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El crecimiento poblacional, el envejecimiento de la sociedad y la sostenibilidad son tres de los grandes desafíos del siglo XXI. Se estima que, para ... 2050, el mundo necesitará producir más de un billón de toneladas de carne y 200 millones de toneladas de cereales para alimentar a la población. Al mismo tiempo, el número de enfermedades raras y afecciones asociadas a la vejez seguirá aumentando, lo que plantea una presión añadida sobre los sistemas sanitarios. Sin embargo, los métodos actuales de producción, tanto en el sector alimentario como en el farmacéutico, no están preparados para esta demanda.
En este contexto, la biotecnología emerge como una solución transformadora. Las células, gracias a su capacidad de producir moléculas a partir de su ADN, pueden convertirse en auténticas fábricas de medicamentos, alimentos y otros compuestos esenciales. Sin embargo, desarrollar microorganismos que cumplan estas funciones de manera eficiente es un proceso complejo, lento y costoso. Por ejemplo, producir una levadura capaz de fabricar artemisinina, un fármaco contra la malaria, costó casi mil millones de dólares y tardó más de una década en desarrollarse.
Aquí es donde entra en juego Ajax DNA, una startup valenciana que propone una solución innovadora para acelerar y abaratar este proceso. Fundada en 2024 por Alejandro Atienza Vicedo y Jiate Xu, esta compañía combina la experiencia en biotecnología de sus creadores con una visión transformadora. Alejandro, biotecnólogo formado en la Universidad Politécnica de Valencia y el programa CDTM, ha trabajado con empresas como Lufthansa y Vickyfoods, mientras que Jiate, también biotecnólogo, cursa el máster en Biología Sintética Integrativa del CSIC-UIMP.
La propuesta de Ajax DNA se centra en una tecnología que elimina hasta el 80% de los pasos necesarios en el desarrollo de células productoras, lo que recorta los costes en la misma proporción. Este enfoque permite probar simultáneamente miles de variantes de ADN, seleccionando la mejor opción en un solo intento, en lugar de recurrir a procesos repetitivos y prolongados.
«Los gigantes farmacéuticos, de la industria alimentaria e incluso de la industria en general dicen tener la solución. Apuestan por producir células que fabriquen nuevos fármacos, nuevos alimentos, nuevos productos. Productos generados de forma más barata y más eficiente tanto en espacio como en recursos. Además son métodos de producción que permiten implantar un modelo económico circular. Pero no llegan a tiempo. La solución está ahí, pero es lenta», explica.
En este contexto, lo que destaca Atienza es que con su tecnología «es posible probar tantos fragmentos de ADN para crear miles de variantes de microorganismos, de forma que ya no sea necesario probar una y otra vez, sino probar todo a la vez, y simplemente elegir el mejor en un solo intento», añade.
El prototipo actual de la compañía es una fábrica de células en miniatura diseñada para operar en hospitales. Su objetivo es permitir la producción local y personalizada de moléculas que se traduzcan en tratamientos inmediatos. Además, la startup valenciana explora aplicaciones en la industria alimentaria, como la producción sostenible de saborizantes que ahora se obtienen de plantas.
Aunque la startup apenas comienza su andadura empresarial, ya ha logrado hitos significativos. Ajax DNA ha sido reconocida con el premio Bioval al Joven Talento en biotecnología y se ha integrado en el programa AgrotecUV de la Universidad de Valencia, especializado en incubar empresas tecnológicas. Además, la compañía busca financiación a través del fondo Valencia Innovation Capital, que ofrece hasta 100.000 euros para proyectos innovadores.
Pero su ambición no se detiene en el ámbito local. Su fundador desvela que ya han iniciado conversaciones con instituciones valencianas como Fisabio y Darwin Bioprospecting Excellence, así como con centros internacionales como el Jeff Bezos Biocenter, «ya que todos compartimos la visión en común de hacer un mundo mejor y cuanto antes», apunta.
El impacto de Ajax DNA va más allá de la producción farmacéutica. Su tecnología también responde a la necesidad de un sistema económico más circular y sostenible, capaz de reciclar y reutilizar recursos en lugar de generar residuos.
Con esta visión, la startup no solo busca transformar la manera en que producimos medicamentos y alimentos, sino también contribuir a un futuro donde la biotecnología sea más accesible, eficiente y ecológica. «Queremos hacer que tratar enfermedades raras y asociadas a la vejez sea rentable y accesible al sistema de salud público, que sea posible hacer nuevos alimentos y que se pueda establecer un sistema económico circular», asegura su fundador. Para conseguirlo, considera que tiene que haber «una revolución biotecnológica, donde hacer biotecnología tiene que ser rentable y fácil. Con nuestra tecnología podemos conseguirlo y podemos hacer que pase en Valencia», concluye.
Ajax DNA se posiciona así como un ejemplo del potencial innovador de las startups valencianas, con una propuesta que combina tecnología, sostenibilidad y una clara proyección global.
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