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HACIA LA MELANCOLÍA

El liderazgo del Consell, aún más lejos para Mónica OltraLa vicepresidenta se debilita frente a la figura de Puig y del 'sorpasso' que pudo ser en 2015 ya no queda más que el recuerdo

BURGUERA

VALENCIA.

Lunes, 29 de abril 2019, 23:32

'Todo esfuerzo inútil conduce a la melancolía', advirtió Ortega y Gasset. Mónica Oltra puso toda la carne en el asador de la negociación de 2015 con el PSPV en pro de lograr presidir el Consell por delante de Puig, algo que los socialistas consideraban tan probable como ver crecer tulipanes en el Sáhara. Finalmente, la líder de Compromís tuvo que ceder, si bien logró la vicepresidencia del Gobierno valenciano además de la portavocía del Ejecutivo autonómico y un cierto equilibrio en el reparto de las consellerias entre los dos socios que pudieron ser tres, pero no. La renuncia de Podemos a entrar en el Consell fortaleció al PSPV, el único con experiencia en labores de gestión autonómica. El equipo de Oltra se vio sorprendido al comprobar que los resortes de la Administración valenciana habían quedado principalmente en las manos socialistas.

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De cara a las elecciones de mayo de este año, desde Compromís se intuyó hace un año que el paulatino desplome de Podemos por sus batallas internas podrían generar algún rédito a la formación nacionalista valenciana y 'rascar' entre las 279.000 personas que en 2015 apostaron por los podemistas. Si lograban, además, un acuerdo con EU (que en 2015 se quedó fuera de Les Corts a pesar de obtener 106.000 votos), quizá les daría para competir con el PSPV, que apenas sacó 50.000 votos de ventaja a Compromís hace cuatro años, suficiente para que Puig presidiese la Generalitat. Las cábalas no funcionaron. Se truncaron. La evolución del Gobierno del Botánico fue reforzando a los socialistas de manera paulatina. El remate a las aspiraciones de asaltar la presidencia de la Generalitat llegó con el adelanto electoral decidido por Puig. No serían en mayo. Fueron ayer. La coincidencia con las generales no sólo beneficiaba al PSPV por el tirón que podría suponer Sánchez. Por ese mismo motivo, Podemos salía beneficiado. Los morados se han desintegrado a nivel autonómico por las luchas internas, que convirtieron a todos en perdedores, y su única tabla de salvación es que los comicios se enfocaran en clave nacional. Así ha sido. Los podemistas han perdido 65.000 votos, pero Compromís ha caído en unos 12.000.

Oltra no capitalizó el descenso del voto morado, no acabó de su lado, sino del de su rival en la pugna como referente de la izquierda valenciana. La líder de Compromís fue modificando los tonos de su discurso y de su imagen a partir de su llegada a la vicepresidencia. Actitud más institucional y discurso paulatinamente más discreto como portavoz del Consell, inicialmente mucho más frontal tanto hacia el PP como en relación a sus socios socialistas. En el PSPV se vivió como una afrenta la distinción entre «ética y estética» que verbalizó Oltra al lamentar el nombramiento del marido de la entonces consellera de Sanidad, Carmen Montón, para gerenciar una empresa pública. Esa aspereza se fue limando. Oltra, en su ámbito privado, con su propio equipo, habla de Puig como «el presidente», y durante la campaña ha tenido que cambiar el chip para hablar de él como «el señor Puig». De vuelta a la trinchera.

La estrategia de aprovechar el declive de Podemos en la Comunitat no ha funcionado

A Oltra le gusta la materia de su consellería. En sus momentos álgidos incluso se preguntaba si podría retener esas competencias si presidiese el Consell, una posibilidad totalmente descartable por el volumen de gestión de las políticas relacionadas con los servicios sociales. Los resultados registrados ayer le dejan prácticamente sin posibilidades de optar a esa Presidencia. Si en 2015 parecía complicado, ahora resulta casi impensable. Su oportunidad de futuro, y la de sus siglas, pasa porque un Gobierno central en manos de Sánchez y apoyado por Iglesias (o por Rivera) que no logre resolver los problemas prioritarios para la Comunitat (financiación, infraestructuras) le cargue de razón y le libere de la melancolía.

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