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El ecosistema emprendedor está formado por varios eslabones, de los cuales, dos son los principales: el emprendedor y el inversor. Aunque es el primero el ... que se lleva los focos, lo cierto es que es el segundo el que lo hace posible. «Las startups no pueden vivir sin inversores», sentencia Victoria Majadas, que sabe muy bien de lo que habla como presidenta de Big Ban Inversores.
–El ecosistema emprendedor valenciano ahora está en el centro mediático y no precisamente por sus proyectos, ¿cómo está viviendo toda la polémica?
–Desde otros países se ve a Valencia a través de la Marina gracias a su innovación. Es notorio los problemas que tienen distintos actores para llevar adelante sus proyectos aquí, cuando la Administración debería poner todas las facilidades para que se acabe de convertir en un referente como lo es Barcelona. Tenemos un potencial tremendo en la Marina y nos está costando acabar de culminarlo. Luego, otro asunto muy importante es la problemática con la celebración de eventos relacionados con el emprendimiento. Son varios los que dicen de llevarse sus respectivos eventos a otras ciudades porque no hay apoyo institucional valenciano. Se empeñan en traer proyectos de fuera, en lugar de consolidar los que están aquí, que se van. En definitiva, son varios los actores que se han quejado de las dificultades para desarrollar su actividad, entre los factores están la lentitud de los trámites y la burocracia.
–¿Cómo ha evolucionado el ecosistema emprendedor en Valencia?
–Hace unos años atrás teníamos muchas aceleradoras, pero algunas han desaparecido. Sin embargo, Lanzadera se ha convertido en la primera de España. Creo que estamos en un punto muy bueno, tenemos también a los señores de Demium. Tenemos bastantes mimbres para tener un ecosistema dinámico en diferentes fases. Valencia es una tierra de primeras oportunidades porque atraemos especialmente proyectos en fase semilla. Creo que por eso hay más emprendimiento, por esas aceleradoras en fases tempranas. Es más fácil crear una empresa aquí y tener más apoyos que en otras partes de España. La UPV también es un actor muy importante en este ecosistema.
–¿Y el mundo inversor?
–Cada vez hay más personas físicas que quieren invertir. La figura del 'business angel' ya no es una completa desconocida y el perfil de los que quieren invertir ha cambiado. Antes eran más directivos o profesiones liberales, ahora a eso se le ha sumado el perfil de emprendedores que han tenido éxito y ahora han asumido ese rol. Cada vez hay más oportunidades.
–¿Hasta qué punto puede una startup vivir a base de rondas de inversión?
–Como dice Luis MartÍn Cabiedes, hay veces que los emprendedores se obcecan y se dedican más a levantar rondas de inversión y se acaban olvidando del negocio. Una compañía tiene que vivir de sus clientes, no de sus inversores, esta es una máxima brutal. Tienes que dedicarte al negocio, a facturar. Lo ideal sería que hiciera una primera ronda de capital y al cabo de un par de años una segunda y no necesitar una tercera.
–¿Cree que la alta mortandad de las startups se debe a la falta de apoyo en fases posteriores?
–El 70/80% mueren antes de los tres años y hay muchos factores que intervienen. A veces es porque el equipo no se acaba de entender, otras es por el modelo de negocio, que no consigue buena respuesta del mercado. También hay problemas con la gestión del dinero; a veces hay que ser austeros y eso te condiciona la supervivencia.
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