Constantijn van Oranje, durante su intervención en el Main Stage del VDS. Iván Arlandis

Los consejos sobre inversión que el príncipe de Países Bajos ofrece al ecosistema emprendedor valenciano

Constantijn van Oranje analiza la importancia de «tener una cultura inclusiva» a la hora de invertir en startups durante su intervención en Valencia Digital Summit

Jueves, 24 de octubre 2024, 20:15

La Ciudad de las Artes y las Ciencias se ha convertido durante dos días en el epicentro de la fiesta de la innovación, con motivo de la celebración del Valencia Digital Summit. Una de las conferencias más esperadas del evento era la de Constantijn ... van Oranje, Príncipe de los Países Bajos y enviado especial de Techleap, organización sin ánimo de lucro dedicada a conectar a emprendedores tecnológicos.

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En un ambiente relajado, pero cargado de energía, Constantijn ha subido al escenario este jueves para compartir su visión sobre cómo la inclusión puede convertirse en una herramienta estratégica para atraer el mejor talento y fomentar la innovación en las empresas. «Tener una cultura inclusiva es algo en lo que hay que invertir desde el principio», afirmó el príncipe, dejando claro desde el primer momento que este no es un tema accesorio ni algo que pueda dejarse para después.

Constantijn explicó cómo, en un principio, la diversidad y la inclusión no parecían tener un impacto directo en la industria tecnológica. Recuerda una conversación con inversores y representantes gubernamentales, en la que casi todos calificaban la importancia de la diversidad con notas altas, de 8 o 9. Él, sin embargo, sorprendió a la sala diciendo: «Yo le doy un 5,7». Este comentario provocó una reacción instantánea: «¿No crees que sea importante?». Su respuesta fue contundente: «Sí, creo que es importante, pero no creo que realmente estéis haciendo algo al respecto».

Este fue el punto de inflexión que llevó a Techleap a tomar cartas en el asunto. Comenzaron por analizar el ecosistema y encontraron que las decisiones de inversión estaban mayoritariamente en manos de hombres, lo que provocaba que las oportunidades de financiación se concentraran en startups lideradas por hombres. El resultado fue claro: «Nos dimos cuenta de que estábamos perdiendo muchas oportunidades».

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En lugar de abordar la inclusión como un compromiso social, Constantijn y su equipo decidieron hacerlo de manera estratégica. «Vimos que los equipos diversos, en particular los que incluyen mujeres, superan a los homogéneos, sobre todo cuando las empresas crecen», explicó. No se trataba solo de cumplir con una agenda política o de ser políticamente correctos, sino de mejorar el rendimiento y atraer talento de forma sostenida. Empresas con culturas dominadas por hombres blancos simplemente no resultaban atractivas para el talento diverso. Y eso, en un entorno de rápido crecimiento, era un problema.

El príncipe también hizo hincapié en la evolución personal que exige esta mentalidad inclusiva. «Yo crecí con todo tipo de prejuicios y mentalidades. Desafiarlas ha sido un proceso continuo de aprendizaje», confesó. La inclusión no es algo que se implemente de la noche a la mañana; requiere un esfuerzo constante y la capacidad de desaprender hábitos y pensamientos que vienen de muy lejos. «Tienes que sentirte seguro en la empresa para llevar a ella todo lo que quieras de ti y dejar ver todo lo que quieras de ti», comentó, subrayando la importancia de crear entornos seguros y abiertos donde los empleados puedan ser ellos mismos sin miedo a represalias o exclusiones.

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Y es que la inclusión no solo se trata de género, sino de crear espacios donde el talento —sin importar su origen, género o identidad— quiera y pueda contribuir al máximo. «Es un proceso continuo de aprendizaje», afirmó Constantijn, reafirmando que la inclusión debe estar integrada en el ADN de las empresas desde sus primeras etapas.

Ingrid Tappin y la importancia del liderazgo inclusivo

Compartiendo escenario con Constantijn, Ingrid Tappin, fundadora y CEO de Diverse Leaders in Tech, aportó una perspectiva complementaria sobre el impacto de la inclusión en la cultura empresarial. Desde su experiencia ayudando a empresas tecnológicas a mejorar sus prácticas inclusivas, subrayó que no es suficiente con establecer políticas desde recursos humanos, sino que el liderazgo inclusivo debe venir desde toda la estructura de la empresa.

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«Trabajar en una cultura inclusiva es algo que beneficia a todas las áreas de la empresa. La capacidad de liderar en inclusividad va a ser una de las competencias más importantes de nuestro mundo», destacó Ingrid. Con una trayectoria que la ha llevado a liderar iniciativas globales de diversidad e inclusión, Ingrid compartió cómo Diverse Leaders in Tech ha creado una plataforma basada en datos para ayudar a las empresas, independientemente de su tamaño o recursos, a construir culturas inclusivas que atraigan talento diverso.

«El desafío es global, y con el crecimiento del trabajo remoto y los equipos distribuidos, la diversidad es más relevante que nunca. No es solo cuestión de números, es cuestión de cómo nos entendemos y lideramos en este mundo cada vez más conectado», agregó.

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La conferencia dejó claro que la inclusión no es solo una cuestión moral, sino una necesidad estratégica para cualquier empresa que quiera ser relevante en el panorama global. Las palabras de Constantijn resonaron entre los asistentes: si una startup no es capaz de atraer al mejor talento, independientemente de su género o procedencia, está condenada a quedarse atrás en un mundo cada vez más competitivo.

La charla finalizó con un mensaje inspirador para los emprendedores y líderes presentes en el VDS: la inclusión es algo que debe trabajarse desde el primer día. «Si esperas demasiado para cambiar, luego será demasiado difícil darle la vuelta», advirtió el príncipe, dejando claro que este no es un problema que pueda posponerse.

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