Clara Alfonso
Valencia
Miércoles, 27 de septiembre 2023, 00:54
Cuando se toma la decisión de poner una vivienda en alquiler, se abre un mundo de oportunidades y desafíos para los propietarios. La elección de ofrecer una vivienda amueblada puede ser una estrategia atractiva, especialmente para los inquilinos, que cada vez buscan más comodidad. Al elegir un piso ya amueblado, los arrendatarios evitan la inversión inicial en mobiliario y pueden mudarse sin la preocupación de tener que trasladarlo todo cada vez. Sin embargo, esta conveniencia plantea una pregunta importante que a menudo genera dudas y debates: ¿quién debe asumir los costes de las reparaciones en los muebles en caso de que sufran algún desperfecto?
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Primero y ante todo, es importante reconocer que incluso con el mejor de los inquilinos, todas las viviendas inevitablemente sufren los efectos del uso y del paso del tiempo. Cualquier hogar experimenta un desgaste natural con el uso, y esto se aplica no solo a las propiedades que se alquilan, sino también a las que uno mismo habita. Por lo tanto, es fundamental asumir que, cuando los inquilinos abandonen la vivienda, será necesario volver a invertir algo de dinero en ella para dejarla en condiciones óptimas.
En este contexto, el artículo 21 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que «el arrendador está obligado a realizar, sin derecho a elevar por ello la renta, todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en las condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido». Así, será el inquilino quien deba hacerse responsable «de todas aquellas reparaciones causadas por el uso diario de la vivienda; de su desgaste», tal y como apuntan desde Fotocasa, el portal inmobiliario. No obstante, el arrendatario no puede realizar ningún tipo de reforma sin el consentimiento expreso del arrendador.
Cuando se trata de los desperfectos en los muebles, la legislación no proporciona una claridad absoluta, lo que puede generar incertidumbre entre propietarios e inquilinos. Es por ello que, lo más recomendable, es incluir una cláusula en el contrato de alquiler que aclare este asunto de forma detallada, para así evitar problemas en el futuro.
Asimismo, desde Fotocasa comentan la utilidad de contar con un inventario detallado de todo lo que hay dentro del inmueble, así como una breve descripción de sus características y su estado de conservación. De ese modo, se establece un punto de referencia claro para identificar cualquier deterioro o rotura en el mobiliario a lo largo del tiempo.
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En caso de que hubiera desperfectos, como consecuencia del paso del tiempo y del uso diario, los gastos correrían a cargo del propietario. En cambio, si los daños son resultado del uso indebido por parte del inquilino, será este el responsable de reparar o sustituir los muebles afectados. De no ser así, el propietario tiene el derecho a cobrarse esta reparación o sustitución de la fianza que se hubiera depositado en la firma del contrato de alquiler, tal y como explica el portal inmobiliario.
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