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Vistas del casco antiguo de Valencia. J. L. Bort

El precio de los pisos y la falta de financiación paraliza la construcción de fincas en Valencia

Los promotores se centran en viviendas unifamiliares en municipios de la provincia al ser la opción más viable

Jueves, 25 de abril 2024, 00:19

De un extremo a otro. Del boom a la nada. Si la burbuja inmobiliaria dio claras lecciones de lo que no se debe hacer en el sector promotor y financiero, ahora se sufre la falta de construcción de pisos residenciales. Esta situación se da ... especialmente en el área metropolitana de Valencia y municipios de la provincia más alejados de la capital. Los motivos son varios, pero pueden destacarse dos: los elevados precios de los pisos y la restricción en la financiación por parte de las entidades bancarias, tanto hacia compradores como hacia las promotoras.

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«Es así, no se están construyendo edificios de viviendas fuera de Valencia, ni de protección oficial ni venta libre. La principal causa es que el coste de construcción es tan elevado que el precio final de los pisos también lo es», explica Fernando Cos-Gayón, director de la Cátedra del Observatorio de Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV). De este modo, las cuantías a las que se oferta la obra nueva no son asequibles para los potenciales compradores, pero si los promotores bajan los precios para que sean asequibles, entonces la obra nueva deja de ser rentable por esos elevados costes de los materiales, según explican desde el sector.

Por este motivo, el sector apuesta por construir viviendas unifamiliares o adosados dirigidos a un perfil adquisitivo mayor. «Nosotros tenemos suelos en sitios donde no hay mercado y por eso no construimos», explica el gerente de una promotora valenciana, que insiste en que no hay compradores para los precios a los que quieren vender. «No es una cuestión de rentabilidad, sino de viabilidad económica. Las cosas valen lo que valen», agrega la misma fuente, que pone como ejemplo que una vivienda de tres habitaciones, con 120 metros construidos, garaje y trastero cuesta, «como mínimo», 180.000 euros en municipios de la provincia de Valencia.

«Por ejemplo, si nos vamos a Requena, hay gente que quiere comprar, pero no al precio que lo valen. A esto hay que sumar que cada ayuntamiento tiene un modelo urbanístico diferente y dice qué se puede construir. En Torre en Conill, por ejemplo, no puedo hacer un edificio de 18 alturas si quisiera», explican.

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Se trata de un círculo vicioso al que contribuyen las entidades financieras por las duras condiciones para conceder hipotecas y para financiar proyectos inmobiliarios. «Los bancos quieren que no les dediques más de un tercio de tu renta a pagar la hipoteca. Una pareja con unos ingresos conjuntos de 3.000 puedes pagarse una hipoteca de 1.000 euros. Con una hipoteca de 1.000 euros puedes comprar una vivienda de 240.000 euros. Pero, entonces, necesitas tener 75.000 euros ahorrados para pagar el 20% de lo que no cubre la hipoteca y el 10% del IVA», explica un empresario valenciano dedicado a la promoción y construcción.

Precisamente, esta capacidad de ahorro es otro de los escollos que paralizan la construcción de edificios de viviendas. El salario medio en la Comunitat se sitúa en 1.747 euros mensuales –por debajo de los 1.920 euros de media española–, según el último estudio realizado por Adecco. Si ponemos por caso que una persona con este sueldo debe pagar 900 euros de alquiler, sólo le quedarían 847 euros de ingresos, de los cuales, debe destinar una parte importante a los gastos básicos –cesta de la compra, luz, agua, gasolina, transporte, internet, móvil, ocio ocasional...–, lo que dejaría su capacidad de ahorro en torno a 200 euros.

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Con esta cantidad, necesitaría ahorrar durante 16 años para alcanzar 38.400 euros, un poco más de la mitad de los 75.000 euros necesarios para acceder a la hipoteca de 240.000 euros en caso de que tenga una pareja que ahorre la otra mitad. Estos años de espera pueden ser menos si la pareja comparte gastos de alquiler previamente. No obstante, son miles los valencianos que se sitúan por debajo de este sueldo medio, por lo que la dificultad de acceder a una hipoteca se agrava en muchos casos y se vuelve incluso misión imposible si la operación la quiere hacer una persona en solitario.

En cuanto a la financiación a los promotores, las mismas fuentes explican que sólo la conceden cuando ya se ha comprado el sueldo. «Antes los bancos financiaban el suelo y los gastos necesarios antes de comprarlo. Ahora los promotores necesitan más fondos propios, más músculo financiero», explican.

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Sólo 7.304 viviendas nuevas en 2023, la cifra más baja desde 2019

Los datos dan buena cuenta de la ralentización que sufre el sector de la construcción en términos residenciales en la Comunitat Valenciana. En 2023, sólo se terminaron 7.304 viviendas, la cifra más baja desde 2019, según los datos que ofrece el Observatorio Industrial de la Construcción. Esta cantidad de viviendas terminadas supone una reducción del 26,7% respecto a 2022, cuando la disminución fue de un 0,1% respecto a 2021. La escalada inflacionista, que se cebó con las materias primas y, por tanto, encareció los costes de construcción, está detrás de esta disminución en el ritmo de finalización de la obra nueva en la región valenciana.

Sin embargo, según explican desde el sector promotor, en Valencia ciudad el fenómeno es lo contrario a lo que sucede en el área metropolitana y municipios de la provincia. Y, es que, mientras que en estos pueblos hay suelo donde desarrollar vivienda pero no se construye por falta de demanda que pueda pagarla, en la capital del Turia el problema es que no hay suelo donde desarrollar promociones.

Desde el sector urgen a la Administración a sacar suelo para edificar vivienda. La Generalitat ha aprobado el Plan Vive para construir un total de 10.000 viviendas de protección pública (VPP), de las cuales, 6.000 deben realizarse en suelo municipal y 4.000 en privado. No obstante, los promotores advierten de que sin financiación no será posible llevar adelante este plan. Además, la Cátedra de la UPV ve determinante que se rebajen los estándares de construcción para vender VPP a precio asequible.

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