A. RALLO
Lunes, 29 de abril 2019, 23:32
valencia. Lo de Podemos se asemeja al boxeador que tras un fenomenal golpe parece desconectado de la realidad, sin saber dónde se encuentra mientras balbucea un par de frases inconexas. La formación que lidera Rubén Dalmau recibió el domingo un severo correctivo -perdió cinco escaños- pero, sin embargo, sus demandas respecto al Consell recobran la intensidad de los primeros tiempos.
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El hecho de que las expectativas fueran incluso peores ha servido para instalar una extraña sensación de alegría. Así lo transmitió el candidato a la Generalitat durante la rueda de prensa que ofreció ayer donde situó al partido como «central en la política valenciana» e imprescindible para formar Gobierno.
Dalmau mantiene un discurso plano, sin salirse del guión. Su formación quiere entrar en el Consell y dejar de ser ese aliado externo que hasta la fecha sujetaba el Botánico. Pero esa entrada en el Ejecutivo se producirá con cinco escaños menos. Pese a la caída de la formación morada, lanzaron un órdago: «El futuro Ejecutivo no lo tiene por qué presidir la lista más votada», según informó Efe. En declaraciones a LAS PROVINCIAS, Dalmau evitó concretar ese anuncio que ponía en cuestión la presidencia de los socialistas, que actualmente les triplican en escaños. No quiso comentar si apostaría por una presidencia rotatoria, por más vicepresidencias o incluso por ampliar el número de departamentos del Consell para dar entrada a su formación. «Es el momento del qué, el contenido, más que del cómo», se justificó para no abordar los detalles de su propuesta. «Ahora no hay que hablar de números ni sillones», añadió. Desde Podemos insisten en que el Botánico no se debe interpretar como una suma de números sino de voluntades. «No es nosotros y vosotros sino que buscamos una versión integradora». Todo muy teórico.
La formación morada no quiere una segunda parte del Botánico sin más. El proyecto que persigue es algo que vaya «más allá, que se desborde y sea valiente» y aspira a que esta formación siga marcando el rumbo, esta vez, desde el Ejecutivo valenciano. Podemos reclamará para sí la gestión de algunas áreas de claro contenido social. Por ejemplo, parecería lógico que pugnara por dirigir las políticas de vivienda, especialmente el control en la escalada de precios del alquiler, una de las 'obsesiones' de la formación de Dalmau. De igual modo, durante la campaña, una de sus promesas se basó en una Conselleria de Feminismo, un órgano transversal en la Administración autonómica. Dalmau no quiso concretar ayer estas posibilidades.
Esa vocación, avanzar a una política «más hacia la gente», restaría protagonismo a Compromís en un futuro Consell. El lema de los nacionalistas: «Venimos a rescatar personas» puede ser capitalizado por la formación morada a la mínima que logren una gestión que se califique como aceptable.
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