![Manifestación en Valencia por la crisis de la vivienda: «Hemos llegado al extremo, somos cinco en un piso y parecemos los Power Ranger»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/10/19/WhatsApp%20Image%202024-10-19%20at%2019.45.42-RQLmqhzKatcY1uaDw1LmEVO-1200x840@Las%20Provincias.jpeg)
![Manifestación en Valencia por la crisis de la vivienda: «Hemos llegado al extremo, somos cinco en un piso y parecemos los Power Ranger»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/10/19/WhatsApp%20Image%202024-10-19%20at%2019.45.42-RQLmqhzKatcY1uaDw1LmEVO-1200x840@Las%20Provincias.jpeg)
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Las multitudinaria manifestación en defensa de la vivienda que está recorriendo las calles del centro de Valencia en estos instantes ha dejado un sinfín de imágenes anecdóticas. Cánticos como «Ser casero no es una profesión» o «Airbnb fuera de aquí» marcaban el ritmo de ... una marcha en la que tampoco han faltado pancartas tan originales como reivindicativas. Una de las que más miradas ha recibido es la que portaba un joven con un soporte de varios metros de altura en la que se podía leer «Los alquileres están más altos que esta pancarta».
Tras los cánticos y las pancartas, miles de historias personales afectadas por la grave crisis de la vivienda. Desde un joven disfrazado de Power Ranger como representación del problema generacional que supone compartir piso hasta un matrimonio preocupado por el futuro de su hija «ya no tan joven» ante la imposibilidad de mudarse junto a su pareja.
Héctor es uno de esos miles de jóvenes que este sábado ha decidido salir a la calle para protestar por el problema de la vivienda. Tras diez años en un piso compartido en la zona de Zaidia, este año ha tenido que hacer frente a un incremento del 30%. «Y doy gracias», dice. En el piso son cinco amigos, por lo que ha optado por disfrazarse de Power Ranger para tomarse con algo de humor una cuestión de la que ya no le permiten quejarse.
«Hemos llegado al extremo. Somos cinco en un piso y parecemos los Power Ranger, pero eso es lo de menos. Lo que no puede ser es que tengamos que vivir asfixiados con alquileres que superan lo que estamos ganando al mes. He venido con algo referente a nuestra generación, los que nacimos entre los 80 y los 90 para tratar de reivindicar esta injusticia»
En el barrio de Héctor, la aparición de pisos turísticos también se ha disparado en el último curso. En total han pasado de no tener ninguno alrededor a tener un total de diez, una situación que según él ha afectado al precio del alquiler.
La pancarta de Lourde podría llevarse el premio a la originalidad. No pasó desapercibido el mensaje que se podía leer en ella: «Quiero nietos, pero sin techo es muy difícil dar el pecho». La preocupación por su hija que «está viviendo en una situación bastante difícil en Valencia» le despertó el ingenio.
«Ella está viviendo de alquiler en Benimaclet, en un piso compartido con un amigo. Pero ella ya tiene 32 años y lo que busca es poder tener una vida familiar con su novio», comenta preocupada Lourdes, que ante tal situación -que es similar a la del resto de amigas de su propia hija- ha decidido solidarizarse y salir a la calle: «Ella y sus amigas, que ya no son gente muy joven, están bastante mal porque buscan un lugar donde vivir y no encuentran ni pisos ni habitaciones. Mi hija siempre me dice: »¿Cómo quieres nietos si no hay casa en la que poder tenerlos?«.
No quiso identificarse, pero su mensaje fue claro: la ciudad se desdibuja. Su barrio, el de Marchalenes también se ha visto afectado por «el abusivo precio de los alquileres», así como por la aparición de pisos de alquiler turístico «muchos de ellos ilegales». En resumen, un escenario que entristece a una ciudadana que considera inaceptable que el 60% del salario deba destinarse al pago de un alquiler.
Su reivindicación principal va acorde con la del manifiesto de la convocatoria: limitar el precio del alquiler y poner el foco en el aumento exponencial de pisos turísticos a determinados distritos de la ciudad para que Valencia «vuelva a ser una ciudad».
El humor como forma de protesta también fue utilizado por dos jóvenes que representaron al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y Daniel Esteve, miembro fundador de la organización Desokupa, ya que, según los autores de los originales cabezudos, «son las personas que están especulando con nuestra vivienda».
Blanca es estudiante y paga un alquiler de 900 euros entre cuatro personas. ¿Independizarse? «Es una cosa que no puedo imaginarme. Es un sueño inalcanzable». Ella piensa que en su misma situación se encuentran otros tantos jóvenes valencianos, por lo que considera que lo que se está viviendo «es una barbaridad».
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