El fracaso del PP abre la puerta a una renovación profunda en el partido

Bonig pierde doce escaños respecto a 2015 y los populares sellan con los 19 logrados el peor resultado de la historia del autonomismo

HÉCTOR ESTEBAN

VALENCIA.

Lunes, 29 de abril 2019, 02:58

El PP valenciano firmó el 28-A una noche electoral aciaga. Al hundimiento de Pablo Casado a nivel nacional le siguió la debacle de Isabel Bonig en la convocatoria autonómica. No hace mucho tiempo, los populares valencianos gobernaban en Les Corts con unas mayorías absolutas aplastantes y ahora, tras la consolidación de Ciudadanos y la irrupción de Vox, el PPCV cae en picado sin saber si ha tocado fondo. El fracaso de la formación de Isabel Bonig -ha mejorado en dos puntos los resultados de Casado- abre la puerta a un renovación profunda en el partido, a la toma de decisiones contundentes para resucitar a la organización y con el reto a corto plazo de que las municipales sean el primer paso para tratar de suturar la sangría que ha sufrido el PP en las generales. Ciudadanos se ha convertido en la gran amenaza para los populares en el bloque de la derecha y el zarpazo de Vox en electorado del PP ha sido considerable.

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Los datos no engañan, el partido de Bonig ha menguado en 12 escaños respecto a 2015 y los 19 parlamentarios con los que contará el PP en la Cámara es el número más bajo de la historia del autonomismo, incluso en la época en la que el hemiciclo valenciano contaba con 89 diputados, diez menos que en la actualidad. El PP ya no es la fuerza política más votada en la Comunitat, un honor que mantenía desde 1995 cuando Zaplana logró la presidencia de la Generalitat. Desde ese momento y hasta las autonómicas de 2015, los populares se movieron siempre por encima del millón de votos.

La debacle del PP es inversamente proporcional al auge de Ciudadanos, que se convierte en la tercera fuerza política de la Comunitat y se convierte, por su trayectoria ascendente, en una amenaza real para los populares valencianos. La formación de Albert Rivera, que con Toni Cantó como cabeza de lista se ha quedado a dos escaños del PP, llegará con un plus de motivación extra a las municipales del mes que viene, lo que puede ser un rejonazo definitivo para la formación de Isabel Bonig.

Uno de los datos que radiografía con mayor precisión el latido del PP es que el partido no remonta en la provincia de Valencia y se sitúa como tercera fuerza política por detrás del PSPV y Compromís. Además, Ciudadanos se queda pisando los talones del PP al empatar en número de escaños con siete cada uno. En Alicante la diferencia entre las dos formaciones de centro derecha es irrelevante ya les separa menos de un punto y empatan también a siete diputados. En la provincia de Castellón, los populares todavía se imponen a la formación de Rivera -la ventaja es de un escaño a favor del PPCV- aunque lejos de los socialistas. La situación en el PP valenciano era de calma chicha hasta la comparecencia en las urnas, con una armonía aparente entre sus dirigentes pero con un enfrentamiento subterráneo que ahora puede florecer tras los desastrosos resultados electorales para una formación que estaba acostumbrada a dominar durante los últimos lustros en el panorama político valenciano.

A partir de hoy comienza en el PP de la Comunitat un análisis profundo de la estrategia a seguir de cara al futuro con una doble vía abierta: por un lado, como recuperarse entre los electores de centro derecha, que es el asunto más urgente para un partido al que le ha comido el terreno Ciudadanos y donde Vox ha pegado un gran bocado, y por el otro, ver cómo atacar al PSPV, que ha salido muy reforzado de estas elecciones. Los populares, quizá, tengan en los socialistas valencianos el espejo en el que mirarse, aunque al partido de Puig le costó veinte años recuperarse del batacazo del lermismo.

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