24 horas en Innsomnia

«Vente que vamos a probar unas gafas de realidad inmersiva». Dani, con una caja en mano, invita a un compañero a testear un proyecto que todavía está en desarrollo. «Se llama prueba de concepto». Ambos se meten en una de las salas del hub de Innsomnia. Nos encontramos en el primer piso del edificio. Mientras el compañero se adentra en el metaverso y experimenta esas sensaciones que prometen transportarnos al lugar que queramos sin movernos de casa, alrededor de 20 personas trabajan en el espacio principal del moderno edificio.

El reloj está a punto de marcar las 11 horas. Es una mañana atípica en Valencia. Apenas unos rayos de sol son suficientes para magnificar el inspirador paisaje que asoma por uno de los grandes ventanales del hub ubicado al sur de la dársena de la ciudad. Pese a ser invierno.

La imagen dentro del edificio que alcanza los 4.000 metros cuadrados es algo diferente a la de una empresa tradicional. Primero, por la media de edad, que oscila entre los 30 y 40 años.

Los tiempos han cambiado. Apenas se divisan botellas de plástico, éstas se han sustituido por envases de cristal o metal. Las mandarinas siguen siendo una buena opción cuando el hambre aparece a media mañana.

Casi se cuentan dos ordenadores por persona. La mayoría trabajan con un ordenador de mesa y otro portátil. Cosas del siglo XXI y del tipo de compañía que visitamos. Innsomnia se creó en 2016, un nuevo modelo de negocio que llevase a las empresas a la era digital. Es la primera incubadora y aceleradora fintech de España y comparten espacio, entre otros, con el centro de ciberseguridad de Telefónica Tech.

Una de esas personas que trabajan con dos computadoras casi simultáneamente es Borja Torres Grau, Senior Lead Project Manager de Innsomnia. En 2020 empezó a formar parte de la empresa y ha sido testigo del hervidero de gente en el que se ha convertido La Marina durante los últimos años.

La presencia de otras empresas en el mismo entorno les permite maximizar el tiempo con reuniones presenciales. «En el proyecto Ports 4.0 que es en el que he trabajado estuvimos en contacto con Sesame, exactamente con Zeus (ubicada también en La Marina), todo el conocimiento está cerca. Durante los últimos meses BioHub ha realizado bastantes eventos a los que hemos podido acudir por el hecho de estar cerca, al igual que ellos vienen cuando realizamos actos de Agro o de Health, el valor positivo de compartir. Si te tienes que cruzar toda Valencia para asistir, no lo haces porque tienes mucho trabajo y quizás te estás perdiendo muchas oportunidades», explica.

En el parking, la hora punta llega a las 8:30 horas. Hay semanas en las que el volumen de vehículos es tal que no hay otra que dejarlo alrededor del Edificio del Reloj. Para evitar que estacionar se convierta en un problema para los asistentes a eventos o clientes, las empresas modifican sus horarios. «BioHub suele organizar citas por la mañana, nosotros lo hacemos por la tarde, también es una manera de que no se masifique el parking», explican desde Innsomnia.

La flexibilidad horaria es otra de las características de este tipo de empresas. Aunque siempre hay gente en el edificio. En la primera planta se encuentra la incubadora y todas las empresas que surgen alrededor del grupo: «Estamos juntos físicamente porque estamos muy en contacto. Aquí está Innsomnia y todas las empresas del grupo que se complementan muy bien con la aceleradora y que ayudan a ofrecer ese paquete 360 grados a nuestros clientes». Son alrededor de 30 personas. Otras tantas se encuentran en el mismo piso pero en otra ala, son los trabajadores de ciberseguridad Telefónica Tech.

Medio centenar tienen su zona de trabajo en la planta segunda. Aunque no es habitual que estén todas ellas de manera simultánea: «Las startups suelen contar con grupos de un reducido número de personas. Muchas de ellas cuentan con desarrolladores de todo tipo y pueden realizar el trabajo desde casa, también visitan clientes como es lógico. Otras reuniones se realizan aquí», añade Torres. Esa altura de diferencia no les impide tener una relación fluida. «Estas startups que suelen ser de salud, agro, sports, sabemos las verticales que dominan así que cuando somos conscientes de algún proyecto al que puedan ayudar a dar soluciones a nuestros partners, nos ponemos en contacto con ellas».

Las reuniones pueden ser presenciales, pero también vía skype. Las videoconferencias están a la orden del día. Sobre todo cuando se habla con clientes, o potenciales clientes, que viven en Latinoamérica o en EEUU. Este es otro de los motivos por los que el flujo de personas en Innsomnia es constante y sobre todo aleatorio/ fluido.

Sobre las paredes blancas, pizarras de corcho o blancas para plasmar sus ideas o escribir recordatorios.

Las relaciones humanas y la interacción entre empresas es constante. Sin embargo, junto al valor de la innovación, en Innsomnia, resaltan el de la independencia. «No nos entrometemos en el ámbito de la inversión ni del capital de las startups. El asesoramiento es una parte más de la mentorización, de percibir esas necesidades que tienen», explican.

Mientras, en las plantas de arriba trabajan, ha habido cambio de turno en recepción a las 11 horas. A esas alturas el parking disponible para las empresas ubicadas en La Marina ya está repleto. Es a las 8 horas cuando el goteo de coches empieza a llegar para llegar a su punto álgido media hora más tarde. Aquellos que no tienen código, o se les olvida, tienen la oportunidad de estacionar en un solar no muy lejano. Al igual que en el resto de la ciudad, las bicicletas también son una opción para algunos de los trabajadores que pueden dejarlas en la puerta. Apenas vemos patinetes.

El imponente edificio del Reloj que se vislumbra a lo lejos marca mediodía. A más de 600 kilómetros de distancia, habla sobre Innsomnia una de las personas que dan valor a la incubadora. Paco Bree es profesor y director de Programas de Innovación en Deusto Business School.

Se define como una persona «multidisciplinar». De hecho, su presencia en Innsomnia puede ser en calidad de hasta tres funciones distintas. Él se traslada de manera figurada a uno de los despachos del edificio en la segunda planta del hub.

«Cuando estoy en mi rol de mentor senior. Mi sitio es junto a las startups. Allí les pongo en contacto con una gran empresa que denominamos corporate que encuentra en las startups esa innovación a la que ellos no pueden llegar porque éstas últimas son más ágiles», comenta Bree. En ese punto de encuentro existe un problema que es de comunicación: «Hablan idiomas distintos», y desarrolla esta idea: «Las grandes empresas tienen ventajas como son el tamaño, la gran capacidad de acceder a fuentes de financiación, los múltiples canales de venta a los que tienen acceso. Todo esto les da potencia y musculatura. En el otro lado se encuentran las startups que están empezando, que no cuentan con esas herramientas. Yo lo que hago es ponerme un poco en medio. Detecto qué necesita la startup para evolucionar y dárselo y a la corporate, lo mismo».

Para entenderlo, pone un ejemplo: «La gran empresa puede requerir algo en tres meses pero la startup necesita siete para solucionarlo. Otro caso sería, saber con quién hablar para las patentes, o protección de datos. En ese punto yo elevo esa conversación al experto que resolverá esta cuestión. Básicamente soy el líquido que facilita que ambas piezas encajen en el engranaje».

Su formación académica le permite describir, sin andarse por las ramas, cuál es su función en cada uno de sus roles o papeles. El segundo está relacionado con la formación. «Ahí me traslado a algunas de las salas. El número de 'alumnos' varía desde 10 a 30 por ejemplo, depende del caso», comenta. La creatividad y el control del management son algunas de las características con las que catalogan al experto.

El tercer rol quizás es el más exigente. Por lo que supone. Bree se transforma en director ejecutivo de la empresa. «Ahí estoy vendiendo mi negocio. Buscamos diferentes clientes. Soy multidisciplinar y es bonito. Estoy encantadísimo, tengo mucha suerte. Lo que más me gusta es que estoy con gente que sabe mucho más que yo, hay mucha pasión, energía positiva, estamos en un mundo muy especial y me encantaría invitar a todo el mundo a que se pasase por alguno de los eventos que se realizan en este entorno».

Sin embargo, ahí no termina su trabajo. De hecho, en una de las empresas satélite de Innsomnia, Inndux, desarrolla «una visión holística para poder abordar la aceleración del cambio, las tecnologías exponenciales o la disrupción. Lo hacen con tres líneas de actuación, una parte de análisis, otra de formación y una tercera de consultoría.

A las 14 horas, la mayoría de emprendedores se marcha. Precisamente la ubicación de su lugar de trabajo les permite comer en casa. Este es uno de los valores de Innsomnia.

Otorgar la oportunidad al talento valenciano a desarrollarse en su ciudad, sin tener que marcharse a Madrid ni mucho menos a Silicon Valley. La mayoría de emprendedores no regresará por la tarde. No porque su trabajo haya finalizado. Aprovechan la tecnología para trabajar desde casa. Las salas de Innsomnia se ocuparán para reuniones de diversas empresas. El espacio se mimetiza con el entorno. El color azul corporativo de la incubadora tinta los cristales del enclave ubicado en el Tinglado número 5. Dentro del edificio, los nombres de los vientos bautizan a los diferentes espacios.

Antes de concluir, Bree reflexiona sobre la visión que desde fuera de Valencia existe de lo que significa La Marina. «La Universidad de Deusto está presente en Bilbao, San Sebastián y Madrid. Lo que hemos visto en las escuelas de negocio desde hace una década es que la evolución de la innovación, se ha movido desde la innovación cerrada. En mi laboratorio, a una abierta, es decir, es mucho más potente innovar en colaboración y creando con otros. Incluso con mis competidores».

Para explicarlo alude al término acuñado por el profesor Henry Chesbrough, que trabajó como visitante en Esade. «El paso siguiente son los ecosistemas complejos, nos damos cuenta que la mejor forma de innovar es la colaboración abierta. La Marina es un ejemplo. Lo hemos entendido desde hace años y es lo que enseñamos, por ejemplo, el sector logístico portuario se ve la cantidad de actores que necesidades: hay empresas privadas, navieras… te salen decenas. Asimilamos ese conocimiento, lo empaquetamos y enseñamos a la gente qué pueden aprender de todo esto».

A las 20 horas, el edificio cierra sus puertas aunque el trabajo en Innsomnia no cesa. Antes de cruzar las puertas automatizadas para abandonar el espacio, visitamos una de las salas que acogen eventos importantes. El silencio contrasta con el hervidero de personas que han pasado por allí en citas que han reunido a los principales agentes de diferentes sectores. En 2022, en la amplia sala cuya puerta trasera permite acceder al pantalán de la

Marina acogió la presentación del 'Ecosistema de Innovación Agroalimentaria AgroBank Tech' y el lanzamiento del programa 'AgroBank Tech Digital INNovation'. Este es uno de los proyectos destacados de de Innsomnia gracias a la cual se pretende posicionar como el principal referente en la digitalización en toda la cadena de valor de la industria agrícola para impulsar su competitividad y sostenibilidad.

La Fundación ValenciaPort, el centro de Investigación Aplicada, Innovación y Formación, al servicio del clúster logístico portuario, también ha estado presente en este espacio.

Las dos personas responsables de esta empresa que alude a los sueños de los emprendedores, y las empresas ya afianzadas son Rafael Navarro, socio cofundador de Innsomnia y Francisco Estevan, CEO.

«Los centros de innovación de las grandes empresas, de digitalización en todo el mundo, generalmente no suelen estar en la capital del país, si no fuera de la burocracia de la matriz del gran corporate. Se sacan fuera para no tener tanta dependencia de la estructura. Valencia está a hora y media de Madrid. Tiene que ser el centro de innovación del Ibex y de las grandes corporaciones. Somos la segunda ciudad con más número de aceleradoras por cápita de Europa. Tenemos la Universitat Politècnica de València, que es importante. Tenemos condiciones envidiables», concluye Navarro. El hub de Innsomnia cierra sus puertas hasta las ocho horas del día siguiente. No así el trabajo ni los sueños de todas las personas que dan sentido a la empresa.