La 'Araña infernal' y los silbatos protagonizan un disparo de lo más original
Serafín Castellano, a su salida del juzgado, el pasado viernes.

Castellano: «Utilizan mi nombre y mi posición en un asunto que me es ajeno»

El exdelegado del Gobierno espera «que se haga justicia ante estas infundadas e interesadas acusaciones que se han hecho conmigo»

EP

Miércoles, 3 de junio 2015, 01:13

Serafín Castellano se siente atropellado por un choque de trenes, la rivalidad entre el propietario y el gerente de una empresa, Avialsa, adjudicataria de servicios vinculados con la Conselleria de Gobernación cuando él la dirigía. Ese enfrentamiento entre Vicente Huerta (presidente de Avialsa) y Fernando Alandí (exgerente) acabó en los juzgados. Entre los flecos del conflicto apareció el asunto que finalmente sitúa a Castellano en el ojo del huracán, el regalo de un rifle, lo que la ha costado el puesto como delegado del Gobierno. El exmandatario popular mantiene su inocencia y afirma que su afición por la caza y las adjudicaciones a Avialsa no tienen nada que ver. Por eso, tras cinco días en silencio, Castellano ofreció ayer su versión. Los que conocen al político de Benissanó aseguran que, una vez ha construido su discurso, el exdelegado del Gobierno permanecerá monolíticamente aferrado a las ideas expresadas en su comunicado.

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El exdelegado del Gobierno y exconseller en distintos gobiernos de la Generalitat envió ayer un comunicado a las agencias de prensa. Se trata de sus primeras palabras desde su detención y puesta en libertad. Castellano defiende su inocencia y lamenta «lo que a todas luces es una utilización de mi nombre y mi posición política en un asunto que está ya judicializado, del que soy completamente ajeno».

Castellano quedó en libertad provisional tras pasar a disposición judicial al ser detenido en una causa abierta por presuntos favores a una empresa, Avialsa, a la que se adjudicaron contratos para la extinción de incendios cuando era conseller de Gobernación y con cuyo presidente, Vicente Huerta, coincidió en numerosas cacerías.

«Después de toda mi vida al servicio de la sociedad en distintas responsabilidades públicas, en virtud de las cuales las consellerias de las que he sido titular han adjudicado cientos de proyectos por cientos de millones de euros, estoy orgulloso de que mi patrimonio se limite a un apartamento en Dènia, que pago a través de una hipoteca y un terreno rústico que también pago a través de préstamo hipotecario», señala Castellano, que añade en su lista de pertenencias «un coche de más de 10 años y otro que llevan mis hijas».

Castellano relata que vive desde que se casó «hace más de 25 años en un piso de mi padre. Ahí termina todo mi patrimonio. Y lo pueden comprobar cuando quieran», insta. El exdelegado recalca que han vivido «única y exclusivamente» de su nómina, cuyo importe es «público». «Ni mi mujer, ni mis hijas, ni yo ni nadie de mi familia tenemos sociedades de ningún tipo, ni cuentas en el extranjero. Mi familia y yo vivíamos única y exclusivamente de mi nómina cuyo importe es público y todo el mundo puede consultar en los Presupuestos Generales del Estado», subraya Castellano, quien anuncia que colaborará con la justicia y defenderá su «inocencia y honor ante lo que a todas luces es una utilización de mi nombre y mi posición política en un asunto que está ya judicializado, del que soy completamente ajeno y a raíz del cual ya se han tomado medidas contra el ex gerente de Avialsa».

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Incide en que ejercerá «todas las acciones judiciales» en defensa de su honor y de dignidad, aunque afirma ser «plenamente consciente de que el daño que se ha hecho no sólo a mi persona, sino también a toda mi familia, es irreparable» ya que considera que a él ya se le ha «juzgado y condenado pública y mediáticamente por unos supuestos hechos que desconozco por estar bajo secreto sumarial, pero que 'misteriosamente' aparecen publicados en los medios de comunicación».

El exdelegado «espera y confía» en que «se haga justicia ante estas infundadas e interesadas acusaciones que se han hecho conmigo», aunque se muestra «seguro de que ninguna sentencia podrá reparar el daño moral y psicológico que, ante tanta calumnia y falsedad, ha tenido que soportar mi familia en los últimos días y que desde luego no le deseo a nadie».

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