá desaceleración pero hay otros factores positivos que pueden contrarrestarla, como el auge de la reforma, que va más lento, pero que va a crecer porque la cocina está de moda. Por otro lado, la tele ha hecho muchísimo para poner la cocina de moda, con programas como el de Bertín Osborne, los hermanos Torres, Arguiñano... Ahora la cocina es la pieza más importante de la vivienda, ha dejado de ser un espacio de trabajo para ser un espacio social. La gente está dispuesta a gastar más en su cocina y si somos capaces de aprovechar la coyuntura, creemos que podemos seguir en tasas de crecimiento importantes. De hecho, el 20% de las cocinas de obra nueva se están haciendo integradas, hasta en VPO.
-Las reformas están creciendo pero no al mismo ritmo que la obra nueva, que sigue siendo más importante. El consumidor sigue poniendo otros gastos por delante, como el coche y las vacaciones, a pesar de que la cocina está de moda. Por otro lado, la situación política y la inestabilidad no ayudan y cuando hay que seleccionar el gasto, a la gente le cuesta plantear la reforma de la cocina.
-El peso es pequeño. Es uno de los problemas del sector, no tenemos vocación exportadora, no más de un 15%, mientras que en Italia el 80% se exporta. Es cierto que hay ciertas empresas como Porcelanosa, pero en general, todavía es una asignatura pendiente.
-El cambio de los canales de distribución, que están evolucionando muy rápido, sobre todo desde principios de la crisis debido al fenómeno Leroy Merlin. Todo el mundo en España pensaba que el español no iría a las grandes cadenas y diez años después hemos visto todo lo contrario. Ahora son más del 45% de las ventas. Otro reto es el canal online. En ese sentido, ocurre lo mismo: se piensa que la cocina no se puede vender por internet, pero lo cierto es que es algo imparable. Es una oportunidad porque cualquiera puede llegar a vender online.
-Han desaparecido muchísimas empresas y, sobre todo, grandes referentes del pasado. Ha sido muy dura. El resto ha sobrevivido a base de pulmón económico. Antes se ganó dinero y fueron años muy buenos y eso les permitió a algunas capear el temporal.
-Hay ilusión e interés por que hubieran fusiones e integraciones, pero de momento no es una realidad. Hay 5.000 ejemplos de que dos fabricantes están a 50 metros y no se plantean unir esfuerzos. Es un sector de muchos egos, cuyo origen está en la carpintería. A la hora de plantear fusiones, pesa demasiado ese componente personal. Necesitamos un proceso de integración, pero va a ser difícil y es lenta. La asociación trabaja en esa línea de crear un sector más concentrado y más fuerte, trabajando por objetivos comunes. Es nuestro principal objetivo, ya que individualmente una empresa es muy difícil que medre.
-Tradicionalmente ha sido la más importante de este país, tiene a grandes referentes con firmas como Porcelanosa. Además, hay infinidad de gente que hace cocinas, es una de las más activas y con mayor volumen de fabricación.
-Por primera vez hemos entendido que la feria tenía que cambiar y que no podía dirigirse sólo a una parte del mercado. Más que una feria, queríamos que fuera la semana de la cocina. Hemos intentado que cada día se centrara en un público. La primera jornada fue para contract, promotoras e inmobiliarias. La segunda, para el pequeño distribuidor. Finalmente, el último día, viernes, hicimos por primera vez una jornada de puertas abiertas para el público particular.
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