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C. BONELL
valencia.
Lunes, 15 de noviembre 2021, 00:09
El sistema de riego a goteo enterrado se está generalizando en las modernas explotaciones vitivinícolas de Utiel-Requena, siendo esta comarca la que encabeza en estos momentos tal modalidad en España y probablemente en le viticultura mundial.
El riego a goteo enterrado consiste, como su denominación indica, en que las tuberías, líneas o ramales portagoteros, donde van los emisores que distribuyen el agua gota a gota, en vez de colocarse sobre suelo, como es lo más habitual hasta ahora, se ubican en el subsuelo, a unos 35 centímetros de profundidad.
El resto de la instalación es como las convencionales: cabezal con filtros, sistema de abonado y válvulas de sectores; tuberías de distribución en parcela (casi siempre enterradas) y ramales con los goteros. Lo más sencillo es colocar los emisores en superficie, enchufando cada línea a las tuberías secundarias, que en las plantaciones de árboles o vid están fijas en zanjas abiertas previamente y después tapadas. En algunos cultivos hortícolas de temporada cabe que las secundarias también se sitúen en superficie, para facilitar su posterior recogida.
Los principales motivos para optar por el goteo enterrado son los de maximizar el agua disponible, porque el agua se sitúa más cerca de las raíces absorventes y se ahorra evaporación en superficie, y evitar daños en las tuberías durante las operaciones de cultivo o por ataques de animales, gamberrismo e incluso robos, según han explicado a LAS PROVINCIAS Antonio García, especialista de riego de la empresa requenense 'La Campesina', y Juanjo Bellod, de la firma Regaber, que importó de Israel la tecnología de UniRam-Netafim sobre riego a goteo subterráneo.
Hoy no se concibe una explotación vinícola moderna que no disponga de riego de apoyo. El concepto de modernización abarca desde el empleo de material vegetal selecto, variedades con proyección de mercado, marcos de plantación mecanizables (en espaldera) y red de riego a goteo, utilizable en momentos del año en que la lluvia no acompañe, cuando disponer de aportaciones puntuales de agua puede marcar el ser o no ser de una cosecha en buenas condiciones.
Durante las operaciones de instalación de riego enterrado en unas parcelas de uva albariña, en la finca Casilla Herrera de bodegas Hispano-Suizas, Rafael Navarro, uno de los propietarios de las mismas (con Marc Grin y Pablo Ossorio), detalló los planes de inversión de la firma para extender este tipo de riego a todas sus fincas, como modo de asegurar producciones y máxima calidad.
Para funcionar sin problemas, los goteros enterrados deben ser, como en este caso, autocompensantes y antisucción, y exigen algún cuidado complementario de mantenimiento para asegurar el buen funcionamiento del sistema. Su uso también se está extendiendo en cítricos, frutales, almendros, olivar, jardinería..., puesto que este procedimiento evita muchos inconvenientes y permite el máximo aprovechamiento agronómico de pequeños cudales disponibles, como ocurre con los modestos pozos concedidos por la CHJ en Utiel-Requena.
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