![Ami Bondía: «Emprender requiere de fuerte autoestima porque van a decirte 'no' muchas veces»](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/05/20/ECH_7036-RBmn4RLTgUi9riymyaIDbAM-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Le gusta decir que es impulsora de valientes y cree firmemente en aquello del 'Yes, we can' porque los sueños están para identificarlos e ir a por ellos sin rodeos. Una receta que ella misma se ha aplicado en su carrera profesional y que cobra ... mayor relevancia en los últimos años, donde ha tenido que recurrir a esas herramientas que explica en sus conferencias para hacer frente a una infección (una mediastinitis) que casi le cuesta la vida. De esas vivencias nace el último libro de la comunicadora valenciana Ami Bondía, 'Energía vitalista' (Círculo Rojo).
-¿Este libro es como retomar la partida de la vida?
-Sí, sí. Lo que cuento en esta ocasión es cómo de la noche a la mañana la vida se para y tengo que volver a aprender a vivir ya que despierto en un hospital y estoy paralizada, ni sé si voy a volver a hablar... Realmente es un volver a empezar de cero, ver la vida con los ojos de ilusión que forma parte esencial de la recuperación. Así que sí, desde luego.
-Estructurado en dos partes, que pueden leerse independientemente pero que una no se entiende sin la otra, ¿en qué ha cambiado la Ami de 'Un café con Chan' a la de 'Energía vitalista'?
-No necesitaba que la vida me zarandeara para decir «Voy a disfrutar de cada instante» porque siempre he sido una persona vitalista. Pero, como me ha pasado, se aprende mucho. Es más, el aprendizaje que me he llevado tiene que ver, sobre todo, con creer más en ciertas ideas de las que hablaba en mis libros, en las conferencias… He puesto en práctica muchas herramientas que llevaba mucho al terreno profesional y al mundo de la empresa y me he dado cuenta de que esas mismas herramientas me han servido para afrontar una enfermedad. Por ejemplo, dónde pones la mirada si en lo que tienes o en lo que te falta, ir celebrando cada pequeño éxito, rodearte de 'personas pila'… Esas mismas herramientas funcionan para la vida profesional, pero también para la vida personal y cualquier reto que se te ponga por delante: un despido, un divorcio, un cambio profesional… Es un aprendizaje de aprender a relativizar las cosas. La clave está en sacar la energía vitalista.
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Elísabeth Rodríguez
-Hablas de que todos tenemos una fuerza interior dormida. ¿Cómo la activamos?
-Siempre empezaría por el autoconocimiento, que tiene que ver con alejarnos del ruido externo -que a veces se convierte en ruido mental- para parar y hacernos preguntas: qué me hace feliz, en qué soy bueno, qué cosas me enfadan, qué cosas me tranquilizan… Cuando conocemos este mundo interno que tenemos, somos capaces de enfocar. Cuando nos conocemos, sabemos qué hacer y se impulsa nuestra autoestima, que es esencial para acometer los retos. Las cosas sólo ocurren cuando pasamos a la acción. Y también saber rodearnos de personas que nos miren con grandeza, del efecto Pigmalión, pues el entorno nos condiciona. Esos serían los pilares: conocernos a nosotros mismos, rodearnos de personas que nos impulsen y pasar a la acción.
-Me quedó ahí. Dices que hay que omitir los límites, ¿vivimos muy encorsetados?
-Tenemos dos límites principalmente. Uno es el interno, que tiene que ver con el autodiálogo, esa vocecita que muchas veces es tan crítica que no le hablaríamos así a nadie de nuestro entorno y tiene que ver con cómo nos juzgamos: «Esto va a salir mal, eres tonto, te vas a equivocar…» y todas esas frases que lo único que hacen es empequeñecernos. Esto hay que trabajarlo; una vez más vuelvo a ejercicios que tengan que ver con el autoconocimiento, con la meditación, con aislarte del ruido… La clave está en escucharte; lo que pasa es que esto nos da miedo porque cuando uno mira hacia adentro se puede encontrar cosas que no le gustan.
-En el libro, en la segunda parte, se habla también de productividad, optimizar recursos… ¿Seguro que no te ha encargado el libro la patronal CEOE?
-(Risas) Se ha trabajado mucho el mundo empresarial, pues para conseguir más productividad se han desarrollado muchas herramientas mentales, de patrones de estrategia de trabajo y entonces piensas «Oye, si las herramientas ya están inventadas, ¿por qué no me lo voy a aplicar a mí mismo que soy mi mejor empresa?». Aunque trabajes para otro, tú siempre vas a ser tu mejor empresa y, efectivamente, el mundo está lleno de herramientas que las empresas usan en su día a día para sacar la mayor productividad. Entendido productividad como la mayor felicidad, la mayor energía, la mayor autoestima, todo tu potencial… Así que efectivamente hay mucho del mundo de la empresa aplicado a uno mismo.
-¿Y cómo puede ayudar también la empresa a activar o mejorar tus capacidades? Últimamente se habla mucho del salario emocional.
-Fíjate, lo del salario emocional es muy importante por dos razones. Una, porque las nuevas generaciones lo tienen clarísimo: su aspiración no es llegar a ser el súper jefazo que no tiene vida, sino que quieren un equilibrio entre vida personal y profesional; y segundo, porque la felicidad y el bienestar hacen que la empresa sea más productiva ya que cuando uno trabaja desde esa situación de equilibrio va a sacar lo mejor de la creatividad, va con una energía positiva que se contagia con lo cual reducimos el 'burnout', que es una de las principales causas de bajas laborales y, por tanto, de pérdidas económicas en el trabajo. Entonces, ¿qué pueden hacer las empresas? Hay algo que se está haciendo bien después de una pandemia pues hemos visto que las tecnologías nos ayudan a trabajar desde cualquier lugar, así que vamos a utilizarlas para ponerlas al servicio del bienestar del empleado. Y luego tiene que haber buenos líderes, un liderazgo nuevo, que inspire, basado en el ejemplo y no tanto en haber llegado por contactos… Tiene que haber líderes que sepan detectar el talento de las personas de su equipo, motivarlas.
-Lo hemos ido dejando caer a lo largo de la conversación, pero por recopilar: ¿cómo puede ayudar esa energía vitalista a los emprendedores, a aquellos que están en plan qué hago, doy el salto o no?
-Está muy conectado con conocerte, con la autoestima. Emprender requiere de fuerte autoestima porque van a decirte 'no' muchas veces y te van a cerrar la puerta mil veces la puerta. Hay que confiar mucho en ti, en la idea que tienes, en tu proyecto, para levantarte las veces que haga falta. Y, por supuesto en ese camino de caer ir aprendiendo y mejorando. La energía vitalista te da esa confianza y esa valentía para pasar a la acción y hemos dicho también que sin acción no hay resultados.
Ami Bondía
-Y para pasar a ese club de los profesionales vitalistas...
-Hablo mucho de la mentalidad BOOM como una de las claves de las profesiones vitalistas, que tiene que ver con esa mentalidad ganadora. Hay que trabajar cuatro claves: busca aquello que te apasione; olvida el confort y pasa a la acción; omite límites; y marca la diferencia, bien seas tú como marca personal bien sea tu proyecto.
-Dices que la energía vitalista «es trampolín para los sueños». ¿Cuál es el próximo sueño de Ami Bondía?
-¡Ya lo tengo en mis manos! A nivel personal tiene que ver con la familia que he creado, seguir disfrutándola; y a nivel profesional me siento muy realizada profesionalmente porque he encontrado mi camino. Me gusta decir que soy impulsora de valientes, que a través de los libros y de las conferencias divulgo un mensaje de «Sí, se puede; descubre tus sueños y atrévete a ir por ellos». Un mensaje que el sistema educativo, al menos el tradicional, no nos ha enseñado, pues mi misión está ahí. Y, además, aunque he hecho cosas en América Latina quiero seguir creciendo allí, internacionalizarme más.
-Mencionas la educación. ¿Se debería trabajar más en la en las escuelas este tipo de herramientas?
-Totalmente, es básico. En el libro se habla mucho de resiliencia y determinación como claves para despertar esa energía vital. Y en el mundo tan incierto en el que vivimos tenemos que tener esa caja de herramientas para que venga el reto que venga, sea del tipo que sea (profesional, personal o global), seamos capaces de gestionarlo de manera adecuada. Y eso creo que se debería tratar en la educación: desde la mentalidad de la que hemos hablado, el autoconocimiento, trabajar con estrategia, la optimización de recursos... Trabajar en favor de sacar todo lo mejor que tenemos para adaptarnos e incluso salir enriquecidos de ese reto que nos llega en la vida.
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