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DAVID SEVILLA
Miércoles, 4 de marzo 2015, 01:37
«Si los bomberos hubiesen tardado cinco minutos más, el incendio se habría propagado al edificio contiguo», explicó Francisco Rico, un vecino del inmueble situado frente al bloque número 41 de la calle Ruperto Chapí, que el lunes por la tarde sufrió un virulento incendio. Además de afectar a tres pisos, el siniestro se llevó la vida de Silvia Mantilla, una octogenaria con problemas de movilidad que no logró escapar del fuego que se originó en su vivienda. «Las llamas superaban el edificio y pensé lo peor», afirmó en referencia a la magnitud que alcanzó el fuego.
La rápida intervención de las dos dotaciones de bomberos que se desplazaron al lugar no pudieron evitar que la vivienda en la que se originó el incendio quedara totalmente calcinada.
Después de conocer lo sucedido, un gran número de curiosos acudió ayer al lugar de los hechos para observar de cerca los efectos del incendio y para conocer de primera mano lo ocurrido a través de los vecinos de la zona. «Son muchos los daños materiales que ha causado el fuego, aunque lo que más hay que lamentar es la muerte de la anciana», indicó Rico.
Por otro lado, los bomberos, que terminaron las tareas a las 00.35 horas -desde las 19.50-, recibieron el apoyo de compañeros que se desplazaron desde las localidades de Almoradí, Crevillent y Sant Vicent del Raspeig. «Además del trabajo que conlleva un incendio de la magnitud del que tuvimos que atender el lunes, andamos justos de personal», explicaron ayer desde el Parque Comarcal de Bomberos.
Actualmente, en un turno normal, la guardia la componen ocho bomberos, un cabo y un sargento. «Acudieron todos menos el que coge el teléfono», explicaron. Los compañeros desplazados desde Almoradí, que se instalaron en el parque ilicitano para atender cualquier emergencia, atendieron una falsa alarma en un garaje mientras los demás se encontraban extinguiendo el incendio de la calle Ruperto Chapí.
La acumulación de material combustible en el interior de la vivienda, sobre todo en el salón-comedor, está, según los Bomberos, detrás de la rápida propagación y de la virulencia del incendio. Una cuestión contra la que poco pudo hacer la fallecida, ya que su movilidad era reducida y se encontraba en una cama instalada cerca del lugar en el que comenzaron las llamas.
«La hija bajó a la farmacia y cuando volvió se encontró con el incendio y ya no pudo hacer nada», explicó Rico, mientras desde la terraza de su inmueble señalaba la vivienda afectada en la que, debido a las altas temperaturas que se alcanzaron en el interior, no quedaba rastro del mobiliario que había antes que el fuego arrasara la vivienda.
En este tipo de casos la prioridad para los servicios de emergencia es rescatar a las posibles víctimas. No obstante, poco pudieron hacer los efectivos desplazados al incendio cuando llegaron debido al rápido avance de las llamas.
Una vecina de la misma planta en la que se originó el incendio, Mari Carmen Yáñez, explicaba ayer que se enteró gracias al aviso de una amiga a través del teléfono móvil. «Estaba duchándome con música de fondo y no me percaté de lo que estaba ocurriendo», dijo. Una vez fue alertada de lo que sucedía, abrió la puerta y comenzó a gritar en busca de auxilio y, tras no obtener respuesta, decidió entrar de nuevo en su casa. Momento en el que apareció un Policía Local que, después de cerrar la puerta para evitar que entrase humo, se quedó tranquilizándola hasta que pudieron bajar por las escaleras. «No me enteré de nada y gracias al Policía Local pude salir de mi casa sana y salva», aseguró la mujer.
Debido a la cercanía, los primeros en actuar fueron los agentes municipales, que accedieron al inmueble para tratar de socorrer a la víctima y ayudar a la evacuación de los vecinos. Fruto de ello, un agente tuvo que ser trasladado al Hospital Imed por inhalación de humos, aunque ayer obtuvo el alta.
Además del Policía Local, otras tres personas tuvieron que ser trasladas a los hospitales General y Vinalopó por inhalación de humo, así como la hija de la víctima, propietaria de la vivienda calcinada, por una crisis de ansiedad a raíz del incendio que se cobró la vida de su madre.
Cascotes y escombros
El incendio provocó daños visibles en los vehículos que se encontraban estacionados bajo el inmueble debido a la caída de cascotes procedentes de la fachada. No obstante, los desperfectos en los coches fueron a más cuando los Bomberos procedieron al retirado de escombros y de partes de la fachada que corrían peligro de desplome.
En cuanto al origen del incendio, que en un primer momento parecía estar en un microondas, está todavía por esclarecer. Según informaron desde el Parque Comarcal de Bomberos, la virulencia de las llamas complica la investigación y «en estos momentos son todo conjeturas». Aún así, el origen del mismo parece situarse en el salón de la vivienda.
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