El viejo pantano hace agua

La semana pasada el estado de deterioro del Pantano de Elche -en proceso de declaración como Bien de Interés Cultural (BIC)- llegó al Congreso de los Diputados. El parlamentario de Compromís Joan Baldoví, planteó una proposición no de ley (PNL) reclamando financiación estatal para rehabilitar esta infraestructura hidráulica construida en el siglo XVII y su entorno natural. No planteó nada nuevo: simplemente que se cumpla el convenio firmado en 2006 entre la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHS), el Ayuntamiento y la Comunidad de Propietarios de la Acequia Mayor, y del que solo se ejecutó el arreglo de la compuerta de desagüe, que vuelve a estar inutilizada.

Aquel convenio era una ampliación del firmado dos años antes con el Ayuntamiento, por el que el municipio obtenía «el uso y disfrute del pantano de Elche, con sus instalaciones y terrenos anexos», además del agua para el riego de huertos de palmeras. En contrapartida, el consistorio se comprometía a realizar las reparaciones y actuaciones necesarias para restablecer la funcionalidad de la presa y la mejora del entorno natural.

Pero pese a repetidos anuncios por parte municipal, no se ejecutaron más actuaciones. A partir de mayo de 2011, coincidiendo con el cambio de gobierno municipal, «cesaron todas las ayudas y subvenciones que recibíamos de la Confederación y Ayuntamiento», según señala el presidente de la comunidad, Emigdio Tormo Ródenas, tras negarse a firmar un nuevo convenio presentado por el actual equipo de gobierno con cláusulas «que no podíamos aceptar de ningún modo».

En vista de que sus requerimientos no recibían respuesta de ninguna de las dos instituciones firmantes del convenio, en octubre del pasado año la Comunidad de la Acequia Mayor registró sendos escritos en el Ayuntamiento y la Confederación en los que denunciaba el incumplimiento del acuerdo. Alertaban, además del grave deterioro experimentado por la pared de la presa, según se desprendía de un informe técnico conocido en agosto.

El estudio realizado por la empresa especializada Rusa Ingenieros, detallaba numerosas y graves deficiencias. Entre ellas, la Comunidad destacaba las siguientes en su escrito a las administraciones:

Filtraciones en el cuerpo de la presa y por el estribo de la margen izquierda, «que urge impermeabilizar».

Salientes en el parámetro exterior de la presa, «que hace dudar seriamente de su estabilidad estructural».

Inoperancia de los órganos de desagüe, «que resulta especialmente grave habida cuenta que la presa está vertiendo por coronación de forma caso constante, afectando a su estabilidad.

Colmatación del embalse por sedimentos.

No funcionamiento del canal de derivación de Pavía que abastecía el aprovechamiento hidroeléctrico situado al pie de la presa y ahora en desuso. Se apunta que «si funcionara correctamente podría contribuir a derivar los caudales antes de su llegada al embalse».

«Gravísima situación»

En sus escritos, el presidente de la Acequia Mayor dejaba constancia de que «el Ayuntamiento ha incumplido por completo lo convenido», y lo sigue haciendo en la actualidad. Señala al consistorio como responsable «de la gravísima situación en que se encuentra la presa.

La histórica comunidad de regantes -propietaria del embalse y administradora del agua desde 1842- planteaba en su escrito de octubre a la Confederación que «la CHJ debe actuar urgentemente y forzar al Ayuntamiento de Elche a realizar todas las actuaciones necesarias para que el pantano y la presa estén en las debidas condiciones».

El ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Ramón Irles Mas, en un informe realizado en febrero pasado, a petición de la comunidad de regantes, propone varias medidas urgentes. Entre ellas, despejar el desagüe de fondo, «bien sea desatascando la compuerta o taladrándola con las debidas precauciones»; rebajar el extremo oriental de la presa, actualmente más elevado que el cuerpo principal, para permitir el desagüe por esta zona; y limpieza de la vegetación aparecida en la pared de la presa y reparación de las juntas de sillerías.

La comunidad quiere volver a poner en servicio el desvío hacia la Acequia Mayor situado aguas arriba, en la denominada presa de Pavía, mediante un 'bypass', y hacer otro hacia el lado contrario del embalse. «Lo más urgente ahora es evitar que el agua siga rebosando por la pared del pantano», apunta el presidente.

Son actuaciones «urgentes» y «necesarias» para evitar que el deterioro avance y produzca «daños irreversibles», según Tormo. Pero las administraciones no abren la boca. El actual equipo de gobierno tiene un vocal en la junta directiva de la comunidad, el concejal de Infraestructuras, Vicente Granero, por lo que está informado de la situación. «El apoyo que teníamos de las anteriores corporaciones para gestionar ayudas nacionales e internacionales se cortó con el actual gobierno local», lamenta el presidente. En la próxima reunión de este mes la junta se estudiarán las medidas a adoptar.