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Gaspar Macià
Domingo, 2 de octubre 2016, 01:08
Ciento ochenta años. Es la edad del periodismo ilicitano, que viene marcada por la aparición, en 1836, del semanario 'El Agorero'. La efeméride ha servido de excusa a la Asociación de Informadores de Elche (AIE), que cumple además 45 años, para montar una exposición que se puede ver el la Lonja Medieval del Ayuntamiento hasta el 15 de octubre. La muestra se realiza en colaboración con la Cátedra Pedo Ibarra de la Universidad Miguel Hernández (UMH). Su director y profesor de Historia del Periodismo, Miguel Ors Montenegro, es el comisario de la exposición, que recorrerá los institutos y recalará también en el campus ilicitano.
-¿Qué ofrece la exposición?
-Son 180 años de periodismo local a partir de la aparición en 1836 de un semanario del que prácticamente no sabemos nada, 'El Agorero', y aprovechando esa efeméride se ha montado esta exposición. Para la Cátedra Pedro Ibarra es un auténtico regalo el que nos ha hecho la Asociación de Informadores para poder hacer un trabajo muy bonito, a través de paneles, con un sentido muy didáctico y divulgativo, cuya plasmación ha corrido a cargo del secretario de la cátedra y profesor, José Vicente Castaño.
-¿Cómo está articulada?
-Se divide en etapas históricas. La primera abarca desde 1836 hasta el último tercio del siglo XIX, cuando empieza la época dorada del periodismo en Elche y toda España. Hasta entonces es la prehistoria, porque hay muy pocos periódico, cinco o seis y ninguno se consolida. Hay un antes y un después a partir de la ley de Prensa de 1883, que promulga el gobierno liberal de la época de Sagasta y que copia la norma francesa del año anterior, que lo que hace es dar facilidades: elimina el depósito previo y favorece la libertad de expresión.
-¿Es la eclosión del periodismo ilicitano?
-Sí, a partir de ese momento empieza un tiempo fantástico, que asombra cuando te acercas a la hemeroteca. En Elche, que tiene en 1900 tiene 27.000 habitantes, te puedes encontrar los domingos hasta siete semanarios: uno socialista, otro conservador, otros literarios, económicos, posteriormente también deportivos e incluso alguno como 'Nueva Illice' que llegó a hacer una sociedad por acciones para convertirse en diario, que duró seis o siete meses. Es un tiempo en el que la prensa se convierte en una de las grandes manifestaciones culturales de la ciudad, igual que sucede en España y en Europa. Coinciden, además, tres grandes generaciones literarias: las del 98, el 14 y el 27. Es asombroso la cantidad de papel que se gasta cada semana para que la gente pueda hablar de política, poesía, teatro, economía... Es una auténtica explosión periodística en esa época de la Restauración.
-¿Qué periódicos aparecen?
-El inicio de ese fenómenos sería 'El Bou', un periódico satírico que nace en 1885, con dos etapas diferenciadas. Hoy resulta ilegible porque está en clave de época, es un periódico del Partido Conservador, camuflado claro, que publica un carpintero que se llama José Pérez Sánchez y que sale cuando gobierna en el Ayuntamiento el Partido Liberal. Está escrito en valenciano porque sabe que así la sátira llega más a la gente. 'El Bou' no triunfa como tal pero crea una aureola que se mantiene durante mucho tiempo, es como 'El Tio Cuc' en Alicante que tiene una fama añadida. Luego hay otras publicaciones que duran un año o dos, pero la presencia de la prensa es permanente aunque cambien las cabeceras y las personas. El periódico se convierte en algo cotidiano para los ciudadanos de Elche, como en otras localidades.
-¿Hay alguna publicación que destaque sobre las demás?
-Hay un periódico exquisito y muy bien escrito que es 'El Pueblo de Elche' (1899), dirigido por un abogado y que dura cinco años. Ahí escriben Alfredo Llopis, Ángel Llorca García -uno de los grandes pedagogos que ha tenido Elche-, Pedro Ibarra, Ramón Lagier... La 'inteligencia' de la ciudad se pone de acuerdo para crear un periódico utilísimo, que sí que da una idea de los problemas de la ciudad: aquella mili que costaba 1.500 pesetas librarse; el impuesto de consumos, el IVA de entonces, que gravaba todos los bienes pero sobre todos los de primera necesidad; el caciquismo... Es un periódico extraordinariamente útil, que constituye la principal fuente para conocer la vida de la ciudad en esa época.
-¿Sucede lo mismo con la prensa política?
-Los socialistas tienen un periódico, 'Justicia' (1904), que todavía no es un periódico del partido. En 1908 nace 'Trabajo', que ya es primer el órgano oficial del partido y de la UGT, y que tendrá su continuación en 'El Obrero', que se extiende hasta 1939. Son 30 años ininterrumpidos de presencia de prensa socialista cada din de semana, que ni siquiera se detiene en la Dictadura de Primo de Rivera, y que en buena parte explican la victoria del PSOE en las elecciones municipales de 1979. No era solo conseguir el voto, sino instruir a la gente a vivir como socialista: por ejemplo, recomendaba no casarse por la iglesia, ser un obrero consciente, leer buenos libros (Pérez Galdós, Blasco Ibáñez...) Siempre he pensado que ese trabajo descomunal de hacer proselitismo cada fin de semana durante 30 años fue creando un cromosoma socialista que se mantuvo hasta le llegada de la democracia.
-Y las otras tendencias políticas, ¿estaban también representadas?
-Los anarquistas lo hicieron muy puntualmente, con dos periódicos que duraron muy poco; su presencia en la vida política local era más limitada. Había otro político muy peculiar, Vicente Sansano Fenoll, que es un canalejista, un reformista de la Restauración, que mantiene ' La Libertad' (1910), un periódico suyo -aunque nunca lo dice- durante diez años. Otro personaje destacado es José Pascual Urbán, el récord de la ciudad, que crea 'La Defensa', periódico tradicionalista carlista no, jaimista, ultraconservador, ultracatólico, que alcanza los mil números. Lo hacía prácticamente todo él, firmando con varios nombres. Cuando se cansó de ser jaimista en la I Guerra Mundial, se hizo de la Unión Patriótica y apoyó a Primo de Rivera. Cuando llegó la II República lo dejó.
-¿No decayó la actividad periodística ni siquiera en la Dictadura de Primo de Rivera?
-Durante la Restauración, la Dictadura, la República y la Guerra Civil hay una eclosión y el periodismo local no decae en ningún momento. Lo que encontramos son más cabeceras, mejor hechas, mejor escritas, revistas magníficas, ya con fotografías en los años, como 'Elche', 'Levante' o 'El Ilicitano'. Algunas tenían detrás órganos culturales como el Coro Clavé o el Orfeón Ilicitano.
-¿Cuál era el panorama periodístico en la República y la guerra?
-A partir de 1933 se produce una creciente radicalización y polarización; en los años 34 y 35 hay ya mucha barbaridad escrita. Por ejemplo, un periódico de orden como era 'El Eco' de Sánchez Pomares llegó a llamar hijo de puta al alcalde socialista con un verso que decía: «En Elig tenim un alcalde / en cara de frare / que diuen que ha perdut la vista / de tant de buscar / el nom del seu pare». Cuando estalla la guerra se publican en la ciudad cuatro periódicos: 'El Obrero', socialista; 'Elche Rojo', comunista; 'Germinal', anarquista, y 'Adelante', republicano, de Nazario González.
-¿Y después de la contienda?
-Pues se acabó lo que se daba. El periodismo local desaparece. Por no haber, no hay ni prensa falangista, que eran los únicos que podían publicar. Sólo sacaron un periódico que se llamaba 'Renacer', que duró unas semanas, y que ni siquiera se ha conservado. Los años 40 son una auténtica sequía, con alguna contada excepción, casi un accidente, como órganos de Acción Católica, que son más bien hojas parroquiales. Hay una revista literaria, 'Estilo' (1947), que salió solo una vez, en la que escriben Pascual Micó y Toni Bru, todavía en castellano, y cuya primera página se la regalan a Luis Chorro, maestro falangista y uno de los jerifaltes locales del régimen, probablemente para hacer lo que quisieran dentro.
-Tampoco se desmadrarían...
-Pues sorprendentemente, incluyen un poema de homenaje a Miguel Hernández y una página dedicada al poeta con una foto suya y una poesía que dedicó a su hijo. Sí, probablemente fue un hito y el único caso en España en los años 40, tan solo cinco años después de la muerte de Miguel Hernández. Es el tiempo del partido único y aquí no podemos hablar ni del periódico único. Pero no solo desaparece la prensa, también la actividad cultura: teatro, música, la mayoría de masas corales... unas tradiciones que había costado mucho tiempo y trabajo mantener.
-¿Cuáles eran los medios de comunicación de esa época?
-El más importante en las décadas de los 40 y 50 fue Radio Elche, que había nacido en 1934, que se puso a disposición del régimen, como cualquier medio de comunicación que quisiera sobrevivir, y con ello eludió el riesgo de que apareciera Radio Falange y se desmontara la emisora local, de propiedad privada. Hubo también algunas publicaciones de Falange juvenil, pero nada destacable. Hay una excepción relevante: la revista 'Festa d'Elig', que empezó en el 42. Para el primer periódico hay que esperar a 1963, 'Gaceta Ilustrada', que duró unos meses, y seis años después, el también semanario 'Elche'. El franquismo, por tanto, es el tiempo del vacío periodístico.
-¿Cómo cambió el panorama con la llegada de la democracia?
-Se podría hablar de la imposibilidad de tener un periódico local consolidado, mientras que ha habido una eclosión radiofónica. Hemos pasado de una radio a una docena, algo que me llama la atención porque creo que no hay tantos oyentes para tantas emisoras. También tenemos el fenómeno de las televisiones locales, con TeleElx por encima de todas las demás. Han ayudado a democratizar la ciudad, introducir el pluralismo político, a llevar a la gente los plenos, las fiestas, el Elche... El fenómeno TeleElx ha sido algo que desde fuera se ve la importancia que ha tenido para ayudar a consolidar los valores democráticos. Luego están los medios digitales, que aportan más miradas plurales. ¡Ah!, y no debemos olvidar 'L'Encarnella' (1983-84), que era de una riqueza enorme para la ciudad y conectaba con la prensa satírica local de primeros de siglo.
-No se ha indagado mucho hasta ahora sobre la prensa local y su historia...
-Por eso el trabajo que se ha hecho en torno al periodismo merecía darse a conocer y homenajearlo como se hace en esta exposición. Habría que recuperar el patrimonio de prensa disperso en colecciones particulares y lo más urgente es que el estado de conservación de la Hemeroteca Municipal está en las últimas. Hay periódicos que ya no se pueden consultar porque hay riesgo de que se rompan las páginas. El Ayuntamiento debe plantearse como tarea urgente la digitalización de la prensa. Son miles y miles de páginas que están en peligro y que sin ellas no se podría estudiar la historia de Elche. Por ejemplo, el primer tercio del siglo XX no se puede conocer si no es por la prensa, que es una fuente de información primordial, por no decir la más importante.
-Usted está en contacto permanente con los estudiantes de Periodismo, ¿cómo ve el futuro de la profesión?
-Una alumna escribía recientemente en un trabajo de clase que a pesar de lo que le decía la familia y sus amigos, a pesar de los pesares, quiere estudiar Periodismo porque tiene la vocación para ser periodista. Y eso lo estamos viendo cada año: hay una inmensa vocación para trabajar y ejercer como periodista. El presente y el futuro es el que es, pero para mí es un auténtico privilegio conocer a los estudiantes que conozco cada año. Cuando terminan la carrera con un trabajo muy digno les insisto en que hagan el favor de seguir y de hacer periodismo.
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