Las pensiones no contributivas de la Seguridad Social están pensadas para aquellos ciudadanos que no han cotizado o no alcanzan al mínimo requerido para tener derecho a cobrar una pensión contributiva. Es una ayuda muy necesaria teniendo en cuenta que el nivel de vida en España es cada vez más elevado y las subvenciones dan para menos. Y es que a los gastos básicos como la hipoteca o el alquiler, hay que añadirles que la cesta de la compra es más pequeña por el mismo dinero o que poner los electrodomésticos sin mirar la hora nos puede disparar la factura a final de mes.
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Ante esta situación, cobrar una pensión, aunque no sea demasiado elevada, se convierte en un alivio para el bolsillo. Entre las ayudas que se ofrecen a quienes no tienen cotización encontramos dos que pueden ser un descanso para sus beneficiarios: la pensión no contributiva de jubilación y la de invalidez, para quienes tienen un grado de discapacidad igual o superior al 65%.
El importe a recibir con una de estas dos pensiones este 2024 es de 7.250,60 euros anuales, aunque hay que tener en cuenta -tal y como detalla el Imserso en su sede electrónica- que esta cuantía puede variar en función de las circunstancias del beneficiario, como su nivel de rentas e ingresos y su unidad de convivencia. El mínimo es de 1.812,65 euros al año, por lo que sus beneficiarios no cobrarán menos de 151 euros al mes. A estos datos hay que añadir que en caso de la pensión de invalidez se puede cobrar también un complemento del 50% (3.625,30 euros al año más) si la discapacidad es superior la 75% y se necesita la asistencia de otra persona.
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Sin embargo, los beneficiarios de las pensiones no contributivas no se pueden descuidar y es necesario conocer bien cuáles son tus derechos y obligaciones a la hora de mantener el cobro del subsidio. Y es que hay cuatro razones por las que se puede dejar de cobrar estas ayudas:
- No presentar la documentación necesaria que se establece como requisito: la declaración anual de ingresos y el certificado de fe de vida.
- Cambio en tu situación financiera. Si tus ingresos aumentan y sobrepasas el máximo de renta exigido para poder optar a la prestación, puedes perder el derecho a la misma. Puedes consultar en la sede electrónica del departamento las rentas máximas exigidas para ello, que varían en función de la unidad de convivencia.
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- No comunicar a la Seguridad Social cualquier cambio que se pueda produir en tu renta, estado civil o residencia. Detallar este tipo de actualizaciones es obligatorio para poder percibir una pensión, con el fin de que el departamento pueda comprobar si sigues cumpliendo los requisitos para recibirla.
- Datos erróneos. Si alguno de los fatos aportados a la Seguridad Social resulta falso o erróneo, pueden retirarte la prestación por irregularidades.
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