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LA LIBRETA GRIS

Estelas en el mar

Gaspar Macià

Domingo, 11 de septiembre 2016, 10:06

«-Yo estaba muy interesado en la Evolución, hasta que evolucioné y dejó de interesarme». Sheldon Cooper en la serie de televisión 'The Big Bang Theory'.

Mientras la libreta estaba de vacaciones, conocimos el esperado informe del Consell Jurídic Consultiu sobre el Mercado Central, asegurando que no hay nada malo ni ilegal ni hipercalórico en que la empresa se quede dos plantas del aparcamiento subterráneo del futuro edificio. Por si quedaba algún resquicio de duda sobre el proyecto más informado, revisado y evaluado -eso sí, falta la prueba del carbono 14, pero todo llegará- de la historia de Elche y buena parte de la Comunitat Valenciana. Los tribunales, por otro lado, no han dado amparo cautelar a la docena de numantinos placeros que resisten en el vetusto a la par que racionalista edificio y, por lo tanto, el tripartito (o mejor, bipartito en este asunto, como luego se expondrá), les ha conminado a ir haciendo las maletas, o los capazos, que la resistencia toca a su fin y las catas van a empezar en septiembre. Y si no, comenzarán con ellos dentro, con el riesgo que conlleva de ser confundidos con restos arqueológicos de época mozárabe, o incluso de que un cliente acabe llevándose una yesca del pavimento entre los kiwis y las berenjenas. El paciente concejal del área, Carlos Sánchez, ha ido varias veces a pedirle, por favor y de buena manera, que se vayan a otros mercados o, por lo menos, al piso de arriba. Pero ni por esas, ahí siguen, parapetados tras sus puestos y pertrechados de hortalizas, frutas exóticas de corteza dura, patas de jamón, huesos de oliva, varias clases de pescados de roca especialmente espinosos y sacos de frutos secos para lanzárselos a quien trate de desalojarlos. Y es que este asunto sigue estando tanto o más enrevesado que antes del verano. Carlos González no pudo marcharse de vacaciones a Santa Pola con la tranquilidad que hubiese deseado porque sus socios compromisarios, haciendo honor a sus principios -aunque reservándose el derecho sobre los finales-, le dejaron solo con JR Pareja en la reunión con la empresa. Mireia Mollà dejó clara la postura de su grupo al respecto de la resolución del Consell Jurídic: «Nosotros ni compartimos ni dejamos de acatar, sino más bien al 'inrevés', por lo que, sin género de dudas, y visto desde la perspectiva del hecho inherente a la parte contratante de la primera parte, pues hasta aquí hemos llegado y nos vamos un momento al aseo». Y se marchó, y a su barco le llamó libertad, en el cielo descubrió gaviotas y pintó, encima, estelas en el mar. González miró a Pareja, que hizo un gesto así como diciendo: «Ya te dije que había que convocar referéndum». Recuperado de su sorpresa inicial, salió el alcalde precipitadamente de la reunión, y gracias a su largas y veloces zancadas, interceptó a la líder compromisaria bajando las escaleras de la Alcaldía:

-Mireia, ¿existe alguna posibilidad, por remota que sea, de salvar lo nuestro? Miénteme, dime que el mercado no nos separará y que seguirás en el tripartito.

-El mercado no nos separará y seguiré en el tripartito.

-Que todavía me apoyas como yo te apoyo a ti.

-Todavía te apoyo (en algunas cosas) como tú dices que me apoyas a mí...

Así siguieron hasta que Mollà desapareció en busca de un transporte público no contaminante y de movilidad sostenible para desplazarse a Torrellano. Días más tarde se les vio compartir no uno sino dos peroles de arroz con costra, evidenciando que una cosa es el mercado y otra muy distinta las mercaderías.

La vuelta al trabajo ha evidenciado que el desencuentro se mantiene y que los cuatro de Compromís siguen de oyentes en este asunto, aunque no de manera beligerante. A cambio, han logrado que los otros socios apoyen que el mismo Ayuntamiento se haga cargo de la peatonalización de la Corredora. Los 376.000 euros presupuestados por la empresa adjudicataria del Mercado Central -que es quien debía asumir esta actuación- son poca cosa para lo que tienen pensado. Quieren dejar una Corredora niquelada y acabar por todo lo alto lo que empezaron sus predecesores de EU en el primer mandato de Diego Macià (1995-99), cuando forzaron a sus compadres socialistas en el gobierno a aprobar la reforma de tan céntrica arteria, bajo amenaza incluso de romper el acuerdo de gobierno. 'Quid pro quo' en toda regla, dicen los malpensados. Que los hay.

Y ya que ha salido intencionadamente el nombre del exalcalde, resulta que en pleno agosto fue nombrado director general de Industria y Energía por el president Ximo Puig, junto con el también ilicitano, exdiputado nacional de EU y médico jubilado Narcís Vázquez, éste como secretario autonómico de Salud Pública, a propuesta de Compromís. Elche va cogiendo peso en el gobierno autonómico, se apresuraron a destacar portavoces de ambas formaciones, en plena canícula prefestiva. Ya tenemos cuatro directores generales/secretarios autonómicos colocados (en el sentido político del término), ensalzaron. ¿Y para cuándo nos toca un conseller? «Pronto, pronto», argumentaron por todo argumento. Pero, volviendo a los malpensados de antes, hay quien se pregunta por qué el alcalde tótem del socialismo local abandona su cómoda segunda línea política y la plácida docencia universitaria para aceptar un cargo del tercer escalafón (secretario autonómico está por encima de director general) y ponerse a las órdenes de un conseller de Compromís. Una conselleria o la presidencia de algún organismo institucional (tipo Sindic de Greuges) tal vez hubiese estado más en consonancia con la trayectoria y el peso de Macià en el PSPV, pero quién sabe, igual se aburría y ha querido volver a la primera línea de batalla política. Eso sí: ha tenido que ponerse al día de forma intensiva en sostenibilidad y transparencia participativa. Suerte a ambos.

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