Alberto Fabra se dirige a la junta directiva regional del PPCV, delante de los presidentes provinciales y la coordinadora general.

Fabra reclama nuevas caras para un proyecto del PP en el que no estará

El presidente regional mantendrá el cargo hasta el congreso de 2016 y concluye que hay que «resetear el partido» en la Comunitat Valenciana

F. RICÓS

Miércoles, 27 de mayo 2015, 01:32

Hora y media. Algo más de lo normal. Eso es lo que duró ayer la junta directiva del PP de la Comunitat en la que su presidente, Alberto Fabra, anunció que no se presentará a la reelección. Pero el jefe del Consell en funciones continuará al frente de la cúpula autonómica del partido hasta que se celebre el próximo congreso regional, que será después del nacional y este, a su vez, tras las elecciones generales del próximo mes de noviembre.

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No es una dimisión. Es una despedida anunciada. Una decisión adoptada tras el varapalo electoral del pasado domingo en el que los valencianos enviaron un claro mensaje: «El PP tiene que resetearse». Así lo dijo el todavía presidente de la Generalitat y del partido, acompañado por la coordinadora general, Isabel Bonig, y los tres presidentes provinciales: Javier Moliner, Vicente Betoret y José Císcar.

El lunes pasado, tras acudir a Génova a la reunión del comité ejecutivo en el que se analizaron los resultados electorales que han laminado la mayor parte del poder local y autonómico del PP, aseguró que no considera que el problema sea «necesariamente» una cuestión de caras, sino de un «comportamiento y actitudes». Afirmó también que «voy a seguir trabajando y todo lo que haga lo haré de acuerdo a mis compañeros de partido en la Comunitat Valenciana».

Y en menos de 24 horas se produjo el cambio. Convocó a los presidentes provinciales y a la coordinadora general a una comida previa a la junta directiva en la que les anunció su decisión de abandonar para que se ponga en marcha un nuevo proyecto, pero, mientras tanto, pilotar la nave de cara a las elecciones generales del próximo mes de noviembre.

El presidente del Partido Popular de Baleares, José Ramón Bauza, por su parte, anunció ayer la celebración de un congreso extraordinario este verano.

Ambos anuncios parecen esconder, en cierto modo, una protesta al inmovilismo mostrado por el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, que no se mostró partidario de realizar cambios ni en el Gobierno ni en el partido como reacción a la pérdida del poder autonómico sufrido el domingo por la noche.

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De 'motu propio'

«Las decisiones las he tomado y las he comunicado a la secretaria general del partido yo», dijo Fabra sobre informaciones que anunciaban una dimisión que llegaba de la mano de la dirección nacional del partido. Reclamó una «reflexión a nivel nacional» en el PP, a la par que rechazó convocar ahora un congreso extraordinario que, por contra, también le reclamaron varios de los asistentes a la junta.

Tres históricos del PP como los exdiputados Marisol Linares, Rosa Roca y Andrés Ballester, según las distintas fuentes consultadas, pidieron directamente a Fabra que no se espere al congreso del año próximo, sino que abandone ya la dirección regional del partido. Que dimita. Otros le reclamaron la convocatoria de un congreso extraordinario siguiendo el modelo del balear Bauza, mientras que otros más pinchaban a algunos asistentes para que se mostraran críticos con la gestión de Alberto Fabra al frente del partido.

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Por contra, ninguno de los asistentes a la comida de ayer en el Palau de la Generalitat pidió al presidente la dimisión, aunque algunos entienden que anunciar ahora la marcha supone un ejercicio de pérdida de autoridad dentro de una formación política que Alberto Fabra nunca ha acabado de dominar.

Las caras de la cúpula popular no eran de alegría, precisamente. El varapalo del domingo por la noche todavía se reflejaba en sus rostros.

El todavía presidente de la Generalitat, con el ceño fruncido antes y después de anunciar su marcha -el próximo mes de enero o febrero, cuando se decida la fecha del congreso- afirmó que la corrupción, el desgaste por la adopción de decisiones difíciles en el Gobierno valenciano y que la ciudadanía en general no ha notado las mejoras de la economía han sido las causas de la derrota en las urnas. «Aquí especialmente ha hecho daño la corrupción, que ha alejado a los ciudadanos del Partido Popular», afirmó Alberto Fabra.

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«He asumido el compromiso de no presentearme a la reelección como presidente regional. Se necesitan nuevas caras, un nuevo discurso y un nuevo proyecto. Yo no puedo estar en ese nuevo PP», aseguró el presidente de los populares valencianos.

Su misión, incidió, va a ser preparar el partido para el congreso en el que Alberto Fabra pasará a convertirse en un militante de a pie. «Si no somos capaces de resetear el partido, nos equivocaremos. Hay que dejar paso a gente nueva», dijo el presidente, para lograr el objetivo, dentro de cuatro años, «de recuperar la mayor parte de las instituciones posibles»

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Pero Alberto Fabra no se quiere marchar solo. «Un nuevo PP no es sólo un nuevo PP sin Fabra. Otras personas tendrán que quedarse atrás», dijo. No especificó en quién pensaba cuando realizó esa reflexión en voz alta, pero a nadie se le escapan las tensiones que ha mantenido el presidente con José Císcar e Isabel Bonig. Luego puntualizó que no se refería a nadie en especial sino a los alcaldes que no han logrado los votos suficientes para repetir en el cargo y de los que considera que será difícil que preparen ahora un proyecto nuevo que ilusione a la ciudadanía dentro de cuatro años.

Apuntados

Desde el entorno del presidente Fabra se apuntó, precisamente, a algunos nombres que han dejado de ser diputados autonómicos, como los que intervinieron ayer en la directiva pidiendo su dimisión.

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En lo que hizo especial incidencia Alberto Fabra fue en las diputaciones provinciales, que se convierten en el altavoz del partido. En especial la de Castellón, que es la única que está asegurada, mientras José Císcar pelea por obtener cierta complicidad de Ciudadanos en la de Alicante. La de Valencia está totalmente perdida. Fabra indicó que ahora «hay que elegir a los mejores» de cada comarca «para que se conviertan en la voz del PP».

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