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María Teresa Bolívar
Martes, 10 de junio 2014, 01:34
Frustrado por no lograr unir a las distintas corrientes del partido y presionado por la agrupación, en la que prácticamente ya no le quedaban apoyos, Antonio Rodes anunció ayer su dimisión como secretario general del PSOE de Elche.
La decisión, según afirmó en su comparecencia ante los medios de comunicación -a las 10.30 horas-, la tomó el fin de semana, frente a las «extremas dificultades» para llegar a acuerdos dentro de los órganos regulares que rigen la agrupación local.
Por ello anunció que será una comisión gestora «de concentración», en la que estén presentes «todas las sensibilidades de la agrupación local», la que se encargue del proceso del congreso extraordinario del PSOE y de las elecciones primarias locales para elegir el candidato a la alcaldía.
Aseguró que la dirección regional se mostró a favor de que la comisión gestora se nombre esta misma semana, así como su compromiso de incluir todas las corrientes socialistas de la agrupación local.
Los primeros en conocer su decisión fueron el secretario general del PSPV, Ximo Puig, y el vicesecretario de Organización, Alfred Boix, tal como señaló. La reunión de la ejecutiva en la que explicó su dimisión -no hubo debate, solo una comunicación de la decisión y sus motivos- tuvo lugar por la tarde, lo que provocó críticas de algunos miembros, que consideraron fuera de lugar que no tuvieran conocimiento oficial de la decisión antes que la prensa. Fuentes del partido aseguraron que sí se comunicó a los integrantes antes de la rueda de prensa.
Para algunos militantes, la marcha del secretario general era «su única salida», ante el caso de las afiliaciones irregulares, su debilitamiento como líder tras el propio de su principal valedor, el exalcalde Alejandro Soler, así como algunos enfrentamientos con miembros de la ejecutiva, como Ramón Abad, que fue quien puso en tela de juicio el proceso de las altas masivas de nuevos militantes y lo denunció a principios de año.
Rodes, atenazado por el expediente abierto por las direcciones federal y nacional, se refirió en su despedida al asunto. Aseguró haber asumido una responsabilidad moral «porque se han cometido siendo yo secretario general». Reconoció que «se ha incurrido en incidencias subsanables e irregularidades no subsanables», pero aseveró sobre estas últimas que «ni las induje, ni las hubiera consentido de haberlo sabido».
Parar el golpe
Para algunos sectores de la agrupación, el hecho de que anuncie esta semana su marcha es una maniobra para adelantarse a la decisión «inminente» de Madrid sobre el expediente de las afiliaciones, ante la previsión de que sea dura con el secretario general. Incluso, según algunas fuentes, podría haber forzar su salida de la dirección del partido.
Además de las «sombras» que para parte de los militantes ha tenido su gestión al frente de los socialistas ilicitanos, «y que le han desautorizado moralmente», su rápido ascenso dentro de la agrupación y su carácter «muchas veces autoritario» no le han granjeado apoyos suficientes dentro del partido. Es más, en las últimas semanas la situación en el seno del partido se volvió «insostenible» y, tal y como indican algunos militantes, la petición de su dimisión «era un clamor», por lo que muchos consideran que su gesto se debe a las presiones internas.
Rodes entró en el escenario político como concejal independiente, junto a Miguel Ors, en la lista del PSOE encabezada por Soler en 2011. Sin embargo, pese a no ser un hombre del partido, en menos de un año, con el respaldo de Alejandro Soler, se afilió y alcanzó la secretaría general. Durante estos dos años, pese a que siempre se ha manifestado abierto al diálogo, parte de la militancia le ha acusado de cerrarse al resto de tendencias socialistas, de no buscar el consenso y «trabajar exclusivamente con su círculo».
En cualquier caso, Rodes comentó que seguirá en sus tareas dentro del grupo municipal como concejal y portavoz, «salvo que el nuevo órgano de dirección del partido diga algo». Eso sí, descartó presentarse como candidato a las primarias locales.
Sobre su posibilidad de aspirar a la alcaldía, explicó que abandonó la idea a finales de marzo, «cuando las tensiones de la agrupación se agudizaron». Admitió que al principio tenía ilusión y proyectos. Pero aseveró que «la ilusión ya no la tengo, ni la madera de héroe que debe tener quien salga». Sobre sus ideas, mencionó que «las pasaré a quien resulte candidato por si pudieran valer» .
Por su parte, el secretario de Organización del PSPV, Alfred Boix, manifestó ayer su agradecimiento al líder local por su «dedicación y trabajo durante todos estos años».
El número dos de los socialistas valencianos resaltó la «responsabilidad» mostrada por Rodes y anunció que en las «próximas horas» procederá a nombrar una gestora que dé estabilidad al partido varios meses.
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