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José Císcar, Esther López, Llum Quiñonero, Mireia Moià y Emigdio Tormo, ayer antes de comenzar el debate en la sede de la UA en Alicante.

¿En color o en blanco y negro?

Císcar saca a relucir el riesgo de un tripartito o cuatripartito ante una oposición que arremete contra el PP y que confía en el cambio político en la provincia

Esther Brotons

Martes, 19 de mayo 2015, 01:42

¿Qué provincia quieren los cabezas de lista a Les Corts por Alicante? Para José Císcar, candidato por el PP, solo hay dos opciones: «Un Alicante en color o en blanco y negro». Y es que ayer volvió a sacar a relucir los riesgos y las consecuencias del «tripartito» o de un «cuatripartito» que puede suponer para la recuperación económica y social ante el cariz que había tomado el debate. Esta fue la conclusión final que hizo ante EU, PSPV, Comprimís, Ciudadanos y Podemos en la sede universitaria Ciudad de Alicante.

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Un debate organizado por la 'Cadena Ser' y la UA, con los tiempos de intervención cronometrados, con cuatro posibilidades de réplica en los diferentes bloques que se trataron, lo que llevó a los aspirantes a contestar constantemente cada una de las intervenciones de Císcar, arremetiendo contra la gestión de los populares y reclamando el voto por el cambio.

Unos dejaron claro que era ya «tiempo de izquierdas» (Esther López, candidata a Les Corts por EU), otros apostaron por un gobierno que «no tenga hipotecas» y por la «regeneración» (Julián López, PSPV), hubo quienes abogaron por una «política que rescate personas» porque el PP es «tiempo pasado» (Mireia Mollà, de Compromis), mientras que la «evolución» que no revolución fue defendida por el candidato de Ciudadanos Emigdio Tormo y Llum Quiñonero (Podemos) se mostró convencida de que los «alicantinos» tenían la oportunidad de vivir un «momento histórico y de cambiar el rumbo de la historia».

Con un minuto y treinta segundos de intervención cada uno, tampoco hubo suficiente tiempo para desarrollar propuestas y solo se dieron pinceladas de los programas.

La corrupción y la regeneración política fue el primer bloque temático donde se lanzaron los primeros dardos directos al PP. Císcar aseguró que la corrupción «no es de partidos» sino de personas y destacó los más de 30 altos cargos que han dejado sus cargos, con listas «limpias de imputados». Una afirmación que provocó la inmediata réplica de cada uno de los candidatos.

Esther López (EU), quien lamentó que ya no exista una televisión pública donde se puedan hacer debates como consecuencia de la «corrupción y el saqueo» que han sufrido los ciudadanos de la Comunitat en estos años, puso sobre la mesa los nombres de la exalcaldesa de Alicante Sonia Castedo o el presidente de la Diputación de Valencia Alfonso Rus, al tiempo que recordaba la necesidad de «desprofesionalizar la política».

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Para Quiñonero (Podemos), la «corrupción está relacionada al saqueo», recordó el tema de la CAM, aseguró que hay que «hacer un frente a la corrupción moral, política y económica», y respondió a Císcar que «no pueden dar lecciones de regeneración política».

Tormo (Ciudadanos) se mostró convencido de que los ciudadanos están «hartos de votar a las mismas formaciones» con estructuras «podridas» y preguntó con ironía al PP «dónde sacan tantos imputados» en sus listas.

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El socialista Julián López lamentó que los «escándalos» han generado en los alicantinos una «pérdida de confianza y un lastre», una imagen al exterior que tiene que revertirse. «La exigencia de responsabilidad política ha brillado por su ausencia estos últimos cuatro años», criticó al candidato del PP.

Compromís saca el tridente

Mientras, Mireia Mollà (Compromís) denunció que el PP carece de propuestas contra la corrupción, lamentó la negativa a dar información de «cómo gestionan el dinero público», ante los requerimientos de su formación, y mencionó el «tridente de Castedo, Alperi y Ortiz». «Detrás de un político corrupto hay un corruptor», por lo que se tiene que «limitar el poder».

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El agua y los trasvases defendidos por el PP, -«somos el único partido a favor», recordó Císcar- fue otro de los bloques, junto con infraestructuras. Un punto que aprovechó la oposición para denunciar la situación en que se encuentran, por ejemplo, los trenes de Cercanías y la dejadez de los populares para acometer una obra tan importante como la conexión del aeropuerto con la red ferroviaria.

El empleo, la educación y el modelo de autonomía fueron otros de los bloques que se intentaron abordar. Císcar presumió de la senda de recuperación. Porque, tal y como aseguró, el PP «le ha dado la vuelta a la situación». Por contra, la oposición criticó duramente la «precarización» de los empleos, la destrucción de empresas y la fuga de talento. Igual pasó con la educación, con los populares ensalzando que garantizarán la concertada, la libertad de elección de las familias y la implantación del plurilingüismo, y la oposición rebatiendo con cifras el gasto invertido en barracones.

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