Emprendedoras y empresarias referentes en la Comunitat. IVÁN ARLANDIS

Emprendedoras valencianas: «No podemos dar ni un paso atrás en cuestiones de feminismo»

¿Qué papel juegan las redes sociales en la elección de los estudios? ¿Qué caracterizan las startups dirigidas por mujeres? ¿A qué retos se enfrentan ellas en un mundo cada vez más tecnológico? Siete empresarias influyentes de la Comunitat reflexionan al respecto con motivo del 8M

Lourdes Martí

Valencia

Miércoles, 5 de marzo 2025, 00:47

Son siete mujeres emprendedoras y empresarias. Distintas generaciones, diferentes sectores, orígenes diversos. Algunas se conocen, otras incluso trabajan codo a codo y a otras sólo ... se ponían cara tras buscar sus perfiles en redes como LinkedIn.

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Tras un encuentro a media tarde se percibe los fuertes valores que todas comparten; también inquietudes respecto a la «politización del feminismo»; así como dudas sobre el futuro y el papel de la Universidad en esa preparación para los retos del siglo XXI. Sin embargo, cuando se les cuestiona por «referentes» la transversalidad intergeneracional del debate varía. «Yo no tuve referentes en casa para dedicarme a lo que finalmente sí que hice. A los 16 años sabía que quería estudiar una ingeniería. Lo tenía claro», explica Victoria Majadas. Al final estudió Telecomunicaciones, socia fundadora en Smart To People (A Smart City Consulting), senior advisor business angel, presidenta de BIGBAN Inversores Privados, y profesora en ESIC, entre otros, valora positivamente «los programas de mentoría» que ahora existen y que permiten compartir vivencias: «Tenemos que trabajar mucho en la parte esa del empoderamiento femenino, para las jóvenes es bueno tener esas referencias cercanas, reales, con las que pueden conversar, de las que pueden aprender. A nosotras nos preguntas y, sí, Marie Curie te puedo decir, pero no teníamos tantos referentes conocidos en los que poder inspirarnos».

Mercedes Iborra a su lado asiente, fundadora junto a su hermana Lucía, de VisualNacert, la ingeniera agrónoma, tuvo en su «abuelo» a su mayor referente. «Era un hombre alto, guapísimo, al que le gustaban las flores y la agricultura -desvela- sin embargo, yo me quedo con el referente de los valores, no tanto de lo que es el aspecto empresarial. En mi casa siempre hemos trabajado muchísimo, muchas horas, nos levantábamos a horas intempestivas. Para mí, de lo que me he dado cuenta a lo largo de los años es de lo importante que es que las personas que forman parte de tu equipo compartan esos valores». Todas asienten. Y, ¿cuáles son?, entre otros el «trabajo» y las ganas de «seguir aprendiendo». También el «compromiso» y la «coherencia». Todas confluyen en que éstos son innegociables y que, también es a ellas, a quienes más se les exige.

Las semejanzas entre los modelos de mujeres emprendedoras tienen aspectos en común. Los microcréditos, dirigidos en su mayoría a mujeres, en países como India, han supuesto una revolución en el ecosistema social. Uno de los secretos del éxito es que ellas tienen una mirada más «a largo plazo» del dinero que reciben y cómo lo gestionan. Nuria Lloret es Catedrática en Administración Electrónica por la Universitat Politécnica de Valencia, es emprendedora, mentora, profesora, entre otros, reflexiona sobre esta característica: «Tengo empresas desde hace 25 años y funcionan, no son multinacionales pero damos de comer a un montón de gente y somos felices. Cuantas más mujeres nos integramos en el emprendimiento, más riqueza social generamos porque sí que es cierto que creamos empresas, que queremos ganar dinero, pero tenemos una visión del medio y largo plazo y del trabajo continuo». Majadas, sí confirma que, «sí que hay estadísticas que reflejan que las startups fundadas por mujeres, a medio y largo plazo sacan mejores resultados y retornos».

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Una peculiaridad de estas siete protagonistas es que han emprendido con otras mujeres. Iborra con su hermana y también Sarah Soler y Julieta Pellicioli. Las dos últimas son el motor de La Contornà, ese evento que trimestralmente se convierte en un punto de encuentro entre empresarios y emprendedores.

Pellicioli es de nacionalidad Argentina. Ella pertenece a esa minoría que se atreve a emprender lejos de casa. Según algunos informes como la EPA, las mayores dificultades que tienen a la hora de poner en marcha su propio negocio las mujeres migrantes están relacionadas con barreras como el desconocimiento de determinadas cuestiones jurídico-administrativas, mayores dificultades en materia de financiación, falta de red de apoyo o incluso determinados estereotipos y prejuicios que dificultan poner en marcha un negocio. «Yo emprendí en mi país, tenía una agencia de marketing en su momento, que después evolucionó aquí en España, porque creo que emigrar también te cambia y hace crecer en muchos sentidos, también tengo una familia muy emprendedora, entonces siempre me planteé esto como estilo de vida también", desde

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Amelia Arroquia, Mercedes Iborra, Mila Llopis, Nuria Lloret, Victoria Majadas, Julieta Pellicioli y Sarah Soler, protagonistas

Capital Federal, Buenos Aires, llegó a Valencia, un lugar más "tranquilo" y en el que, volviendo al tema de los referentes, Pellicioli también entiende que las mujeres extranjeras deben sentir que otras pudieron hacerlo y ellas tienen la posibilidad de emularlas: "Totalmente, de hecho creo que una de las primeras cosas cuando venimos y emigramos a algún país: buscar referentes, no solamente de nuestra propia cultura, sino también de las personas que ya están emprendiendo que nacieron aquí. Pero sí, ayuda mucho ver a otras, para mí fue muy inspirador ver a otras argentinas también emprendiendo en España y su recorrido".

Ella y Sarah, se conocieron en la Cátedra de Cultura Empresarial de la Universitat de València. Son, las benjaminas del grupo que hemos reunido en La Rotativa de LAS PROVINCIAS. «Es cierto que nosotras sí que hemos tenido, gracias a la Cátedra, ese contacto con empresarias, con mujeres a las que admirar más allá de las personas de nuestro entorno». También defienden que en el espacio donde desarrollan parte de su actividad laboral es un lugar en el que emprendedores aprenden directamente de personas con experiencia. «Es cierto que puede parecer que el mundo funciona mucho más rápido de lo que la Universidad es capaz de responder, pero existe la posibilidad de realizar cursos que permiten ese contacto con profesionales del sector de los que aprender», Amelia Arroquia, fundadora del libro de tendencias Minicool, también lleva impregnado el valor del esfuerzo. Trabajar y estudiar han sido una constante en su vida, una vida de la que desde hace tres años forma parte importante también su hija Irati. «Es verdad que puede ser que lo que lo que son los estudios reglados tal y como lo entendemos no den opciones pero existen multitud de cursos gratuitos también de empresas que se adaptan a la realidad mucho más rápido».

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Por su parte, Mila Llopis, presidenta de la Asociación de Mujeres Emprendedoras de la Comunitat Valenciana (AME), no tiene duda de qué es lo que más buscan ellas cuando se ponen en contacto con el organismo que encabeza: "Buscan una red de contactos para poder crecer. Es lo más importante. Yo recuerdo, también un poco porque el mundo está cambiando, que sí, que está muy bien la formación online, pero que también es importante asistir a encuentros, charlas, a los eventos cara a cara porque es ahí donde realmente vas a llegar a ese nivel de complicidad con la otra para poder poner en marcha tus sueños o para seguir creciendo".

Sí que entienden todas, de modo unánime que el feminismo: «No debería ser una cuestión política y se ha politizado porque el feminismo es buscar la mejora de la sociedad». También son conscientes de que hay que resistir: "No podemos dar ni un paso atrás en cuestiones de feminismo". Un trabajo que no puede hacerse solo con mujeres. "Sin ellos, bajo mi punto de vista, no podemos hacer nada. Ellos tienen que formar parte de ese cambio y de ese apoyo social que está en otros ámbitos como el familiar y también dentro del hogar. Muchas mujeres se ven obligadas a renunciar a sus sueños, por motivos machistas, muchas de ella se llevan en silencio y hay que darle voz a eso", comenta Arroquia.

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Lloret amplía su reivindicación: "Hay otro debate que aparece de forma sistemática, que es el de cuotas, y muchas veces por las propias mujeres que están en puestos de responsabilidad que no quieren que se les considere que están ahí por las cuotas. Sí, están ahí por eso, pero no porque no lo merezcan, es porque se han demostrado que son necesarias". Las cuotas son una fórmula de justicia positiva, pero es que además también son útiles para demostrar que los criterios de promoción interna tienen un sesgo machista.

En la ciudad de Valencia, este 8M está dedicado a las mujeres científicas. En el Observatorio de IA y Diversidad, un espacio pionero en el ámbito de la inteligencia artificial con un enfoque centrado en la inclusión y la equidad impulsado por la Universitat Politècnica de València, se extraen datos que reflejan una problemática muy clara. «Los equipos de personas que están desarrollando herramientas de inteligencia artificial son eminentemente masculinos, hombre blanco de determinada edad», afirma Llopis.

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Ellas siguen volcadas en los cuidados

Los datos son crudos, la mayoría de mujeres de ciencias se decantan por los estudios relacionados con los cuidados, de hecho menos que . ¿Por qué? Pellicioli recuerda: «Hablábamos antes de referentes, y claro, por ejemplo mi abuela sí que emprendió, pero es una rara avis, no es lo normal. Excepto casos puntuales, lo normal es que tengamos en mente a mujeres que se dedican precisamente a los cuidados».

Soler, relaciona también estas decisiones con un factor que también se debe tener en cuenta: «No debemos olvidar las redes sociales, hay un algoritmo que entiende lo que te gusta y te muestra, sobre todo, lo que te gusta. Entonces normalizamos nuestra realidad solo. Antes, alguien iba al bar, soltaba un comentario y alguna persona le decía que esto era una barbaridad o que opinaba otra cosa distinta... ahora te muestran a cinco usuarios que piensan lo mismo, la adolescencia es una época muy vulnerable, cuando tienes que elegir el bachiller o incluso la carrera, te fijas a tu alrededor y, quizás, por esto, se ve más reducido. Parece que nos hemos modernizado pero en realidad es una falsa evolución».

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Arroquia informó de una carencia patente que también detectó al impartir un curso: "El año pasado realicé un curso para emprendedoras para científicas en la Universidad Politécnicas para Científicas y la falta de formación con respecto a los conocimientos empresariales es abrumadora. Y claro, sin esos conocimientos por mucho que quieras hacer una empresa es muy complicado. Entonces, en ese sentido es fundamental insistir en que se necesita apoyo por parte de los docentes porque sí que es verdad que hay mil cursos, pero a la gente le cuesta reconocer cuáles realmente les llevan a satisfacer sus objetivos".

La maternidad y el emprendimiento son dos aspectos de la vida que muchas veces se idealiza. Sin embargo, la realidad es que ser madre y tener un negocio propio conlleva, todavía, muchos retos. "Ahí realmente estamos completamente abandonadas, no hay ningún tipo de apoyo para poder llevarlo todo a cabo. La maternidad supone un vuelco en muchas cosas y a nivel de emprendedoras debería haber más información. Hay un cambio quizás de mentalidad en el que nosotras no queremos renunciar a criar a nuestros hijos e hijas, no queremos abandonarlos. Entonces, en ese sentido, creo que es interesante para las jóvenes emprendedoras que se tengan cuenta y que se pongan valor".

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La lucha por el feminismo, por la igualdad real, continúa siendo necesario. Otro de los aspectos que lo confirma es la todavía existente brecha salarial entre hombres y mujeres. En los años 60, nació en Estados Unidos un movimiento, el Equal Pay Day que a día de hoy se sigue celebrando. Y es imprescindible. Según datos del INE, las mujeres percibieron en el año 2022 de media, 5.022,02 € menos al año que los hombres, reflejando una brecha salarial del 17,1% en España. La Comunitat se sitúa en la media estatal, habiendo disminuido la brecha en 3,1 puntos respecto al año anterior. La Asociación de Empresarias, Directivas y Profesionales de Valencia (EVAP) volvió a reunir, el pasado 24 de febrero, en el Ayuntamiento de la ciudad, un buen puñado de mujeres. En el acto, advirtió del riesgo de «dar pasos atrás» en un momento en el que la brecha salarial en la Comunitat Valenciana todavía es del 17,1 por ciento y en el que «los avances en derechos que ya hemos conseguido parecen estar en peligro», recordó María Iranzo, presidenta.

Entre las asistentes se encontraban la alcaldesa de Valencia, María José Catalá; la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, y representantes de los diferentes grupos municipales, junto con la secretaria autonómica de Igualdad y Diversidad de la Generalitat, Asunción Quinzá; la directora general de Igualdad y del Instituto de las Mujeres, Davinia Bono; la vicepresidenta primera de la Diputació de València, Natalia Enguix; y la presidenta de CEV Valencia, Eva Blasco. También Lloret y Arroquia: "El problema que tenemos, y es a nivel global, es que las mujeres seguimos estando peor pagadas en los mismos puestos de trabajo. Es un día para recordar que no habrá igualdad hasta que no haya igualdad económica", concluyen.

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