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EFE
Lunes, 1 de febrero 2016, 11:04
La Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) estudiará medidas para la adecuación de hábitats para la malvasía cabeciblanca en el sureste ibérico, una especie en peligro de extinción.
El trabajo será desarrollado por la Oficina Ambiental de la UMH, junto con el grupo de Ecología del Departamento de Biología Aplicada.
Denominado "Adecuación y conservación de nuevos hábitats para la malvasía cabeciblanca en el sureste ibérico", este proyecto pretende obtener información sobre la situación actual de estas aves, identificar y evaluar la percepción social y la presencia de amenazas directas sobre la colonización o persistencia de la especie.
Además, recogerá información con el objetivo de elaborar una guía de recomendaciones para la gestión de la especie a partir de los resultados en las encuestas de percepción social y amenazas detectadas en los humedales del sureste ibérico.
Este peculiar pato buceador presenta un aspecto inconfundible, con una cola larga y afilada, que suele mantener erguida y una voluminosa cabeza acabada por un robusto pico.
Se trata de una especie con una población muy escasa y localizada, ya que en la década de los setenta la población española de malvasía cabeciblanca se componía de unas pocas decenas de ejemplares confinados en unas lagunas del sur de Córdoba, lo que habría supuesto su completa desaparición del territorio.
Aunque su recuperación es positiva gracias a planes de conservación, todavía está sujeta a numerosas amenazas.
Esta especie se instala en humedales naturales o artificiales de aguas limpias y algo salobres y durante el periodo reproductor precisa de una cobertura de abundante vegetación como carrizos o eneas.
Se trata de un pato buceador que necesita zambullirse en el agua para obtener su alimento, constituido principalmente por plantas acuáticas, de las cuales ingiere las partes verdes como las semillas. Además consume una cierta variedad de invertebrados, como larvas de insectos acuáticos, moluscos y crustáceos.
El periodo reproductor se extiende entre marzo y septiembre, y una vez instalados en sus habituales lugares de cría y, ya con el plumaje nupcial completamente desarrollado, los machos se tornan bastante territoriales y agresivos hacia otros ejemplares de su mismo sexo.
La hembra deposita entre mayo y julio de 5 a 10 huevos de color blanco moteado, que incuba durante 25 o 26 días, pasados los cuales nacen los pollos.
El proyecto de la UMH se desarrollará a lo largo del año y cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Fundación Biodiversidad.
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