Ahora que termina el verano, ¿interesa poner mi casa en la playa en alquiler residencial?

El litoral español está de moda. Y no solo entre los foráneos nacionales, sino también entre los turistas internacionales que, superadas las restricciones impuestas por la crisis sanitaria, han retomado el interés en las costas del suelo patrio. Según los últimos datos disponibles de la Estadística Registral Inmobiliaria, solo en el primer trimestre del año, el peso de compra realizada por extranjeros alcanzó el 13,17% del total, retomando los niveles superiores al 13% que han caracterizado a la demanda extranjera durante los años previos a la crisis sanitaria.

Pero más allá de las compras realizadas por los internacionales, el alquiler vacacional de pisos y apartamentos a pie de playa sigue siendo una de las fórmulas más demandadas durante la época estival. Según los datos del informe de precios en la costa de pisos.com, se ha pasado de una renta media de 751 euros semanales a 796 euros, lo que se traduce en un repunte interanual del 6%. El año pasado se registró una subida del 2,86%.

Por otro lado, según otro análisis realizado por Tecnitasa, alquilar un apartamento en las playas españolas es hoy un 9,7% más caro que el verano pasado, superando de media los 1.000 euros semanales en buena parte del litoral. Las cifras de la tasadora sitúan a la costa catalana como una de las que más se revaloriza esta temporada, con incrementos que alcanzan el 12,6% en Girona, el 15,2% en Tarragona o el 9,5% en Barcelona.

En la Comunidad Valenciana, sin embargo, la revalorización de la primera línea de playa solo supera el 5% en Valencia, mientras que en Alicante y Castellón apenas crecen un 4%, a diferencia de lo que ocurre en Baleares que recupera impulso con unos precios que crecen por encima del 9%. Sin embargo, es Murcia la única de las áreas del litoral mediterráneo en la que los valores del alquiler caen un -0,5% con respecto al año anterior.

Más allá del alquiler vacacional, lo cierto es que el mercado del arrendamiento ha crecido en el conjunto del suelo patrio por encima del 5% hasta situarse en los 10,24 €/m2 de media en España, según recoge el informe mensual de precios del alquiler correspondiente al mes de julio, elaborado por el portal inmobiliario pisos.com. Dejando a un lado las islas Baleares y Canarias, donde la tasa de crecimiento interanual de los precios se situó en julio en el 9,48% y el 11,14% respectivamente, Cataluña vuelve a liderar el aumento de los precios de los alquileres con un aumento del 8,77% en la comunidad. Girona es la provincia donde más han crecido los precios en el último año (16,44%) mientras que, en Tarragona, la situación general dista bastante de lo que ocurre en primera línea de playa. La provincia catalana registra una caída interanual de los precios del alquiler del -0,39%.

Una situación parecida se observa en el litoral valenciano donde, si bien a pie de playa las subidas son generalizadas, a nivel provincial, solo Valencia registra en julio una revalorización interanual de los precios del alquiler que alcanza el 10,81%. En este caso, un inmueble medio de 90 metros cuadrados puede arrendarse por algo más de 700 euros mensuales, mientras que el precio medio de una vivienda similar en Castellón ascendería a unos 480 euros mensuales y a algo más de 585 euros al mes en Alicante.

En Murcia la situación se invierte con respecto a la primera línea de playa de la región. Si en las localidades costeras los valores del arrendamiento se han depreciado casi medio punto con respecto al año pasado, en el conjunto de la comunidad los precios se han revalorizado en los últimos doce meses un 0,35% y es posible alquilar un piso de 90 metros cuadrados por algo más de 520 euros mensuales de media.

La rentabilidad bruta del alquiler -que en el caso de la Comunidad Valenciana se situó en el primer semestre del año en el 5,75% de media para el conjunto del territorio- suele ser un criterio de peso a la hora de decidir si resulta o no interesante destinar una casa de playa al alquiler residencial. Sin embargo, no es lo único a tener en cuenta. Las consideraciones legales o la situación particular de cada uno se antojan también cuestiones claves a tener en cuenta.

La extensión del teletrabajo, por ejemplo, ha permitido convertir las segundas residencias en un lugar perfecto para poder desempeñar parte de la actividad profesional de manera definitiva o por temporadas. Pero más allá de la posibilidad (o no) de trabajar desde cualquier parte, las exigencias legales pueden ser determinantes. En este sentido, el marco legal es distinto si hablamos de alquiler vacacional o residencial y, en el caso de este último, además de la fiscalidad es importante tener presentes los derechos de los arrendatarios.

En el caso de los alquileres destinados a vivienda habitual los plazos se dilatan y, dado que los períodos de alquiler suelen ser más largos, pueden resultar incompatibles con el uso vacacional de la vivienda para los propietarios. Definir tus objetivos, analizar las implicaciones de una y otra modalidad de alquiler, así como tus propias preferencias es fundamental para tomar la decisión más acertada.

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