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Las protestas de los profesionales del campo tuvieron continuidad a lo largo del sábado en diferentes puntos de España, con la misma estrategia de las jornadas previas: cortes en las principales vías de circulación. En la Comunitat las incidencias se centraron en la A-3, a la altura de Chiva, aunque también se registraron, con mayor intensidad, en carreteras de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón. Eso sí, todas las miradas estaban puestas en Madrid y Valladolid, pues la Plataforma 6-F, que está detrás de estas acciones improvisadas organizadas a través de redes sociales, tenía previsto tomar diferentes accesos a la capital, que no se dieron, además de concentrarse en el estadio Metropolitano y en las inmediaciones de las Feria de la ciudad castellanoleonesa, sede de los premios Goya. Ambos escenarios contaron con un importante despliegue de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
El quinto día de movilizaciones agrarias en la provincia de Valencia se inició pronto, alrededor de las siete de la mañana, cuando medio centenar de agricultores y ganaderos -de nuevo a pie tras dejar de lado los tractores- empezaron a concentrarse junto al kilómetro 327 de la A-3, a la altura el polígono industrial de Chiva. A la primera ocasión que tuvieron accedieron a la calzada en dirección a Madrid, que quedó bloqueada a partir de las ocho y hasta las 9.30 horas, si bien los cortes eran intermitentes, permitiendo el paso puntual de los vehículos atascados. La congestión de la vía llegó a ser de un kilómetro como mucho, según informaron fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT).
La gran mayoría de los conductores se lo tomaron con filosofía. Incluso asumieron las reivindicaciones de los agricultores, que son amplias y se resumen en que se facilite su 'modus vivendi': relajar las medidas ambientales de la nueva Política Agraria Común (PAC), mantener las bonificaciones sobre el gasóleo agrícola, reducir la burocracia o un control efectivo de los productos de terceros países sin control fitosanitario, además de la creación de aranceles para la entrada de mercancías extracomunitarias o la aplicación de un doble etiquetado que incluya los precios finales y en origen. Pulgares levantados y cláxones sonando cuando se liberaba un carril para descongestionar la vía fueron buena prueba del apoyo mayoritario a los concentrados.
La protesta fue pacífica, sin banderas -sólo se vio la de España- ni asociaciones agrícolas detrás. Estas saldrán a la calle de manera unitaria la próxima semana, con acciones revindicativas en Alicante (el lunes), en el puerto de Castellón (el día 15) y en el de Valencia (el 22).
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Cuando el bloqueo parecía a punto de enquistarse, aparecieron por la zona varias unidades del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil, que convenientemente equipadas con material antidisturbios conminaron a los agricultores a retirarse. Tras formar una línea fueron avanzando hacia los manifestantes pero no se llegó a mayores, pues en el momento del contacto estos fueron desplazándose hacia el arcén y después al otro lado de la valla. «Hagámoslo fácil, cuando nos lo digáis nos vamos», se escuchaba a los agricultores. «Antes de que nos peguéis nos decís que nos quitemos y nos quitamos», se añadía.
Cerca de las diez de la mañana la circulación se había normalizado completamente, y los únicos signos de la protesta se observaban en el citado polígono, donde algunos de los participantes seguían concentrados a la espera de una nueva oportunidad. Llegó a las 12 horas, cuando volvieron a tomar la calzada en el citado punto siguiendo la misma estrategia: dejar pasar a los vehículos de manera intermitente, hasta que se personaron las primeras patrullas de la Guardia Civil de Tráfico, que se hicieron cargo del control de la circulación. En esta ocasión la afección fue mucho menor.
Los agentes les advirtieron de las consecuencias que podía tener la medida de presión -varios participantes recibieron llamadas de la Benemérita para que se desplazaran hasta el cuartel más próximo para tomarles declaración-, por lo que se optó por liberar la autovía, que permaneció bloqueada algo menos de media hora. En los minutos siguientes los asistentes empezaron a abandonar el polígono, y a las 13 horas sólo quedaba en la zona un par de vehículos de la Guardia Civil, que disuadieron cualquier otra intentona.
Entre los manifestantes estaba Alberto Cervera, agricultor de Chiva, que lamentó que las políticas agrarias se estén «cargando al pequeño agricultor». «A los grandes empresarios ya los harán luego pasar por la tuerca», auguró, al tiempo que criticaba que los «intereses europeos, que nadie sabe de dónde salen», benefician a gente que «no ha pisado el campo y no sabe la problemática real que tiene».
«Están desprestigiando nuestro trabajo y nuestro producto», reprochó Cervera, quien aseguró que las medidas adoptadas por Europa perjudicarán también a la población en general, tal y como recogió Europa Press. «Somos agricultores pequeños, no empresarios, y nos cuesta mucho llegar a fin de mes», continuó, antes de insistir en que la situación del campo es «insostenible a nivel burocrático». «Te das cuenta que lo has arriesgado todo y no te da resultado porque te están hundiendo», dijo.
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