Compromís se debate entre el repliegue o la apuesta por Sumar

No le ha funcionado nada a Compromís a partir de su año de gloria: el 2015. Desde entonces, todas las fórmulas y caminos se han descuadrado o acabado en callejones sin salida. Durante el día de ayer, sus dirigentes realizaron reuniones oficiosas. Doce horas después de que compareciera Ribó y Baldoví, en la sede de Compromís de la plaza del Pilar había ambiente de resaca indigesta. En shock, todavía con los datos por analizar, aunque la idea de que habían sido víctimas de la pelea entre el bipartidismo a nivel nacional les servía para, inicialmente, librarse de realizar señalamientos.

No obstante, ya suenan voces, especialmente en Més, el antiguo Bloc, señalando la necesidad de recuperar las esencias y desconfiar de cualquier tipo de alianza y confluencia con la izquierda a la izquierda del PSOE en el ámbito nacional. Ni Yolanda Díaz, ni Podemos, ni nada. Repliegue. En cierta forma, la propia campaña de Baldoví se ha inspirado en esas esencias, influenciada por una cúpula nacionalista que ha copado las listas (incluso pusieron entre la espada y la pared a la vicepresidenta Aitana Mas, que tuvo que amenazar con dimitir para que remitiese la ofensiva interna), y que vive cómoda con la idea de clonar un modelo similar al de ERC en Cataluña. No obstante, el candidato a la Generalitat ha tejido durante años alianzas a nivel nacional. Compromís tiene diez días para decidir si concurrirá a las nuevas elecciones en solitario o en compañía de otros.

La noche del domingo ya había cierto debate entre esencialistas y aperturistas. Sin embargo, una vez Pedro Sánchez anunció que dentro de dos meses se celebrarán las elecciones nacionales, esa disyuntiva se incrementó. La Ejecutiva se reunirá formalmente hoy. Baldoví no logró compensar la pérdida de Mónica Oltra como baza electoral. Por mucho que Més intentase armarse de ilusión, los números están ahí. Cerca de 100.000 votos menos que en 2019 y el adiós a la joya de la corona, el Ayuntamiento de Valencia. Igualmente, también han caído plazas municipales míticas, casi legendarias para la coalición como Oliva o Tavernes de la Valldigna, y ha perdido en la Comunitat un total de 71 concejales, el 15% de sus ediles respecto a 2019. Menos poder local y ningún sostén autonómico, lo que supone una brutal merma en las aportaciones económicas para la coalición, cerca de la mitad del conjunto del pulmón financiero. Ahora toca intentar salvar los muebles en las elecciones nacionales. El único diputado en el Congreso genera 40.000 euros mensuales para la coalición. Hay dos incógnitas que despejar de cara al próximo 23 de julio: quién y cómo.

Para intentar resolver esos acertijos, lo primero es acertar con el diagnóstico de lo que está pasando en Compromís. Su números empeoran elección tras elección. En 2019 se achacó a que las autonómicas se celebraron por separado de las locales y junto a las nacionales, tras adelantar los comicios Puig. Esta vez, de nuevo, el enconamiento de la política estatal sirve para disculpar un nuevo descenso en los apoyos. Baldoví recibe casi un 25% de votos menos que Oltra en 2015. Los votos municipales caen un 14% (cerca de 55.000) en ese mismo periodo. El candidato autonómico ya no ejerce como motor que tira del voto local (principalmente en la provincia de Valencia), sino que las listas municipales y las de la Generalitat generan el mismo atractivo, que es cada vez menor.

Apenas hay dirigentes que se salven de la quema. No hay transferencia de votos del bloque de la izquierda hacia la derecha. Simplemente, el votante del tripartito se ha quedado en casa. Municipios como Llíria, Muro o Cocentaina registraron buenos datos. Entre los cabezas de lista, Aitana Mas, en Alicante, no pierde diputados. La lista de Baldoví en Valencia es la que sufre el mayor descalabro y la de Marzà en Castellón también registra un evidente declive. Y dentro de dos meses se celebran las generales. ¿Quién encabezará esa lista?

El nombre de Marzà suena para sustituir a Baldoví como diputado. Es una posibilidad conocida desde hace meses. Sus resultados (incluso su sorprendente renuncia como conseller para, teóricamente, centrarse en labores de consolidación de la coalición) no le avalan. Sin embargo, sus opciones son evidentes, y sus deseos también son conocidos en una formación que en Les Corts deberá abordar una travesía por el desierto tras una campaña que deja muchas dudas en torno a la legitimidad de los actuales líderes orgánicos de la coalición. Las primarias, donde Més pasó el rodillo para acomodar a sus apuestas orgánicas, dejaron un grupo parlamentario que genera muchas dudas. Desde Iniciativa (el partido de Oltra) se considera que Mas ha logrado un resultado digno, y sus dirigentes sí apuestan sin disimulo por la confluencia con Sumar.

«El anuncio de Sánchez le hace un favor a las Ejecutivas, que se van a ahorrar los congresos que deberían celebrarse para escuchar a la militancia», indican fuentes de Més, el antiguo Bloc, que se afanó en eliminar de las listas a históricos como Enric Morera y a todo rastro de aquel Compromís que en 2015 (tanto en las elecciones locales, como autonómicas e incluso en las nacionales) pilotó unos resultados que, por ahora, son irrepetibles para una formación que sigue sin tener claro su rumbo y la capitanía de la nave. Están a merced de los elementos, que determinarán cómo irá Compromís a las elecciones.

• Temas
• Joan Baldoví