El Ayuntamiento de Valencia está decidido a plantar batalla ante el Puerto de Valencia, en concreto, ante el proyecto de construcción de la terminal de contenedores en la ampliación norte, que recibió este viernes el respaldo de Puertos del Estado al considerar que la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) está vigente. Así se desprende de las declaraciones realizadas ayer por el alcalde de Valencia, Joan Ribó, que mostró su oposición «clara» tanto al proyecto como a la decisión del organismo estatal.
Publicidad
La posición de Puertos del Estado, que ha modificado el órgano sustantivo de las DIA y, por tanto, deja en manos de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) la decisión de realizar o no un nuevo informe ambiental, supone para Ribó un «lavado de manos» del Gobierno central. «En términos bíblicos es una decisión a lo Poncio Pilatos», dijo.
«La aceptación de esta ampliación es infumable para cualquier persona con un mínimo de sentido y voluntad sostenible», aseguró al tiempo que lamentó que para el proyecto «no se ha contado con los valencianos, sino que el interés empresarial prima en las decisiones tomadas a cientos de kilómetros de Valencia».
Ribó se preguntó también «de dónde vendrán los materiales para llenar la futura ampliación» y si no habrá «un nuevo ataque al litoral de Valencia», además de cuestionar qué planes de movilidad tiene la APV para «no saturar de camiones la ciudad y el área metropolitana». Según Ribó, la APV tendrá que decir «de una vez por todas» si piensa llevar a cabo la salida norte y, en caso afirmativo, «cómo piensa hacerla», un aspecto que ahora está en estudio.
Asimismo, criticó el escaso peso que la ciudad tiene en el consejo de administración del Puerto, donde él es el único representante de Valencia. De hecho, su voto fue el único en contra de la adjudicación a la empresa TIL de la concesión de la nueva terminal de contenedores. «Así no. El Ayuntamiento de Valencia debe velar por el bienestar de su ciudad, por el económico, por supuesto, pero también por el de todos sus barrios y su ciudadanía. Si no es así, conmigo que no cuenten«, remarcó.
Publicidad
Por su parte, la vicealcaldesa y portavoz socialista municipal, Sandra Gómez, lamentó que «se está haciendo política de un trámite administrativo desde hace un año». «La ampliación está casi hecha [la primera fase concluyó en 2008], ahora es momento de exigir compensaciones por los efectos adversos de la actividad portuaria«, dijo.
Por ello, reivindicó al Ministerio de Transición Ecológica un «plan serio» de regeneración para las playas del sur de la ciudad para «paliar» los «posibles efectos» de la ampliación que, además «vaya más allá de poner arena en las playas una vez al año».
Publicidad
Gómez también aprovechó para pedir a la APV que costee el desarrollo del proyecto del Parque de Desembocadura, al igual que ya lo ha planteado para la prolongación de la línea 10.
También se pronunció sobre la decisión de Puertos del Estado la portavoz del grupo municipal popular y presidenta del PP de la ciudad de Valencia, María José Catalá, que acusó al PSPV, Compromís y Podemos de «torpedear» la ampliación norte, por lo que les instó a «respetar» los informes técnicos y jurídicos que avalan la vigencia de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), ya que de este proyecto «dependen miles de puestos de trabajo».
Catalá, en un comunicado, lamentó que estas formaciones «llevan más de un año poniendo palos en las ruedas» a este proyecto y, a su juicio, tras el informe de Puertos del Estado es «el momento» de que la izquierda «deje de torpedear una inversión estratégica para la ciudad».
La portavoz popular recordó que, según los estudios realizados –en referencia al elaborado por la UPV y promovido por la CEV, Cámara Valencia y Propeller–, la ampliación norte del Puerto «tendrá un impacto de más de 44.000 empleos cuando la nueva terminal esté operativa» y «se generarán más de 15.000 puestos de trabajo durante su construcción».
«Los valencianos necesitan trabajar. Estamos en una crisis muy importante y estos puestos de trabajo son muy necesarios», defendió Catalá, que se sumaba al apoyo mostrado también el viernes por la patronal valenciana, cuyo presidente, Salvador Navarro, destacaba que el puerto es clave «para seguir ascendiendo posiciones en nuestro nivel de competitividad y para estimular nuestra economía».
Mientras, Intersindical Valenciana exigió la «retirada inmediata y sin condiciones» de los planes de ampliación del puerto y la «reversión de las infraestructuras de las primeras fases, que afectan gravemente el medio ambiente y nuestra salud». A su juicio, el proyecto supone un «exterminio de recursos naturales y el despilfarro de dinero público».
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.