N. Ortega | Europa Press
Madrid
Domingo, 9 de abril 2023, 18:03
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha abierto un melón de los gordos. Álvarez ya sabía las repercusiones que su idea podía tener y por eso nada más lanzar el globo-sonda ha admitido que «no es normal» que el secretario general de un sindicato se posicione de esa manera, pero lo piensa «sinceramente». Su idea, que ha ido madurando hasta hacerla pública, es sencilla: retirar la prestación por desempleo y otros subsidios públicos como el Ingreso Mínimo Vital a las personas paradas que rechacen ofertas de trabajo y hayan recibido formación para ello.
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La razón, que ha desarrollado en un encuentro informativo de 'El Mundo', se basa en que si una persona en paro o que cobra un subsidio recibe formación para desempeñar un trabajo, debe aceptar la oferta cuando le llegue. «Con una persona que rechaza una oferta de trabajo, ofreciéndole formación y teniendo cualidades y cualificaciones para poder hacerlo, si está recibiendo un subsidio público (ya sea de desempleo o Ingreso Mínimo Vital (IMV)), el país debe plantearse si debe seguir cobrándolo o no», ha comentado el líder de UGT.
Pero éste no ha sido el único debate profundo que ha planteado Álvarez. El secretario general de UGT también considera que es a los más de 3 millones de parados que hay en España a los que hay que ofrecerles las vacantes de empleo en lugar de recurrir a las contrataciones en origen.
Álvarez ha pedido a los empresarios que acudan a los más de tres millones de desempleados del país y a las cerca de 300.000 personas sin papeles antes de contratar fuera. «Las especialidades que se piden son especialidades que están en nuestro país», ha asegurado.
En este sentido, ha indicado que el sector de la construcción es el más interesado en contratar a trabajadores extranjeros, ya que alegan que en España no encuentran personas para desempeñar esas funciones, algo que niega el secretario general del UGT.
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En su opinión, el problema en España es que las ofertas de trabajo no llegan a los demandantes de empleo. A eso se suma que no existe «orientación en los servicios de empleo» para formar a los desempleados en las especialidades que serán necesarias. «En lugar de ir a buscar personas a cualquier país que en estos momento están viviendo felices y no tienen perspectivas de salir, me parece más productivo coger a personas que estén en desempleo y las formemos», ha concluido.
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