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La historia de la implantación del corredor mediterráneo en la Comunitat está salpicada de paralizaciones (sucedió en 2014 con el tramo Moncofa-Castellón), contratos rescindidos y proyectos rehechos que han ido retrasando su fecha de puesta en marcha, prevista inicialmente para 2015 en Castellón y Valencia. Ahora, tras un verano marcado por las obras para terminar la instalación del tercer carril entre las capitales del Turia y de la Plana y para iniciarlas en Castellbisbal-Martorell, la planificación se enfrenta a una nueva paralización.
Así, son dos los tramos afectados por esta situación. Por un lado, el by-pass ferroviario entre Almussafes y Fuente de San Luis, vital para el tráfico de mercancías y para la factoría de Ford; por otro, el Castellón-Tarragona, uno de los puntos que mayor retraso acumula en el inicio de las obras.
En este último caso, el Ministerio de Transportes aprobó el pasado junio el estudio informativo tras haber sido licitado en noviembre de 2019, cuando se sometió a información pública en una decisión peculiar del ministerio, pues encargaba a la consultora pública Ineco un informe con los proyectos constructivos ya hechos y con parte de las obras licitadas. No fue objeto de evaluación ambiental al quedar fuera de los supuestos contemplados en la legislación vigente.
Aprobado hace cinco meses, no ha habido más avances desde entonces debido a que se ha presentado un recurso al estudio informativo, según confirmó el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), por lo que hasta que no se resuelva no se avanzará con la tramitación.
En el caso del trayecto entre Fuente de San Luis y Almussafes, licitado en 2013 por 23,6 millones, se trabaja en la resolución de los contratos anteriores para poder aprobar el nuevo proyecto constructivo, que volvió a licitarse a finales de 2018, al igual que los suministros y aparatos de vía (en 2019 y en 2020)
Unos cambios, explican desde Adif, que se deben a la necesidad de incluir nuevos aparatos e instalaciones y la adecuación de obras de drenaje para atender las nuevas previsiones de utilización de la infraestructura, así como un nuevo diseño de catenaria.
Hay otros dos proyectos asociados al corredor que tampoco avanzan: el túnel pasante y la doble plataforma entre Valencia y Castellón, considerados dos proyectos clave –especialmente para solucionar los cuellos de botella– y cuyos estudios informativos (que caducaron y volvieron a licitarse hace tres años) siguen sin hacerse públicos aunque se esperaban para finales de 2019. La previsión es que puedan estar antes de que acabe este año, ya que se están adaptando al escenario de la liberalización ferroviaria del tráfico de pasajeros prevista para el 14 de diciembre.
A pesar de esta situación, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, reiteró ayer que para el Gobierno tanto el corredor mediterráneo como el atlántico son "prioridad". "Son estratégicos", añadió y recordó que están incluidos en los fondos europeos. "Es fundamental acabar con los corredores incluidos en la red transeuropea", señaló durante la presentación de los presupuestos de su departamento para 2021.
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