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M.T.B.
Viernes, 27 de junio 2014, 01:43
Cebada, trigo y avena, con un toque de cilantro y anís. Es la receta que seis amigos ilicitanos, aficionados a la cerveza, eligieron entre un sinfín de opciones para confeccionar su propia bebida artesana, al estilo belga de abadía.
Lo hicieron con 'kits' de producción domésticos, pero además de las limitaciones de cantidades -el máximo que conseguían eran 30 litros- también estaban las de conservación y almacenamiento, asegura uno de los promotores del proyecto, Raimon Coves.
Después de tres años, los jóvenes han visto su sueño hecho realidad al dar el salto a la fabricación y comercialización de su producto, merced a la colaboración del maestro cervecero Manuel Alcántara.
De sus instalaciones, en el municipio albaceteño de Chinchilla, donde fabrica otras bebidas de este tipo, ha salido la primera tirada de la marca ilicitana, de la que se han producido de momento 800 litros, distribuidos entre restaurantes y locales de Alicante, Elche y Monóvar.
Oripell es el nombre con el que han bautizado esta cerveza ilicitana, en homenaje al Misteri, «porque es lo más representativo de Elche», afirma el portavoz.
Sus creadores aseguran que es una cerveza elaborada siguiendo técnicas artesanales tradicionales a partir de ingredientes naturales de alta calidad. Estos últimos han sido cuidadosamente seleccionados y en su elaboración se han respetado los tiempos de fermentación y maduración en botella necesarios para conseguir un perfecto equilibro de sabor, aroma y espuma, recalcan.
La receta se basa en el uso de tres cereales para elaborar esta cerveza: la cebada como ingrediente principal, una parte de trigo y otra de avena. Se elabora a partir de agua, maltas y lúpulos europeos cuidadosamente seleccionados, levadura de alta fermentación, cilantro y anís.
A diferencia de otras cervezas artesanas, Oripell -que se presenta en formato de botella de tercio y cuyo atractivo diseño juega con algunos símbolos de la ciudad- «ha sido filtrada antes de su embotellado para garantizar la máxima calidad del producto y disfrutar plenamente de su degustación», explican.
Aunque la nueva cerveza está en fase de promoción, Coves asegura que «está teniendo muy buena aceptación y algunos restaurantes como La Finca nos han comunicado que la incluirán en su carta de bebidas». Si la demanda lo permite, los promotores de Oripell tienen previsto sacar una segunda producción para el próximo mes de octubre.
La bebida artesanal se presentó ayer oficialmente en el bar Malasaña por parte de sus creadores y del maestro cervecero Manuel Alcántara, quienes dieron a conocer sus aspectos más característicos, su composición, su cata y los maridajes más adecuados.
Coves se mostró muy satisfecho de haber encontrado en él «alguien experimentado en este campo, elegante y muy eficiente». Asimismo consideró un acierto haber contado con sus instalaciones para la fabricación, tras buscar por toda la provincia, «porque están muy preparadas y con un equipamiento de maquinaria al más alto nivel».
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