PACO MORENO
Miércoles, 22 de agosto 2018, 00:00
El Ayuntamiento ya ha recibido los primeros documentos del nuevo planeamiento del Grao, el barrio que se extenderá desde el acceso del túnel de Serrería hasta el puerto y que acogerá más de 3.000 viviendas. El encargo se hizo al arquitecto José María Tomás, cuyo despacho ha adaptado el plan anterior con las modificaciones aprobadas en el pleno municipal de marzo de 2017. Tras este paso se desbloquea uno de los sectores inmobiliarios más importantes de Valencia y que está a la espera de que sea designado un agente urbanizador.
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Precisamente ayer se conoció que el fondo británico Hayfin Capital y Atitlan Grupo Empresarial han comprado una parcela de 14.000 metros cuadrados a la Sareb, según publicó El Confidencial. Esta operación fue confirmada por ambas partes a LAS PROVINCIAS, además de que todavía no cuentan con el 50% de todo el sector, un requisito necesario para formalizar la propuesta en el Consistorio de agente urbanizador, es decir, la entidad responsable de las obras del nuevo barrio.
Las dos empresas citadas tienen este propósito, sobre todo tras dar el primer paso de adquirir a un grupo de bancos algo más de 100.000 metros cuadrados de solares edificables de la antigua Acinelav, la compañía creada para desarrollar las viviendas y que se vio golpeada hasta caer por la crisis económica.
La entrega de Tomás de los planos a la empresa municipal Aumsa supone el primer paso para que se resuelva este embrollo, en un sector por donde discurre parte del trazado del antiguo circuito de Fórmula 1. Ese fue uno de los motivos del encargo al arquitecto valenciano.
La modificación del plan urbanístico incluye «integrar de forma efectiva, total o parcialmente, el itinerario (del circuito), de forma que se adapte a la ordenación como urbanización de forma anticipada, pero sin necesidad de mantener su compatibilidad con la celebración de carreras de Fórmula 1, sino destinando esta infraestructura a los usos que resulten más adecuados».
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Esta es la diferencia sustancial con lo que ocurría antes, cuando el mantenimiento del circuito era una condición indispensable. El resto del plan original se mantiene en su esencia, con edificios en altura y abundante vegetación. Las torres más altas llegarán a 50 plantas y estarán próximas al puerto.
Otro de los cambios pedidos en el acuerdo plenario fue la de resolver la ubicación de la subestación eléctrica, que se encuentra en un edificio protegido. En primera instancia debía ser trasladada al puerto, aunque esto se desestimó.
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En tercer lugar, la eliminación de los canales navegables, sin duda el elemento de paisaje más llamativo que tenía el proyecto anterior. La idea era conectar el viejo cauce con la Marina a través de estas láminas de agua, aunque se ha decidido abaratar el enorme coste de las obras de urbanización.
También se reubicará sobre el emplazamiento anterior un depósito de tormentas, un recinto asociado a la prolongación del colector norte y elemento indispensable para evitar los vertidos de aguas fecales a la desembocadura del cauce. El Ayuntamiento quiere que esta inversión sea asumida por la Confederación Hidrográfica del Júcar. Por último, el documento insiste en las nuevas consideraciones derivadas de la «innecesariedad de mantener las carreras de Fórmula 1».
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La superficie del nuevo barrio ronda los 400.000 metros cuadrados, por los que la unión de Hayfin Capital y Atitlan Grupo Empresarial está lejos todavía de tener la mayoría y alzarse con la vitola de agente urbanizador. Para ello necesitarían los algo más de 100.000 metros cuadrados que tiene la empresa estatal Adif, y que corresponden a la antigua estación del Grao.
La sociedad no ha decidido aún el futuro de estas propiedades, aunque lo lógico es que salgan pronto a subasta pública. Esa circunstancia, indicaron fuentes conocedoras del proceso, podría ser posterior a un acuerdo con las dos empresas citadas para sacar adelante las obras.
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La eliminación del llamado delta verde y los canales que lo formaban no es una cuestión baladí, al formar parte de los 170.000 metros cuadrados de zonas verdes que ahora deben recomponerse. Sólo los canales suponían una superficie de 28.000 metros cuadrados. Para el sector terciario (oficinas, comercios y locales de ocio), el planeamiento anterior reservaba 60.000 metros cuadrados. Quedará pendiente la deuda por el circuito de Fórmula 1, valoradas en unos 45 millones y que reclama la Generalitat. El Consistorio negocia esta cantidad a la baja para no penalizar tanto el sector.
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