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D. S.
Martes, 21 de abril 2015, 01:55
La alcaldable de Compromís per Elx, Mireia Mollà, propuso, como parte del programa electoral de su formación, el establecimiento de un código ético en el Ayuntamiento. Una cuestión que deberían aceptar todos los trabajadores públicos, incluidos los concejales, para «sus decisiones respeten la legalidad y el interés general de la sociedad». Una cuestión para la que también propuso la creación de una nueva concejalía, la de responsabilidad, para velar por estas cuestiones. Asimismo, abogó por la creación de la figura del defensor del ciudadano y establecer una nueva Ordenanza Municipal para «evitar atropellos como el del proyecto del Mercado Central, llevado a cabo a espaldas de los vecinos y los comerciantes de la zona». Así, la normativa establecería la necesidad de realizar un estudio de viabilidad e impacto social en el desarrollo de cualquier proyecto urbanístico o iniciativa pública o privada de envergadura para el municipio.
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