El candidato de Podemos a la Generalitat, Antonio Montiel, en su despacho profesional de abogados.

«Albert Rivera no debe presumir de joven, moderno y guapo. Hay que tener más corazón y menos marketing»

Antonio Montiel, candidato de Podemos a la Generalitat, asegura que ve a Ximo Puig «triste, atrapado en su propio partido» y no sabe si sería «un buen presidente»

D. Burguera

Lunes, 18 de mayo 2015, 20:57

Antonio Montiel defiende a los suyos, a Podemos, pero sin fanatismos. Se conforma pero no hace suyo el discurso de sus líderes nacionales más cercanos a la moda y menos a la realidad de la calle. A medida que se acerca el final de la campaña su discurso contra el resto de las opciones se ha ido afilando porque comienza a sentirse a gusto en el cuerpo a cuerpo político, aunque él siempre desliza que no es su lugar en el mundo.

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-¿Qué opina de los que ayer votaron al PP y mañana también?

-Creo que a muchos les engañaron. Creyeron el discurso de que el PP es el que mejor gestiona la economía y el que más defiende los intereses valencianos. Creo que son muchos los que se han dado cuenta de que se equivocaron y elegirán otras opciones, aunque también son muchos los que creen en la marca, a pesar de que sus representantes la han arrastrado y maltratado durante años.

-Sin embargo, alguno de sus militantes, incluso miembros de su lista de candidatos en Podemos, acusa a los votantes del PP de cómplices.

-La superioridad moral no es buena y se deben respetar las opciones de los ciudadanos, pero hay que impedir que les engañen, y el PP ha tenido mucho empeño en ocultar lo que ahora ha aflorado. Es cierto que hay gente que, sociológicamente, se siente identificada con ese voto, pero hay que respetarlos, ni son idiotas ni malas personas.

-Al final, aquella primera opinión suya sobre que Monedero debería dimitir era la buena. Sin embargo, la matizó. Se desdijo usted.

-No me gusta tener razón sobre ciertas cosas y personas, pero a veces ocurre

-¿Es cierto el lamento de Monedero de que se han distanciado de los círculos?

-No es verdad. La semana pasada mantuve un trabajo intenso con los círculos de toda la Comunitat, con los de Sanidad... ahora mismo el mayor apoyo y calor lo ofrecen los círculos.

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-Monedero dice ser más de Galeano que de Juego de tronos. ¿A usted le pasa igual?

-Soy más de Galeano, sí. No he visto Juego de tronos ni tengo interés en hacerlo. Soy lector de poesía y novela, pero nada de series

¿No le regalaría la serie a Felipe VI?

-No regalaría algo que no sé qué es.

-¿Y todo ese sexo que hay en su partido, tanto como en la serie o más, según Errejón?

-Cuando leí aquellas declaraciones fue la primera notica que tuve sobre este tema (Risas). Tendré que comentarlo en casa a ver qué opinan de ello.

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-¿Negoció con Compromís para entrar en sus listas?

-Parecía que el encuentro natural, después de trabajar en la ILP sobre televisión, era desembarcar en política. Durante años he hablado con gente de todos los grupos. Hubo muchos rumores y conversaciones que especularon con ello.

-¿Pero es cierto o no?

-La verdad es que pienso, hace tiempo, que a la oposición le hace falta más pulso. Siempre tuve la preocupación de intentar acercar la sociedad civil a los partidos, para mejorar la ligazón entre política y movimientos cívicos. Finalmente, te vas decepcionando.

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-¿Ya sabe con quién va a pactar?

-Pacto con la gente. Mi único compromiso es la gente y sólo vamos a trabajar en acuerdos programáticos, sin aceptar, precisamente, juegos de tronos, de sillas

-¿Resistirse a explicar los pactos no es un modo de engañar a esa gente que quiere defender?

Yo no juego con ambigüedades, como hace Ciudadanos. Yo sé que es imposible pactar con los que amparan la corrupción. Nosotros no vamos a pactar con el PP porque la organización de ese partido defiende valores morales que no comparto. Y lo demuestra no uno solo, sino todos. Para que funcione sus sistemas de corruptelas hace falta un equipo, una panda de delincuentes. No me creo que los dirigentes no supiesen nada en una organización tan jerarquizada, es imposible que no tuviesen indicios. Ahí estaba el caso del Palau de les Arts, donde la persona que lo denunció asegura que había escrito en varias ocasiones a las autoridades. No se puede ser ambiguo en ese tema, porque ha habido delitos. Los votantes del PP merecen un respeto, que en mi caso es ayudar a librarles de sus dirigentes.

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-Descartado el PP. ¿Y con los ambiguos?

-Esos ambiguos siguen una hoja de ruta que no tiene que ver con los resultados ni con la voluntad de la gente. Eso se puede ver en Andalucía, donde se suman a una cosa u otra por tacticismo. No representa un cambio. El lunes compartí debate con Jose Enrique Aguar, militante socialista, alto cargo en Emarsa, exmiembro de partidos extraños... no es ejemplo de renovación, y me pasa igual con el candidato de Cs en Alcoi. Su ambigüedad es calculada, defraudarán a mucha gente.

-Pero usted también ha trabajado para el PSPV.

-No he trabajado para el PSPV, sino que he sido funcionario público. Cuando estaba de gerente de la Oficina del Plan Riva fue por concurso público, y allí permanecí nueve meses más tras llegar Zaplana al Consell.

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-¿Cómo fue trabajar para Zaplana? ¿Aprendió mucho?

-Mal. Durante ese tiempo preparé informes de todo tipo... y estuve nueve meses esperando directrices mientras 900 personas esperaban recibir ayudas. Cuando le dije al director general que pedía el traslado me confesó que Luis Fernando Cartagena, entonces conseller y que acabó como acabó, le había indicado que, a mí, ni agua.

-Sigamos con los pactos posibles. ¿Qué tal los socialistas como socios?

-Estoy preocupado por ese partido socialista, que va a cosechar el peor resultado de su historia

-¿Y qué más le da a usted?

-Me preocupa porque tengo amigos allí. No sólo allí, también he trabajado con buenos alcaldes populares....

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-Dígame un nombre.

-Miguel Ferrer Marsal. Fue alcalde de Dènia. Coincidimos solo unos meses pero era sensato y con vocación de servicio. Un día me invitó a comer él, no el ayuntamiento, y me confesó que me habían dicho que no se fiase de mí, pero que lo iba a hacer. Años después, cuando yo ya no trabajaba allí, aún me consultaba alguna cosa. Era entrañable.

-Volvamos a los socialistas y lo mucho que le preocupan a usted.

-Pues sí me preocupan, porque los militantes del PSPV no se sienten representados por su aparato dirigente, que se autoprotege. La candidatura de Calabuig en Valencia es poco estimulante, como mínimo. Los socialistas han salido a la defensiva, a salvar los muebles, y posiblemente sufrirán una debacle que quizá sea necesaria para que se regeneren de verdad. Algunos militantes del PSPV me cuentan en privadamente que me van a votar.

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-No se fíe de esa gente, que milita en un partido y vota a otro.

-Es que están desubicados, no comparten al entrenador ni al capitán del equipo, pero son de ese equipo porque aman sus colores, y yo eso lo respeto. Veo a Ximo Puig triste, atrapado por la lógica de su partido, preso del aparato. No sé si sería un buen residente. Creo que Podemos ofrece algo más.

-Con Compromís está claro que sí pactaría.

-Allí tengo muchos amigos, sí, debido a campañas como la de RTVV o la de la huerta. En cualquier caso, habrá un gran trabajo para construir acuerdos. Estoy preparándome manuales de conflictología porque considero que la sociedad valenciana sí se merece un acuerdo, merece la pena esforzarse, pero no por alcanzar el poder sino para salir de la crisis, y para eso hará falta mucha gente. Nunca había tenido tanta relación como ahora con grandes empresarios. Yo era más de pymes y autónomos.

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-¿Qué le dicen los empresarios?

-Que están muy hartos.

-¿Le ha contado a sus compañeros de Podemos que en la patronal no tienen cuernos ni rabo ni huelen a azufre?

-No, no son así. Algunos de esos fuertes empresarios tienen un gran compromiso con la Comunitat. Hay cosas con las que no estaré de acuerdo con ellos nunca. Discrepo abiertamente. Quieren inversiones y colaboración, pero que la administración no se meta en la economía, que les deje a ellos manos libres, pero yo creo en el liderazgo público. Hay que aislar lo que nos diferencia y trabajar en los puntos en común. Ahora, es lo importante.

-¿El final de la campaña le produce vértigo?

-Tenía más vértigo durante la construcción de la organización interna. Desde que iniciamos la campaña me siento mejor, porque el trabajo tiene un horizonte y siento que la ilusión crece y que vamos a más.

-Eso también lo siente Alberto Fabra.

-Será porque se lo dice su entrenador personal. En mi caso solo tengo a mis hijos, que me piden que los de Podemos me dejen que vuelva a casa antes de que se haga de noche.

-¿Por qué sabemos ya cuándo y dónde estará Rajoy en Valencia y no pasa lo mismo con Pablo Iglesias?

-Su agenda está condicionada por su trabajo en el Parlamento Europeo.

-Eso lo sabían desde hace un año.

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-Sí, pero se tuvo que mover las fechas en otras regiones y eso repercute aquí. No tenemos tanta experiencia ni tanto equipo como otros, pero vamos mejorando.

-¿Qué le parece que Albert Rivera dé por políticos caducos a los que nacieron antes de que se muriese Franco?

-A Rivera le gustan las frases ocurrentes y se está pasando de frenada. No se debe presumir de ser joven, moderno y guapo. Hay que tener más corazón, historia, honestidad y menos marketing. Este es un momento intergeneracional. El otro día me emocioné en Alcoi cuando un chaval me presentó a su abuela, una mujer que se siente estafada porque todo aquello por lo que se había luchado se está viniendo abajo. Eso no lo soluciona el marketing.

- A Pablo Iglesias también le gustan frases estilo: «El cielo se toma por asalto».

-Es que le gustan mucho las series a esta gente joven. Yo soy más de leer y de cine.

-¿Ha metido la pata en campaña?

-Probablemente. Como cuando critiqué el debate a dos que emitirá Mediterráneo TV y confundí a Fabra con Camps... pero me esforzaré en no volver a meter la pata.

-Hablando de debates, le vi descontento de su propia actuación después de uno de ellos.

-Me evalué con una aprobado muy justo. Me sentía como un pulpo en un garaje, no me encontré bien, a pesar de que no era la primera vez que debatía. Espero hacerlo mejor en otras ocasiones. Ser más duro.

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-Si las elecciones van todo lo bien que usted cree, deberá ejercer un papel institucional que le obligará a estar en otros sitios donde quizá también se sienta desubicado. ¿Se ve en la procesión de la Virgen?

-He ido poco a la procesión de la Virgen. Me gusta más la del Corpus, a la que he llevado a todos mis hijos y a personas que visitaban Valencia. En cualquier caso, no me veo en coche oficial camino del Palau de la Generalitat.

-¿Qué diferencia hay entre un coche oficial y una sede oficial?

-Yo tengo cotizados 39 años en la Seguridad Social, de los cuales 32 fueron en la Administración Pública, de cuyos despachos he salido en alguna ocasión a las dos de la mañana porque había trabajo. El Palau sería el sitio donde trabajo. Es un sitio más durante un periodo más.

-¿Aceptaría una invitación a los bous al carrer?

-Yo tengo cotizados 39 años en la Seguridad Social, de los cuales 32 fueron en la Administración Pública, de cuyos despachos he salido en alguna ocasión a las dos de la mañana porque había trabajo. El Palau sería el sitio donde trabajo. Es un sitio más durante un periodo más.

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-¿Aceptaría una invitación a los bous al carrer?

-Fui al torico de Chiva y del primer bote me subí a una verja de donde no me bajé hasta que acabó la fiesta. Fui a la entrada de toros en Segorbe... hay fiestas tradicionales de todo tipo, pero no me gusta el maltrato animal. La estética de algunos festejos es hermosa y tienen que ver con nuestra historia, pero hay que civilizar las fiestas porque no se puede admitir el maltrato

-¿Se imagina en Lo Rat Penat?

-A veces paso por la puerta de la sede y veo a un exconcejal socialista salir de allí, Fernando Millán, que además presumía de izquierdista en otros tiempos. Te cruzas con esas personas que salen de allí y, sí, me he planteado que algún día tendré que ir, y lo haré.

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