El TSJ da luz verde al plan urbanístico para hacer el nuevo Mercado Central

La sección primera de la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano ha desestimado el recurso contra el Proyecto de Reforma Interior (PRI) del Mercado Central, que interpusieron en 2013 el grupo de placeros que permanece en el viejo edificio y la plataforma Salvem el Mercat.

El fallo judicial resuelve que dicho plan urbanístico, aprobado por la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, «se ajusta a derecho» y señala que «la ordenación que se propone está suficientemente justificada y en absoluto puede calificarse de arbitraria o carente de justificación». Según el escrito de los magistrados, el PRI «podrá gustar más o menos, pero lo que se propone no puede anularse por la sala» en base a «motivaciones subjetivas».

La sentencia no es firme y contra ella cabe interponer recurso de casación ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, una opción que la parte demandante todavía no ha decidido y tendrá ahora que valorar, una vez examine en profundidad el fallo judicial, según señaló ayer el abogado de los placeros, Antonio Prats.

En cualquier caso, esta decisión judicial salva el último escollo legal para que el proyecto, adjudicado a la empresa gallega Aparcisa en la anterior legislatura, salga adelante, después de que el juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Elche levantase a finales del año pasado las medidas cautelares que impedían cualquier actuación en el viejo edificio, donde aún permanece un grupo de placeros que se opone al proyecto del nuevo edificio tal y como está planteado.

Sobre la sentencia, que se conoció ayer, la portavoz de la Junta de Gobierno Local, Patricia Macià, aseguró que el equipo de gobierno «asume» la decisión judicial y advirtió de que el tripartito «ya trabajaba con esa hipótesis», con la posibilidad de que el PRI del Mercado fuera legal, aclaró.

A la espera del informe

No obstante, recordó que el consistorio está a la espera de recibir la documentación pendiente por parte de la mercantil, en la que debe subsanar una veintena de deficiencias detectadas por los técnicos municipales en la última revisión de los informes presentados por la concesionaria a finales del pasado año. Macià insistió en el compromiso del equipo de gobierno de dar una respuesta en firme, sobre si el proyecto sale adelante o no, en el plazo de quince días hábiles a partir de la recepción de dicha documentación, que aún no se ha producido.

En ella Aparcisa deberá salvar el principal escollo del proyecto, la organización del tráfico en la zona. En concreto, la entrada y salida de los vehículos del futuro aparcamiento que se construya bajo el edificio, además de algunas cuestiones técnicas a resolver en el informe de demolición del actual edificio y del proyecto básico. Unas cuestiones que desde el tripartito ya se apuntaron como «subsanables».

Aunque la propuesta recogida en la última documentación presentada por la empresa apuntaba como alternativa desviar la circulación por la calle Victoria hacia la Corredora, la opción fue rechazada, por la intención del consistorio de peatonalizar esta última. Lo que llevó a la mercantil a sugerir como alternativa otra posibilidad, la de que pueda discurrir por la calle Salitre, ampliando el actual carril de circulación junto a la Pasarela, para habilitar dos, de entrada y salida. Una alternativa que requeriría la autorización de la Dirección General de Patrimonio, al afectar a una zona donde se encuentra parte de la antigua muralla.

Este proyecto es el que la empresa debe definir y concretar en la nueva documentación a presentar. En cualquier caso, durante la última reunión el tripartito dejó entrever una postura más flexible sobre el proyecto del nuevo Mercado Central. De hecho, el alcalde, Carlos González, en una de sus últimas intervenciones sobre este asunto, manifestó que «aunque el proyecto se adjudicó contra la opinión de la mayoría, el concurso público lo ganó una empresa, el contrato está firmado y la legalidad es incuestionable».