El tripartito anula el menú escolar a domicilio y amplía la ayuda a familias

Favorecer su integración y evitar situaciones que puedan etiquetarse como «actos de caridad» son las razones que han llevado a la concejalía de Bienestar Social a diseñar un nuevo plan estival de atención a menores con riesgo de exclusión social, un proyecto que no se pudo poner en marcha el pasado año por la precipitación que suponía modificar lo programado por el anterior equipo de gobierno.

Precisamente esos son los motivos esgrimidos por la edil del área, Teresa Maciá, para eliminar el programa de comedor en casa del que disfrutaban en agosto los niños con pocos recursos, implantado por los populares. Para la responsable, el hecho de que este servicio de catering se lleve a los domicilios puede suponer un estigma para los chavales, por lo que el Ayuntamiento ha apostado este año por echar una mano a estas familias de una forma diferente, ampliando las ayudas económicas de emergencia que reciben.

Maciá señaló que los técnicos de su departamento realizaron un sondeo entre los padres que se encuentran en esa situación y la fórmula propuesta «a la mayoría le pareció más acertada». El consistorio destinará a estas ayudas un montante de 35.000 euros, que se repartirá entre las familias que tienen problemas económicos para alimentar a sus hijos, y vendrá a complementar la cuota que suelen recibir de Bienestar Social, a través de la misma transferencia a sus cuentas corrientes, según dijo.

En este programa se han incluido a 300 chavales, con edades comprendidas entre los 3 y los 16 años, ampliando así la cobertura del proyecto a los escolares que se encuentran en los cursos superiores. Este grupo, durante el mes de julio, también podrá disfrutar de servicio de comida y merienda gratis, así como de diferentes actividades, en las escuelas de verano que organizan las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de algunos colegios ilicitanos.

«El año pasado ya incrementamos el número de ayudas para atender a los hermanos de los niños becados», recordó Maciá, quien hizo referencia a las 53 nuevas becas que se habilitaron entonces y que contaron con un presupuesto cercano a los 3.000 euros.

Este año el objetivo es, según manifestó la regidora, «acabar con los guetos, es decir, que estos niños en riesgo de exclusión social salgan de un determinado entorno y tengan la posibilidad de asistir a las escuelas de verano de los distintos colegios de la ciudad».

La representante municipal comentó al respecto que, en los últimos años, los escolares que recibían las ayudas se concentraban en solo dos escuelas de verano, las organizadas en los colegios Miguel Hernández y Eugeni d'Ors.

Sin embargo, según anunció, el próximo mes de julio un total de 225 niños asistirán becados a las distintas escuelas de verano de la ciudad y «tan solo 75 permanecerán en las escuelas de verano organizadas por Bienestar Social», las dos de otros años, situadas en los barrios de Palmerales y Carrús. Lamentó que estos últimos no hayan contado con plaza en el resto de escuelas, pero la intención es que se incorporen a otros colegios en próximos años.

Sobre las cuantías económicas destinadas a este programa, indicó que Bienestar Social dedicará un total de 70.000 euros, incluidos los 35.000 de las ayudas económicas consignadas para agosto. Para el servicio de alimentación y actividades de estos 300 menores, la concejalía tiene programada la partida restante, de otros 35.000 euros, para alimentación, actividades y la cuota que hay que pagar a las AMPA de las escuelas de verano.

Maciá resaltó los beneficios de este plan de inserción para los chavales. «Este programa de ayudas pretende aunar la atención de necesidades básicas de alimentación de los menores con actividades complementarias de tiempo libre, sociales, culturales, recreativas, cívicas y educativas», explicó la edil, quien añadió que, en definitiva «se trata de garantizar la cobertura de necesidades básicas, prevenir el aislamiento social de los menores y garantizar la igualdad de oportunidades».