![Los viveros de cítricos enfocan la producción de plantones bajo plástico para evitar plagas](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202210/31/media/cortadas/174342567--1248x936.jpg)
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CARLOS BONELL
valencia.
Lunes, 31 de octubre 2022, 00:10
Los viveros que producen plantones de cítricos están realizando fortísimas inversiones para dotarse de modernos invernaderos en los que implantan férreas protecciones frente a la posible entrada de plagas y enfermedades.
Como ocurrió desde que se estableció oficialmente el sistema de autorizaciones para producir ... plantas de citricos, hace más de medio siglo, las empresas del sector tienen entre sus postulados la obtención de árboles exentos de virosis. En aquel momento fue la expansión de la 'tristeza' lo que obligó a actuar de esta forma. Se trataba de obtener plantas libres de tal enfermedad, y no sólo por basarse en patrones tolerantes a la misma, sino porque se garantizaba que salían exentas de ella de los viveros, al situarse éstos en zonas aisladas y mantener una lucha sistemática contra los pulgones que la propagan.
Al mismo tiempo se idearon procedimientos de multiplicación del material vegetal que asegurasen a la vez que las plantas estuvieran también libres de otras virosis habituales entonces en las plantaciones, como psoriasis, exocortis, impietratura, vein enation...
Pero los tiempos cambian y los problemas se hacen más complejos. Hoy, además de todo ello existen nuevas y más peligrosas amenazas. La principal de todas ellas, o la más temida en la actualidad, por los graves daños causados en otros países, es el 'Greening' o 'Guanglongbing' (HLB). También la Xylella, porque entre los cientos de especies que pueden ser hospedantes se encuentran los cítricos, aunque aquí sólo haya afectado a almendros por ahora. Y entre los graves peligros, cercanos o latentes, está el 'mal seco', que arrasa en otras zonas del Mediterráneo y afecta ya a zonas de Andalucía y Murcia. De igual forma, ocurren en nuestra citricultura extraños 'colapsos' que fulminan árboles, sin que se sepa aún las causas (tampoco se investiga). Y por ahí fuera hay un montón de virosis y plagas de insectos y hongos que pueden llegar en cualquier momento, dada la globalización imperante, por lo que los viveros no pueden arriegarse a que cualquier dolencia nueva penetrase en sus instalaciones de reproducción y cultivo, lo que equivaldría a inutilizar cientos de miles de plantas (que deberían quemarse) y el trabajo de muchísimo tiempo. Es decir. pérdidas de enorme cuantía.
En consecuencia, lo que venía siendo un trabajo de multiplicación clásica de plantas en campo abierto, porque lo que interesaba era sobre todo aprovechar las buenas condiciones de suelos sueltos, muy arenosos o con gravas, ha ido pasando paulatinamente a invernaderos; al principio sencillos túneles, luego algo más sofisticados, hasta alcanzar las actuales cotas de máxima seguridad con barreras de aislamiento que impiden la entrada de cualquier patógeno. Y para conseguirlo, no es posible que nadie de fuera entre tampoco libremente, sólo empleados y siempre con desinfecciones sistemáticas e indumentarias de rigor.
¿Podrían hacerlo otros?
El cambio está siendo radical e incluye también el sistema de cultivo, que se ha tecnificado a tope. En muchos casos, los plantones ya no crecen en tierra, sino en bolsas o macetas con turbas. Es un cultivo casi hidropónico que exige mayores conocimientos y cuidados, pero que a cambio permite sistematizar procedimientos y aprovechar al máximo las oportunidades de protección rigurosa al producir bajo cubierta, para obtener plantas con igual calidad, asegurando mayor uniformidad y, de paso, obviando posibles interferencias meteorológicas que se dan al aire libre.
Pero todo tiene su contrapartida, y ese paso hacia una mayor tecnificación con invernaderos que se está está operando entre los viveros de cítricos empieza a extender algunas dudas y temores. Por ejemplo, el de posibles deslocalizaciones futuras de la producción que ahora se sitúa mayoritariamente en la zona de Peñíscola, Benicarló, Vinaroz y Alcanar (Tarragona). Aparte hay algunos viveros en Murcia, y Andalucía, pero el grueso de ellos están en el área descrita, al norte de la provincia de Castelón y sur de Tarragona, por el tipo de terreno gravoso que alli impera, que facilita plantas con alto desarrollo radicular, lo que permitió que se expandiera durante mucho tiempo un saber hacer entre agricultores que propició esa realidad de multiples viveros allí radicados.
Pero claro, si se prescinde del suelo, que no se puede improvisar, para producir en invernaderos, con pleno aislamiento, sin tierra y con procedimimientos sistematizados, quizá podría pensar alguien que daría igual hacerlo en cualquier otro sitio. Podrían montarse viveros similares en otros lugares, incluso otros países, porque el clima y el suelo ya no importan tanto, con lo que el sector de Vinaroz-Alcanar perdería parte de su razón de ser histórica.
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