«De niño vivía las fiestas con mucha intensidad»

Antonio Parreño es uno de esos ilicitanos que, con su valía profesional, ha conseguido llegar lejos. Licenciado en Periodismo y Derecho, ha trabajado para medios locales y nacionales dentro y fuera del país. Con Televisión Española (TVE) ha visitado, entre otros, Estados Unidos, Haití, Líbia, Pakistán y Marruecos, donde fue corresponsal. En 2010 recibió el premio Rey de España de Periodismo en la categoría de televisión por su reportaje 'Ellacuría, crimen sin castigo', rodado en El Salvador para el programa 'En Portada'. Actualmente es editor adjunto de la primera edición del Telediario. Esta noche, el joven periodista nacido en 1973 abrirá de forma oficial las fiestas de su ciudad natal con el pregón que pronunciará, a las diez, desde el balcón del Ayuntamiento.

-¿Cómo se sintió cuando el alcalde le pidió que fuera el pregonero de este año?

-Me sentí muy honrado y le dije que sí inmediatamente. Me parece un privilegio porque pocos ilicitanos tienen esa oportunidad de subir al balcón del Ayuntamiento en el comienzo de las fiestas y leer el pregón ante tanta gente.

-¿Considera esta elección una forma de homenajearle por su trayectoria profesional?

-Me gusta pensar que es así, y también que es un cierto reconocimiento a que he mantenido la vinculación con Elche a pesar de vivir fuera. Precisamente por ello, creo que aprecio mejor las virtudes de la ciudad y los ilicitanos y la fuerza que tienen las raíces.

-¿En qué medida se había implicado en las fiestas hasta el momento?

-Siempre he sido un ilicitano más. Cuando era un niño las vivía con mucha intensidad, especialmente la Nit de l'Albà. Para mí estas fechas veraniegas eran apasionantes. Parte de esas vivencias estarán presentes en mi pregón. Luego tuve una fase en que me tocó cubrir las celebraciones, ya que trabajé como becario en TeleElx y RadioExprés, y tuve la oportunidad de conocerlas más a fondo. Pude ver su funcionamiento y el enorme esfuerzo que supone organizarlas, en ocasiones de forma desinteresada.

-¿Ha presenciado alguna vez el Misteri?

-Fui a verlo por primera vez con 16 o 17 años, antes de marcharme. Lo que más me impresionó entonces fue la irrupción del órgano, las voces de los cantores y la bajada de Ángel. De hecho, son esos mismos elementos los que me siguen emocionando hoy. Luego he vuelto un par de veces, aunque no siempre lo he visto entero. Ha habido ocasiones en las que me he colado solo el día 15 para ver la parte final de la representación, con la Coronación. Creo que es un espectáculo único, con mucho valor y mérito.

-Otro símbolo ilicitano es la Dama de Elche, que actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional. ¿Considera que el busto íbero debería volver?

-Es una reivindicación histórica de los ilicitanos y a mí me gustaría que la Dama regresara. Ya ocurrió en 2006 y se demostró que podía estar aquí en condiciones inmejorables de conservación. Creo que además, este hito fue un gran impulso para la ciudad desde el punto de vista turístico. Si volviera, ayudaría mucho a la ciudad.

-Estuvo inmerso un tiempo en diversas corresponsalías internacionales y como enviado especia. ¿Le atrae esa área informativa?

-Cuando estudiaba la carrera, uno de mis sueños era viajar en calidad de ese observador privilegiado que es el periodista. Además, he tenido la suerte de vivir momentos clave en la historia de determinados países: estar en Pakistán justo después de un magnicidio, con el asesinato de Benazir Bhutto; o presenciar la revolución en Libia y la muerte de Gadafi... Son experiencias que uno se lleva para sí, más allá de lo profesional.

-¿Es más complicado ahora desempeñar esa labor?

-Ahora, por desgracia, es casi imposible para el periodista trabajar en esos países. Antes había cierto respeto a la figura del informador por parte de los distintos bandos, pero nos hemos convertido en el objetivo de los ataques y es todo más complicado. Hay muchos medios que han decidido prescindir de esa información directa porque no consideran que les compense el riesgo al que exponen a sus trabajadores.

-¿Cómo ve actualmente la relación de los medios con el poder y los poderes fácticos?

-Hay de todo. Cada medio tiene su línea editorial y es propiedad de una empresa privada, así que ocurre siempre. Yo puedo hablar en el caso de los medios públicos, donde todos los que están trabajando lo intentan hacer con honestidad, el máximo rigor y la máxima independencia. Otra cosa es que los medios públicos sean escenario de debate político y discusión entre los partidos.

-A su parecer, ¿qué pasos debería seguir TVE para convertirse en medio público de referencia, al margen de vaivenes políticos?

-Lo fundamental es resolver el problema de la financiación, porque el actual modelo no es sostenible. Después de eso, habría que definir la televisión que se quiere, así como el aspecto del tamaño o los objetivos a conseguir. También es importante que sea totalmente independiente, lo más neutral posible y rigurosa en su labor. Ahí está, por ejemplo, la BBC, que se ha convertido en marca del Reino Unido. Nosotros también debemos aspirar a que nuestros medios públicos sean representativos de nuestro país de cara al exterior.

-¿Ve posible la reapertura de RTVV en la presente legislatura como ha prometido el nuevo gobierno de la Generalitat?

-Espero que sí. Canal 9 es un medio muy útil, que tiene una función que cumplir, sobre todo a nivel de promoción de la lengua. Yo apoyo absolutamente la reapertura y lo considero una gran oportunidad de tener un medio potente valenciano. Como siempre, corresponde a los partidos políticos ponerse de acuerdo sobre el tema.