Todo lo que necesitas saber sobre los pisos compartidos en Valencia

La Comunidad Valenciana es mucho más que un destino exclusivo del turismo de sol y playa. Es un territorio que evoluciona y se ha convertido en un emplazamiento ideal para vivir combinando a la perfección la calidad de vida y las oportunidades profesionales. Esa, entre otras muchas, es una de las razones que podrían estar detrás de un mercado inmobiliario dinámico cuyos precios no han parado de crecer en el último año.

En este escenario alcista, compartir piso se perfila como una alternativa atractiva para todo tipo de perfiles. Jóvenes recién aterrizados en la universidad, estudiantes de intercambio, trabajadores temporales, solteros sin un plan de vida demasiado estructurado, divorciados… Son muchas y muy variadas las motivaciones que impulsan una práctica por la que se decantan en Valencia, principalmente, mujeres (53,83%) jóvenes de entre 18 y 25 años (51,11%).

Entre los principales atractivos de la fórmula para los inquilinos está el ahorro de costes. La inversión en vivienda se reduce notablemente cuando lo que se alquila es una habitación en un piso compartido, aunque en la misma medida se limitan las responsabilidades en lo que tiene que ver con facturas, limpieza y similares. Por contra, la pérdida de intimidad o los potenciales problemas de convivencia suelen ser hándicaps con los que hay que lidiar, aunque la flexibilidad de la fórmula o su contribución al impulso a la capacidad de ahorro de los inquilinos puede compensar la ecuación. Para los propietarios el sistema también tiene sus ventajas, aunque la más evidente tiene que ver con el aumento de la rentabilidad.

Solo en la provincia de Valencia el precio de los alquileres se ha revalorizado un 14,91% en el último año, y en los territorios vecinos la tasa de crecimiento interanual no se queda atrás. En Alicante se situó en el 16,72%, mientras que en Castellón alcanzó el 13,72% en septiembre. La tendencia se replica igualmente en las capitales donde se registran aumentos que van del 3,56% de Castellón al 21,96% de Alicante, pasando por el 18,47% de Valencia.

«Los precios del alquiler siguen rompiendo todos los récords, animados por el enfriamiento de la compraventa, que retiene en el mercado del arrendamiento a muchos compradores, que prefieren esperar una corrección en los tipos de interés y, por lo tanto, unas hipotecas algo más baratas», explica Ferran Font, director de Estudios de pisos.com. Según el informe trimestral de precios elaborado por el portal inmobiliario, alquilar un piso de 90 metros cuadrados en la capital valenciana cuesta de media alrededor de 1.200 euros al mes, una renta inasumible por parte de muchos inquilinos.

Sin embargo, la inversión individual -con sus peculiaridades- se reduce considerablemente si se opta por el alquiler de habitaciones. El estudio de pisos compartidos 2023, realizado por pisos.com, a partir de los datos extraídos de pisocompartido.com, revela que el precio del alquiler mensual de una habitación en Valencia capital asciende a los 470,93 euros de media, algo más de un tercio de lo que supone el alquiler tradicional de un piso completo. A tenor de los datos: «para los inquilinos por encima de cierta edad esta -compartir piso- es la única opción, y no suele buscarse, sino que se acepta porque las finanzas personales no dan para más» explica Font.

La capital valenciana ocupa la cuarta posición en el ranking de las más caras para alquilar una habitación. Solo Barcelona (645,42 €/mes), Madrid (534,21 /mes) y Donostia-San Sebastián (517,86 €/mes) superan a Valencia que, en todo caso, es la más cara de las capitales de su comunidad. En Alicante, la renta media para el alquiler por habitaciones alcanza, según los datos del estudio de pisos.com, los 319,89 euros mensuales, mientras que en el caso de Castellón la renta apenas llega a los 279,41 euros al mes.

Para el portavoz de pisos.com, recurrir a esta fórmula es, para muchos propietarios, una manera de «esquivar las restricciones de la Ley de Vivienda». Este tipo de contratos no solo están al margen de la nueva normativa aprobada por el gobierno -y que incluye restricciones importantes en materia de precios, principalmente, en zonas tensionadas en las grandes capitales- sino que tampoco están regulados por la Ley de Arrendamientos Urbanos. El Código Civil hace de marco legal para este tipo de contratos de alquiler que, entre otras particularidades, ofrecen mayor flexibilidad en términos de duración o fianzas, otro de los aspectos que impulsa este mercado.