El nutrido grupo de jóvenes que mantiene su acampada en la plaza del Ayuntamiento ha pactado una serie de normas para garantizar la convivencia y la armonía entre los congregados. Una iniciativa que, por ejemplo, ya se hizo en el 15-M. La elaboración de este reglamento evidencia una voluntad de los campistas por permanecer. No obstante, este lunes debatirán de nuevo su futuro más inmediato. De momento, ni la Delegación de Gobierno ni el Ayuntamiento han movido ficha para el desalojo.
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La primera de las normas es que está prohibido el consumo de alcohol y otras sustancias estupefacientes. También se impide la tenencia de objetos punzantes. Otra de las indicaciones acordadas este fin de semana tiene que ver con los horarios: a las doce de la noche, todos a dormir.
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Los congregados han reclamado «respeto» entre los participantes de las asambleas, el órgano donde se decide todo lo que ocurre en la acampada. De igual modo se deberá conservar la «higiene del lugar y del personal». Existe la prohibición de entrar en las «tiendas ajenas». Y se deberá mantener una buena relación con los trabajadores de la limpieza y el resto del personal que desarrolle su tarea en el lugar y las inmediaciones.
La asamblea ha acordado que se regirá por una «estructura horizontal real», es decir, donde todas las opiniones y votos contarán lo mismo.
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