Scuba Finders, el 'Booking' del buceo con acento valenciano

La pasión por el buceo de Ripoll, de madre valenciana y padre mallorquín, le unió desde bien temprano a su compañero de aventuras tanto dentro como fuera del agua, Gonzalo García, el otro fundador de Scuba Finders. Lo que comenzó como una landing page para promocionar sus servicios como instructores en la zona de Sóller (Mallorca) poco a poco fue derivando en una plataforma que ya cuenta con cerca de un centenar de centros de buceo asociados por todo el mundo. Conseguir tener presencia en Japón es el siguiente objetivo para dos amigos que decidieron dejar su vida terrenal para iniciar una nueva en las profundidades del océano.

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Su andadura empresarial, que consideran que puede asemejarse al buceo en algunos aspectos como el conocimiento de los límites o el continuo aprendizaje, arrancó en 2022 con el desarrollo de su marca. «Estuvimos trabajando durante nueve meses hasta que en septiembre de 2023 salimos al mercado con 18 centros», comenta Juan Ripoll. En su primer año de vida, la calidad se ha convertido en «el valor diferencial» de la compañía: «Cogemos los mejores centros de cada zona. Hacemos mucho foco en la calidad más que en la cantidad. También disponemos de liveaboard, que es una experiencia en la que pasas siete días en un yate de lujo navegando y haciendo tres o cuatro inmersiones al día».

Con un modelo de negocio de comisión por venta, Scuba Finders trata de ajustar los precios al máximo para ser la alternativa más rentable para los amantes del submarinismo. «Bucear con nosotros es más barato que bucear con un centro, porque ofrecemos ofertas que corren de nuestra propia comisión», indica Ripoll.

Aunque el fundador asegure que la ciudad de Valencia «no es buen sitio para el buceo, porque es todo arena», su clima y su cercanía a lugares como Dénia o Jávea en los que el mundo marino «se pone interesante» han llevado a los dos socios a trasladarse a la capital del Turia. Además, el ecosistema emprendedor que ofrece Lanzadera también ha resultado atractivo para los fundadores.

Con un incremento de popularidad importante desde la pandemia, el buceo ha pasado a ser una moda a la que cada vez se suman más personas. «Hemos podido ver que la perspectiva de la mayoría de las personas ha cambiado. Ahora se busca más el carpe diem», asegura Ripoll. De tal modo, las previsiones de futuro para la startup son halagüeñas. El objetivo que se marcan estos dos emprendedores para los primeros tres años de vida de Scuba Finders es el de «estar presentes en 24 países alrededor del mundo con 800 centros de buceo dados de alta en la plataforma».