El último debate electoral de los candidatos a la presidencia de la Generalitat visibilizó de forma clara las dos opciones que se erigen para gobernar la Comunitat los próximos cuatro años. Sobre la mesa está un nuevo pacte del Botànic con PSPV, Compromís y Unidas Podem, que ahora aspira a entrar a gobernar, y un Consell a la andaluza de PP y Ciudadanos que sería apoyado por Vox, la única formación que no estuvo presente en el debate de forma física pero cuya presencia era un hecho y más cuando hacía escasas horas que habían congregado a miles de personas en Valencia.
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El debate de À Punt arrancó sin demasiados sobresaltos y con los reproches esperados y es que temáticas como el ecologismo se hicieron hasta largas. Durante la mayor parte del tiempo se visibilizaron unos bloques que mantuvieron la unidad más que a nivel estatal, especialmente en lo que se refiere al centro-derecha. El bipartidismo clásico optó por un cara a cara en muchas ocasiones, obviando al resto de candidatos, y eso llevó a que el socialista Ximo Puig y la popular Isabel Bonig, que optó por un perfil más moderado y presidenciable, se posicionasen como los grandes representantes de la izquierda y la derecha y recuperasen debates clásicos nacionales sobre el empleo y los impuestos. En un segundo escalón se batían en combate dialéctico Mónica Oltra y Toni Cantó, que no tardó en sacar un tema tan doloroso para socialistas y nacionalistas como es el judicializado caso de Divalterra. El candidato morado, Rubén Martínez Dalmau, estuvo más acertado que en los otros debates y logró una mayor visibilidad pese a las circunstancias y no dudó sólo en arrojar dardos a PP y Ciudadanos sino también a sus posibles socios para recordar que sin ellos no será posible un nuevo Botànic.
El tono comenzó a subir con temáticas más sensibles para los valencianos como son la reforma de la financiación autonómica o las inversiones, que pese a ser algunos de los asuntos que han conseguido un respaldo unánime de los partidos, se utilizaron de arma arrojadiza. Este fue el primer punto en el que se rompió la unidad de los partidos del Consell, PSPV y Compromís. Oltra no dudó en afirmar que no han sido sólo los gobiernos del PP los que han obviado este tema tan crucial sino también los socialistas. Sin embargo, la candidata de Compromís fue comedida y no fue muy dura contra Puig. Los dos partidos del Consell aprovecharon sus intervenciones para vender muchos aspectos de su gestión y pusieron un especial énfasis en las políticas sociales. La derecha también se lanzó algunas réplicas puntuales. Bonig aprovechó para recordar a Ciudadanos sus apoyos puntuales al tripartito y Cantó se la devolvió recordando la corrupción. Cantó reclamó en ocasiones más presencia y pasó al ataque contra Dalmau para reprocharle el apoyo de Unidas Podemos al cupo vasco, que se defendió recordando a Ciudadanos su pacto con UPN, que contempla el concierto navarro.
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