![Los valencianos, con 200 euros menos de salario para afrontar el nuevo curso](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/09/03/valencianos-klIH-RmE5ndYlD0z7lDlCIuZNUOJ-1200x840@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
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Atrás se queda la cuesta de enero ante la situación financiera y económica que trae el noveno mes del año. La escalada imparable de la cesta de la compra valenciana, con productos tan básicos en la alimentación como el aceite de oliva, cuyo precio se ... ha disparado un 40% respecto a hace un año hasta rozar los diez euros la botella, se suma al incremento de otros gastos ineludibles, como las hipotecas y la gasolina.
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A todo esto hay que contar con el desembolso extra realizado por aquellas familias que han podido disfrutar de las vacaciones estivales. Unas vacaciones que, precisamente, este año no han salido baratas ni siquiera en las opciones más 'low cost'. El turismo nacional se disparó un 49,8%, según el INE. Todo este cóctel amenaza con provocar un agujero en la economía doméstica y personal, pero lo cierto es que a los valencianos esta cuesta se les antoja aún más empinada.
Y es que, los trabajadores de la Comunitat ganan de media 200 euros menos al mes que el promedio estatal, con un sueldo cercano a los 1.665 euros, según el informe salarial elaborado por Adecco Group Institute. Además, los asalariados valencianos sufren una pérdida de poder adquisitivo de entre 63 euros y 94 euros mensuales con respecto a su situación en 2021. Esto quiere decir que con los mismos ingresos, no pueden comprar las mismas cosas ni consumir los mismos bienes porque ahora ese dinero vale menos debido a la espiral inflacionista.
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Según explica Víctor Tatay, director de Adecco en la región compuesta por la Comunitat, Murcia y Albacete, esta diferencia salarial respecto a las nueve regiones que están por encima se deben al modelo productivo valenciano. «En tanto en cuanto tengamos un peso del sector turístico muy alto y un sector industrial poco relevante, los salarios serán inferiores», señala Tatay, que también destaca la importancia de contar con sedes corporativas en la región a la hora de registrar mejores sueldos.
En ese sentido, cabe destacar la crisis que atraviesa la actividad cerámica, uno de los pilares más importantes de la industria de la Comunitat y que sigue sufriendo el disparatado aumento de los precios del gas, tal y como recuerda Tatay. «Es muy importante el peso de los sectores en una economía. Los que predominan aquí son de poco valor añadido y de poca continuidad. Seguro que perdemos más poder adquisitivo que en Madrid, Barcelona y País Vasco», agrega. En concreto, el salario de los trabajadores de la Comunitat se sitúa en décimo lugar y sólo supera los sueldos medios de La Rioja, Castilla La Mancha, Andalucía, Castilla y León, Murcia, Canarias y Extremadura.
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Miquel Boix, profesor de Economía y Empresa del CEU, incide en la situación de inferioridad salarial de los valencianos, pero también en la infrafinanciación autonómica «El gasto público generalmente se utiliza para ayudar a las familias, pero si hay menos capacidad de gasto, entonces los individuos tienen acceso a menos recursos públicos y deben costeárselo ellos mismos», señala.
En ese sentido, menciona también la disminución de los ahorros de numerosos hogares para hacer frente a esta cuesta de septiembre, algo en lo que coincide el secretario general de La Unión de Consumidores de la Comunitat, Vicente Inglada. «Algunas personas que no tienen ahorros están optando por tarjetas de crédito y endeudamiento y eso es peligroso», apunta.
Ante gastos y deudas ineludibles, como la hipoteca o el alquiler, los valencianos con los ingresos más justos se ven obligados a recortar en otras partidas donde tienen más margen de maniobra. Es el caso de la alimentación, donde algunos productos se han convertido casi en un capricho para muchos consumidores. Por ejemplo, el aceite roza los diez euros la botella en algunas marcas, mientras que un kilo de sandía se ha llegado a situar en tres euros este verano. «Con el encarecimiento del aceite de oliva, el 50% de la población ha modificado su consumo pasándose a otros derivados o deja de tomarlo», cuenta Inglada, quien añade que también han detectado una disminución del consumo de carne, pescado y frescos en general. «Esto deriva en que se consuman más productos precocinados, por lo que es un problema», agrega Inglada, que hace la reflexión de que las clases más bajas están más expuestas a empeorar su salud por la inflación.
El incremento de las marcas blancas es otra de las opciones más recurrentes por parte de los consumidores. Uno de cada dos valencianos ha consumido artículos genéricos en el último año, la cifra más alta en sus 46 años de historia.
Por otro lado, según un estudio del Club de Marketing del Mediterráneo y Coto Consulting, el 96,9% de los encuestados para su estudio de hábitos de consumo afirman toma medidas de ahorro como no gastar en caprichos o reducirlos al máximo (53,3%) y reducir el ocio en general (39,8%). La 'Generación Z', por su parte, son los que más ganas tienen de disfrutar del ocio y viajar, por lo que aumentarán su gasto en esta categoría (23,9%).
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