Pastor: «Si me tengo que marchar, me marcho y todo tranquilo»

La presidenta en funciones de la Diputación de Alicante, Luisa Pastor, nada y guarda la ropa. A pesar de que, según sus propias palabras en la junta directiva del PP, rompió el pacto con Císcar para aparcar la batalla de la institución provincial, ahora esconde sus cartas. Aseguró ayer que esperará a que se constituyan los ayuntamientos el 13 de junio para optar a renovar en el cargo. Y, si no, no pasa nada: «Si me tengo que marchar, me marcho y todo tranquilo», manifestó la dirigente popular cuando se le preguntó por el tema.

Parece que Pastor guarda el hacha de guerra. Ahora, que todo pinta que ha perdido la batalla y que es previsible que se quede sin escaño provincial. Como explicó ayer este periódico, la también alcaldesa de San Vicente en funciones intentó recabar apoyos entre sus compañeros de la comarca, pero la rápida maniobra de la dirección provincial evitó el golpe y la ha dejado con solo los ochos concejales de su población.

Pastor estimó, que dado que la decisión de la Junta provincial fue esperar, la noticia al respecto era «una filtración interesada de alguien» ya que consideró que no habrá surgido «del propio presidente». Y se mostró «respetuosa» con la decisión que ha adoptado su partido de esperar a la constitución de los ayuntamientos para hablar de la Diputación.

«Creo en la palabra y hasta después de la constitución de los ayuntamientos no habrá -movimientos-, que es lo que se quedó en la Junta», advirtió, al tiempo que negó haber «hablado con nadie de avales ni de nada de eso».

Aunque explicó esto un poco más: «Hablo con algunos alcaldes, que es mi obligación. La Diputación sigue funcionando y algún alcalde no me queda más remedio que hablar con él», añadió. Y a algunos incluso porque los tiene al lado, como el regidor de Aigües, Alejandro Morant, o el de Sant Joan, Manuel Aracil, que compaginan su labor municipal con un puesto en la Corporación provincial.

Interrogada sobre si se ve con opciones de repetir en la Diputación, destacó que se trata de «temas» que resurgen cuando «se acercan las fechas se complica más», aunque «se resolverán bien».

Sin embargo, todo parece indicar que a pesar de la buena relación que ambos dicen mantener, a Pastor le ha pesado el órdago que le echó a Císcar la pasada junta directiva. No es previsible que obtenga escaño provincial, puesto que la dirección popular controlaría 46 de los 55 concejales populares en la comarca de L'Alacantí. Ahora mismo, no podría ni presentarse como candidata, puesto que necesitaría un mínimo de 15.

En estas circunstancias, Luisa Pastor insistió en que «conmigo no hay problema. A los cargos no les tengo apego, si me tengo que quedar me quedo y si me tengo que marchar me marcho. Y todo tranquilo».

Preguntada por los malos resultados cosechados por el PP en Sant Vicent del Raspeig, donde es alcaldesa en funciones, Pastor consideró que «si ese es uno de los motivos, tendrían que dimitir prácticamente el 95% de los representantes», dijo, en referencia a las críticas internas. «Personalmente contra mí, mi pueblo no tiene nada y la gestión que se ha hecho ha sido muy buena y modélica y ahí están los números y no creo que me hayan castigada», zanjó.

Inquirida sobre el papel que jugará el único diputado que le corresponde a Ciudadanos en la Diputación, y que decantará que el PP mantenga la institución o pase a manos de una coalición de izquierdas, Pastor manifestó que será «crucial» y para ello resaltó que el PP «tiene muchos puntos coincidentes con el de Ciudadanos».