Rosa Díez: «Si nos descuidamos, no hacemos elecciones, sino sondeos»

Terapia de grupo para los candidatos de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) en la provincia de Alicante a cargo de la presidenta-fundadora del partido, Rosa Díez. Solo ella, con su carisma, es capaz de insuflar algo de ánimo entre los aspirantes, a los que las encuestas dejan fuera de sus respectivas corporaciones. A ellos les mima especialmente, de la misma forma que castiga a las encuestas hasta tal punto que llegó a decir que «media docena de personas en un despacho han decidido que estemos fuera», supuestamente hablando de los sociólogos, y lleva más allá su argumento: «Si nos descuidamos, no hacemos elecciones, sino sondeos».

Cree que con la cantidad de indecisos que hay (que cifró en un 35%), «cualquier resultado es imprevisto» en unas elecciones que calificó de «abiertas y plurales» y a las que no tiene «miedo», afirmó. Asegura, no obstante, que eso siempre ha sido así con su formación.

Piropos

Ante este enemigo, que ya no volverá a ver hasta el domingo (cuando se comparen los resultados con los pronósticos), Díez piropeó a los candidatos que se han mantenido fieles a la formación magenta y no se han dejado influenciar por las sirenas naranjas: «No ocultamos a nuestros candidatos, no los hemos captado ni comprado. Presumimos de ellos», dijo a la prensa delante de Fernando Llopis, aspirante a la Alcaldía de Alicante, y David Devesa, cabeza de lista a Les Corts por la provincia.

La estrategia de Rosa Díez pasa, además de por mantener con la moral alta a la tropa, por diferenciarse en la medida de lo posible con Ciudadanos. Muchas de sus indirectas son hacia la formación que preside, Albert Rivera, aunque no todas. Sobre todo, la lideresa magenta asegura que su presencia en las instituciones le respaldan con «hechos, no con palabras».

«Ni ocultamos lo que hemos hecho a lo largo de estos cuatro años, ni lo disimulamos, ni decimos es que no nos quedó otro remedio que hacer esto, es que recibimos una herencia envenenada (...); al contrario, lo exhibimos, lo mostramos y decimos a los ciudadanos que lo analicen críticamente», manifestó.

Relata las leyes que han presentado en el Congreso de los Diputados que el resto de grupos ha rechazado: Ley de Segunda Oportunidad, despolitización de cajas de ahorro, medidas de regeneración democrática... fueron algunos ejemplos de lo que puso Díez. «Salvo Podemos, todos los demás estaban en las instituciones. Si es tan fácil ¿por qué no lo hicieron?», se preguntó. Y se contestó: «Nadie quería de verdad hacerlo».

Más o menos como en Alicante, en el que algunas iniciativas de Llopis han sido muy sonadas, como cuando obligó a Sonia Castedo a votar a favor de expulsar de las listas a los imputados o como cuando Juan Zaragoza rompió la disciplina del PP por una moción de UPyD.

A los ciudadanos, Díez les pidió un voto «crítico» para que piensen «en quién quieren elegir; que analicen lo que hemos hecho y quién lo ha hecho». En un tono un poco paternalista, Díez aseguró que los ciudadanos necesitan en las instituciones a alguien «que les proteja y no esté teledirigido». A todos ellos se dirigió para que peguen «un buen revolcón» en las encuestas, como en Reino Unido. De lo contrario, la propia Díez sabe que lo tiene muy difícil para continuar hasta las generales.