«Nos tenemos que reinventar»

Eva Marco recibió la noticia del estado de alarma como si de una pesadilla se tratara. «El primer lunes del estado de alarma lo bautizamos como 'black monday'. No paraba de reicbir llamadas por teléfono para paralizar obras e inversiones. Daban ganas de irse a casa a llorar y pensar que era un mal sueño», cuenta esta gerente de un estudio de ingeniería, compuesto por tres personas y dedicado a realizar proyectos de reforma y rehabilitación de locales, así como licencia de actividad.

En su caso, el 80% de su facturación depende de clientes del sector del ocio y la restauración, el gran afectado de la crisis económica derivada del Covid-19. Según Eva, pese a la incertidumbre, la situación «ha ido mejorando» debido a que muchos de sus clientes «son unos luchadores» que tratan de capear el temporal. «Se han mentalizado de que hay que tirar adelante y que estos años de esfuerzo no pueden caer en saco roto por el virus», subraya.

No obstante, la actividad de esta pyme se ha visto reducida drásticamente. «Ahora trabajamos a ralentí, tenemos marcha, al menos no hemos parado. Calculamos que para este trimestre la facturación caerá un 50% más o menos. Pero seguro que luego recuperaremos más adelante», opina con optimismo. «No es lo mismo hacer un informe de ozono, como estamos haciendo ahora con esta situación, que hacer un proyecto», agrega.

En ese sentido, hace hincapié en su capacidad de readaptación a las circunstancias actuales. «Nos tenemos que reinventar. En nuestro caso estamos haciendo muchos informes para que los negocios se adapten a esta nueva situación con la pertinente seguridad e higiene con la que tendrán que empezar a funcionar», explica.

Además, sostiene que el empresario está a la expectativa de las restricciones que ponga la Administración. «Los clientes quieren abrir. Nosotros estamos echando el callo con ellos pero necesitamos flexibilidad y rapidez por parte de las administraciones», afirma.