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P. H. y EFE / AFP
Valencia
Lunes, 3 de diciembre 2018, 20:19
¿Quiénes son los chalecos amarillos? 'Chalecos amarillos' (gilets jaunes en francés) es el nombre que se ha otorgado en Francia al movimiento de protesta social iniciado a mediados de noviembre y que surgió, en un principio, como contestación u oposición al incremento en el precio de los carburantes, debido a un aumento de impuestos por parte del Gobierno.
Los 'chalecos amarillos' tomarían su nombre de los afectados por cualquier accidente en carretera (obligados a usar esta prenda reflectante de este tipo, en Francia y en otro países europeos, como España), pero también incluye a múltiples trabajadores de clase media que lo utilizan de forma habitual: como empleados de autopistas, de limpieza y del sector de los transportes. También numerosos taxistas se han sumado al movimiento, al igual que personas afectadas por restricciones en las pensiones y en los subsidios por desempleo, además de estudiantes.
Medios franceses como Les Echos y Libèration insisten ahora en que el precio de los carburantes, por la iniciativa gubernamental de carácter ecologista, sólo ha sido el desencadenante al que rápidamente se han sumado múltiples reivindicaciones de tipo social. La subida de los carburantes y la reconversión del sector automovilístico es considerada una agresión a los derechos de las clases medias y bajas, obligadas a gastar dinero en vehículos ecológicos o menos contaminantes.
El movimiento, sin líderes conocidos y ajeno a sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales 'clásicas', ha ido evolucionando con el paso de las protestas. De cortar carreteras y boicotear peajes, han degenerado en graves disturbios y actos vandálicos. De hecho, actualmente la protesta se centra casi exclusivamente en el presidente Emmanuel Macron. El exministro socialista en el Gobierno de Fraçois Hollande, que venció en las presidenciales a Marine Le Pen, del Frente Nacional, ha sido acusado de traicionar a las clases populares y favorecer a las élites ricas del país.
Incluso, en los últimos días diferentes grupúsculos de extrema izquierda y extrema derecha se han inflitrado en las acciones de protesta. Un vídeo difundido en redes sociales muestra cómo unos encapuchados integrantes de grupos antifascistas agreden el sábado a otros manifestantes, también con chaleco amarillo, al identificar entre ellos a un líder del movimiento de ultraderecha llamado Yvan Benedetti.
#1erDecembre casseurs Vs gillets jaunes pic.twitter.com/3W2Sfgbf9L
— Marcos Radolno (@fusekin) 1 de diciembre de 2018
A la pregunta de quiénes son los chalecos amarillos, algunos los definen en Francia como casseurs, un término que puede ser traducido al español como antisistema o manifestante violento.
Las acciones de protesta de los 'chalecos amarillos' en contra de la política fiscal y social del presidente Emmanuel Macron continuaban en toda Francia el lunes 3 de diciembre, por tercera semana consecutiva, con repercusiones en la frontera francoespañola.
Los bloqueos de varios depósitos de combustible en todo el país --desde Normandía hasta la región mediterránea-- causaron el lunes los primeros avisos de escasez de gasolina.
El tráfico también seguía interrumpido en varias carreteras francesas, donde los manifestantes instalaron barreras. Durante la noche del domingo, un grupo de una docena de personas destruyó las barreras de peaje de la autopista A9 de Perpiñán (Pirineos), según los gendarmes. La prefectura denunció «actos de vandalismo», como cabinas de peaje destruidas.
Las empresas de transporte de mercancías por carretera estimaron el lunes que han sufrido pérdidas por un valor de 400 millones de euros desde que comenzaron las manifestaciones el 17 de noviembre.
Las protestas repercutían también en la frontera con España, con retenciones de hasta 19 km este lunes y miles de camiones de transporte atrapados, según las autoridades regionales de Cataluña (noreste).
A unas semanas de las fiestas de Navidad, los bloqueos de carreteras y centros comerciales podrían generar más de 13.000 millones de euros de pérdidas en el sector agroalimentario, según una estimación de la Asociación Nacional de Industrias Alimentarias (Ania).
Más de un centenar de escuelas secundarias también estaban bloqueadas, parcial o totalmente, en protesta contra las reformas en la educación emprendidas por el gobierno y en algunos casos en apoyo de los chalecos amarillos, según el ministerio de Educación.
La región de Toulouse (suroeste) --con unos 40 establecimientos cerrados-- era la más afectada, seguida por la región parisina, donde se vieron afectadas unas 20 escuelas secundarias.
En Niza, cerca de mil estudiantes de secundaria se manifestaron en apoyo de los «chalecos amarillos», al grito de «¡Macron, dimisión!», según informa la agencia AFP.
Al menos un centenar de conductores de ambulancias bloquearon el lunes por la mañana la plaza de la Concordia, en el centro de París.
Exigen la supresión de una reforma de la financiación de los transportes sanitarios que supone, según ellos, una seria amenaza para las pequeñas y medianas empresas del sector. Tachan el proceso como lo que denominan 'uberización'.
Los 'chalecos amarillos', pese a la violencia registrada durante sus protestas, parecen haber ganado la batalla entre la opinión pública, pues el 72 % de los franceses les apoya, según un sondeo de Harris Interactive efectuado el domingo 2 y difundido el lunes 3. Otros sondeos elevan el apoyo a los chalecos amarillos hasta el 80 % de la población francesa.
En una tribuna en el prestigioso semanario Le Journal du Dimanche, varios autoproclamados fundadores del movimiento apuntaban ciertas exigencias que podrían emparentarlos con el 5 Estrellas italiano: revisión en profundidad del sistema fiscal, apuesta por la democracia participativa o purificación de la clase política.
También se les ha querido comparar con el «poujadismo«, una revuelta de tintes reaccionarios protagonizada por la pequeña burguesía en la década de los 50 y que fue el embrión del Frente Nacional.
Pero de nuevo, cualquier esfuerzo por encasillarlo, como ya sucedió con los 'indignados' del 15-M en España, será infructuoso.
Este movimiento, como ha apuntado el politólogo Pascal Perrineau, es un reflejo que le devuelve su imagen al presidente, según un análisis de Enrique Rubio a través de la agencia Efe.
Macron, un electrón libre que basó su campaña en su alejamiento de los partidos tradicionales y de la vieja forma de hacer política, pertenece a una «nueva era» al igual que los «chalecos amarillos», a juicio de ese investigador de la universidad SciencesPo.
«Macron inventó en el mundo de arriba un extraordinario movimiento de disrupción política, y ahora es abajo de la sociedad donde eso está sucediendo«, señaló Perrineau en una reciente entrevista en la emisora Europe 1.
Para el experto, tanto el joven presidente (40 años) como los manifestantes del chaleco reflectante responden a «nuevas formas de movilización, de organización, de gestión de crisis, que se están reinventando«.
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