

Secciones
Servicios
Destacamos
Las próximas restricciones agrícolas que se vienen anunciando y cuya imposición se puede generalizar en el regadío de toda España se aplican ya en ... cultivos hortofrutícolas de Murcia como consecuencia de los recortes de la Ley de protección del Mar Menor.
A raíz de esta normativa, muchos miles de agricultores del Campo de Cartagena han tenido que cambiar sobre la marcha diversas prácticas de cultivo y empezar a dotarse deprisa de nuevos conocimientos, instrumentos y hábitos para cumplir lo ordenado y superar las dificultades.
Estos agricultores se han visto obligados a reducir drásticamente la utilización de agua de riego y la aportación de fertilizantes, con prohibición de compuestos nitrogenados. En la lucha contra plagas y enfermedades tienen muy limitado el empleo de sustancias químicas de síntesis y prevalecen los medios de lucha biológica. Porque se trata de una normativa que culpabiliza especialmente de la contaminación del Mar Menor a la agricultura y, en consecuencia, la mete en vereda y la ata en corto.
Y ¿cuál es el resultado? Tras los comprensibles movimientos iniciales de oposición a tamaños recortes, por considerar que la agricultura está siendo el fácil chivo expiatorio en este asunto (apenas se culpa a los vertidos de urbanizaciones turísticas), agricultores y técnicos agrícolas tuvieron el acierto de ponerse enseguida manos a la obra. Esa implicación amplia, urgente y a la vez sosegada está aportando positivas repercusiones, hasta el punto de que, en contra de lo que podía temerse, se están venciendo muchas trabas, apenas hay abandonos y comienza a cobrar relevancia el hecho de que puede ser factible un complejo modo de producir que precisa mucha tecnología y mucha dedicación profesionalizada, pero al mismo tiempo aporta la ventaja de la distinción y el compromiso.
En suma, por lo hablado con agricultores y técnicos implicados en esta cuestión, en general los números están saliendo, las producciones no caen tanto como se podía temer, en muchos casos se mantienen o crecen y los esfuerzos de superación están dando frutos. Es más, lejos de cundir desánimos, muchos agricultores aprovechan la oportunidad para buscar más tierra y crecer. Unos lo dejan, por edad o falta de dimensión, y otros se hacen más grandes y competitivos.
Todos tienen la convicción de estar sirviendo de «conejillos de Indias». Tanto, que las casas comerciales de todo tipo también han fijado plena atención allí, para aportar (o sea, vender) lo que tienen y desarrollar, perfeccionar y probar lo más nuevo.
En San Javier hemos asistido a una sesión demostrativa por parte de los técnicos responsables del Centro de Demostración y Transferencia Agraria (CDTA) 'El Mirador'. El director, Pedro Mínguez, explicó claramente que allí se trabaja exclusivamente en sentido muy práctico: «No buscamos currículum, hacemos ensayos útiles para esta zona y que sean aplicables ya para mejorar la productividad de todos, por lo que se transfieren enseguida los resultados a nuestros agricultores, para que los pongan en marcha».
El centro no es oficial ni depende de ningún organismo público, aunque contó con ayudas para montarlo y es objeto de atención por parte de las autoridades, dada su positiva evolución. Su creación fue iniciativa de las cooperativas Hortamira, San Cayetano (ambas radicadas en el municipio de San Javier) y Gregal (en Torre-Pacheco). ¿El objetivo?, Mínguez lo dijo con rotundidad: «Ser sostenibles, por supuesto, pero antes que nada en el plano económico, porque si no hay rentabilidad nada es sostenible, cerramos todos, y como tenemos que cumplir lo que nos dicen, pues en ello estamos, buscando siempre cómo resolver lo que nos ordenan y lo que nos va viniendo aquí en el Mar Menor, que está siendo prueba de todo y luego seguro que se ampliará para todos; entonces, nosotros los que vayamos por delante, tendremos ventaja competitiva. Empezamos con todo esto porque nos iba en ello la vida y vemos que le estamos sacando sustancia».
La ley obliga a que todos los agricultores cuenten con sondas para medir la humedad en cada parcela y no regar ningún cultivo más de 2:30 horas seguidas, a fin de favorecer que se gaste estrictamente el agua de riego imprescindible. Este es un factor limitante de primera magnitud. A nadie le interesa desperdiciar un agua que ya le es escasa y cara, del orden de 60-70 céntimos de euro el metro cúbico; algo impensable para muchos agricultores de otras regiones, acostumbrados a regar mucho más barato o casi gratis. Pero aparte del precio están los recortes: te toca tanta agua para esta campaña, y no hay más. De modo que si uno tiene la gracia -y la tencología necesaria- para hacer más con lo mismo, va a ganar más. Es decir, si alguien tiene por ejemplo 20 hectáreas y la dotación actual de agua le da en régimen normal para llevar adelante sólo 12, si cuenta con herramientas que le permitan alargarlas hasta 15, está haciendo más con lo mismo, luego es importante. Y el CDTA enseña a conseguirlo.
En este momento, una de sus máximas atenciones se centra en el cultivo de pimientos. La parcela (en la foto) que mostraron está plagada de sondas y sensores, mediante los cuales logran obtener la misma producción y calidad de bajando el gasto de agua de los 3.500 metros cúbicos de dotación oficial por hectárea a 2.200, lo que implica que automáticamente el interesado pueda cultivar un 37% más de tierra que de otro modo dejaría improductiva.
Pero a continuación se suma otro factor que han ensayado muy satisfactoriamente en el CDTA para ahorrar aún más agua sin que caigan los rendimientos. Se trata de la aplicación del bioestimulante de plantas 'Pluviamax', desarrollado por la empresa Fertinagro Biotech precisamente con esta misión: conseguir que el agua aportada al cultivo en el riego a goteo se mantenga en el estrato exacto donde se concentran las raíces de las plantas, reduciendo al máximo las pérdidas por evapotranspiración y lixiviación. Los biopolímeros naturales de su composición provienen de subproductos de la industria agrolimentaria y su formulación se ha desarrollado en Utrillas (Teruel) mediante un proyecto apoyado por el CDTI.
El resultado es que en la parte del cultivo experimental de pimientos que se ha hecho con la aportación de este producto se ha bajado el consumo de agua a sólo 1.900 metros cúbicos por hectárea, lo que añade más capacidad de ahorro. Los responsables de Fertinagro cifran en una media del 22% la posible reducción de agua aportando 'Pluviamax', que ahora se ensaya también en cítricos en la finca Synyent de AVA-Asaja en Polinyà del Xúquer.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.